SIDA: la lucha continúa
En memoria de Javi. Te quiero hermano, siempre estarás en mi recuerdo
Precisamente en referencia a los
recuerdos vuelvo la vista atrás al no tan lejano 1992, año en el que la pérdida
de mi hermano por este monstruo, me hizo implicar de lleno con quienes llevaban
años de una desigual lucha, en concreto con la Comisión Ciudadana Anti Sida.
Recuerdo los esfuerzos por convencer al Parlamento de Navarra para que
aprobaran medidas que intentaran frenar la expansión de la pandemia, o la
terquedad de un Gobierno de Navarra empeñado en no entender, que el uso del
preservativo era una de las medidas más eficaces. Incluso, no sin una cierta
vergüenza ajena, aquel episodio que nos hizo ser noticia nacional, cuando
descubrimos que el entonces Consejero de Salud había dado orden de quitar el
preservativo de un kit anti sida cuya distribución se aprobó por dicho
Parlamento, no sin una ardua lucha política.
Hay que continuar igualmente con el
apoyo a las víctimas, en un momento que tanto se habla de otras. Apoyo que debe
ir dirigido no sólo a su atención sanitaria, también a la social, e incluso a
la cultural o económica. Se ha avanzado bastante en este terreno desde 1992,
pero aún nos queda mucho camino que recorrer.
Allí cada día más de 8.000 personas
mueren de sida. Cada hora, cerca de 600 personas se infectan, y lo que resulta
aún más dramático, cada minuto un niño muere a causa del virus. En África la
irresponsable actuación de las industrias farmacéuticas impide, que los
medicamentos genéricos que existen se puedan repartir al resultar mucho más
baratos. Una forma de crimen colectivo, de genocidio encubierto que debemos
denunciar contundentemente. Eso con la colaboración de sectores de la Iglesia
Católica empeñados en hacer campañas irresponsables contra el uso del
preservativo.
Mucho se habla en la época actual de la
defensa de los Derechos Humanos. ¿No es el principal el derecho a la vida?
¿Cómo consentimos entonces esta vulneración en masa? ¿Seguiremos mirando hacia
otro lado, siendo cómplices de esta situación, cuando nos enseñan esas
terribles imágenes?
Defiendo la relativa eficacia de los
denominados “días internacionales de…”, porque cumplen la función de
recordar, de volver a denunciar. Por eso escribo estas líneas en la proximidad
de este nuevo 1 de Diciembre. A los que nos ha tocado de cerca esta terrible
enfermedad no nos hacen falta, porque cada día pasan por nuestra memoria
imágenes del ser querido que nos arrebató, y la maldecimos mil veces, pero para
el resto de nuestra sociedad sí son necesarios, aunque sólo sea para que no se
olviden de que existe.
Por eso desde aquí manifiesto mi
solidaridad con quienes la sufren, mi apoyo a las organizaciones que colaboran
a “pie de obra” para hacerles una vida más fácil y evitar que nuevas personas
acaben sufriéndola. Al mismo tiempo que alzo mi voz, denuncio y maldigo a todos
aquéllos, sean gobiernos, industrias, o instituciones religiosas, que impiden
que se pongan medios eficaces para evitar su progresión, ya sea abaratando las
medicinas o con medidas preventivas eficaces como el uso del preservativo.
Este 1 de Diciembre de 2013 será otro más
de lucha contra el sida, y nuevamente el lazo rojo lucirá en nuestro ropaje,
aunque no debemos quedarnos exclusivamente en eso, ni que solo sea durante este
día.
José Luis:
ResponderEliminarDisculpa que me dirija a ti de forma tan directa e intensa sin conocernos. Desde un sincero respeto y empatía contigo, que perdiste prematuramente un hermano, y desde mi profundo aprecio por la valentía, coherencia y búsqueda de la verdad que creo practicas, te pregunto:
¿Has tenido conocimiento de los argumentos de quienes NO creemos que el sida sea causado por un virus? En caso afirmativo, ¿qué argumentos de los defensores de la teoría oficial te hacen seguir dándola por buena?
Me atrevo a sugerirte la lectura de mi resumen "¿Se basan en evidencia científica las políticas oficiales sobre el sida?" (ver http://cort.as/44dU), así como que veas (si no lo has hecho ya) los vídeos documentales "House of Numbers, anatomía de una epidemia", "¿El nuevo virus del emperador?" y "La ciencia del pánico".
Comprendo que puede ser duro plantearte la posibilidad de que tu hermano muriera por motivos distintos de los que has creído hasta ahora. Te agradezco de antemano tu atención, y tu labor continuada por un mundo más justo.
Atentamente,
Juan Antonio