Viva la Libertá, o la pasión de/en la política
Vengo de presentar en una tertulia de cine la
película “Viva la libertá”.
Una película con apariencia de menor pero de un gran
calado, dirigida por Roberto Andó, autor entre otras de El manuscrito del
príncipe, o Viaje secreto y que esta vez adapta su propia novela.
Una inmensa interpretación del gran Toni Servillo a
la altura de Il Divo, o La gran belleza. Acompañado por su fiel lugarteniente
Valerio Mastrandea una especie de Don Quijote y Sancho panza de la política
italiana.
Una película actual que debieran ver los políticos
que aún crean que esta actividad tiene dignidad y utilidad para la ciudadanía.
Toda una lección especialmente el discurso, digno de encuadrar y poner en la
entrada de los partidos políticos de la izquierda, ante la masa que le aclama recuperada
de su desmotivación en el que además de dar una lección de utopía, potencia una
palabra olvidada y denostada: PASIÓN. Pasión por la política, pasión por la
cosa pública, por luchar por el beneficio de la ciudadanía. En un momento dado
se dirige a uno de los asistentes y le viene a decir que “nadie va a responder
por ti, responde tú”.
La aparición en la vida de un político de la
izquierda Enrico Oliveri agotado, deprimido, hastiado de su hermano gemelo
filósofo, faltan filósofos en la política actual, precisamente uno de los
candidatos a la SG del PSOE lo es: José Antonio Pérez Tapias, el que representa
el ala izquierda, gentes que piensen por sí mismos alejados de los expertos en
marketing, o en demoscopa. En este caso es un recién salido del psiquiátrico, o sea de la
locura, pero que se demuestra repleto de cordura, da lugar a un titular que comparto
“La demencia que ilusiona”.
Ilusiona a su mano derecha, cómplice al principio,
admirador incondicional, un verdadero fan, que se derrumba al pensar que vuelve
a desaparecer después, a quienes le rodean en el partido, burócratas mediocres
de tres al cuarto como los que dominan los partidos actuales y sobre todo a su
base social hasta el punto de dar un vuelco a las encuestas, de recuperar una
izquierda decadente.
Es una película sobre la política, puede ser que
política, ésa que aún estamos esperando alguien tenga el valor de hacer aquí,
pero también sobre los personajes, sobre las personas protagonistas del hecho.
Se mezcla al mismo tiempo con historias de amor y
desamor, amistad, lealtad a las ideas, no a los líderes, de engaño (qué mayor
engaño que suplantar a un líder político?) y pasiones encontradas, también de
reencuentros, incluido el de los dos hermanos, o del primero con su antiguo
amor con el que tiene claramente una asignatura pendiente.
Con un final que parece abierto pero que en mi
opinión está claro, especialmente después de ver la escena en la que los dos
hermanos hablan, al fin, por teléfono y en la que en mi opinión pactan seguir
cada cual en su nuevo lugar, porque a ambos les apasiona.
Una gran película sobre política, sobre la necesaria
regeneración moral de la política, sobre las pasiones humanas, sobre la vida
que debieran ver obligatoriamente toda la clase política de nuestro país.
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