Rajoy, el azote de la ciudadanía
Artículo publicado en DEIA el 13 Agosto 2014
Cuando en 2011 el PP
ganó por mayoría absoluta las elecciones generales y Mariano Rajoy accedió a la
Presidencia del Gobierno, las gentes de la izquierda recordamos los negros años
de la era Aznar, en especial los cuatro últimos en los que las agresiones a los
derechos de nuestra base social fueron continuos.
Como aquella vez
llegaban al poder por los propios errores de un socialismo desnortado, que
había perdido su ubicación histórica contagiado por los cánticos de sirena que
desde los poderes fácticos le llegaban. La manida frase de “gobernar para todos
los españoles” escondió en la parte final del mandato Zapatero “gobernar para
la troica” y hacer que lo que se dictaba desde el FMI o el Banco Europeo, o lo
que aún resulta peor escuchando a Botin y sus secuaces.
Zapatero, que debió dar
un paso atrás un año antes cuando se dio cuenta (¿o quizás no?) que ya no podía
gobernar con criterios progresistas, sino que la crisis le conducía a tomar
decisiones contrarias a sus principios, se retiró dejando un escenario de
tierra quemada en la izquierda y en especial en su partido mayoritario, el
PSOE, después de la toma de decisiones muy impopulares que le pusieron a su
electorado en contra.
Así el PP accedía con
las manos libres para hacer lo que realmente ha hecho. Si la izquierda ha
comenzado este camino, lo lógico es que nosotros lo continuemos hasta sus
últimas consecuencias. Aunque la realidad es que habiendo sido así en lo
económico, también lo ha sido en lo social desmontando todo el entramado de
derechos creados en la época socialista.
Quizás el electorado
pensó a la hora de emitir su voto que para hacer políticas de derecha ya estaba
la derecha y que era preferible el original que una mala copia.
De inmediato el
recuerdo de la negrura de la última parte del mandato Aznar se ciñó sobre
nuestro país. Todos temíamos que se repitiera, lo que casi nadie sospechaba es
que se superara y que una situación de injusticia, de profunda injusticia nos
invadiera, nos dominara.
Eso es lo que está
ocurriendo, a los tres años de mandato Mariano Rajoy está dejando por bueno al
José María Aznar más terrible. Además en sus últimas intervenciones la
sensación que transmite es que o miente o se equivoca, aunque en realidad
resulta más condenable lo segundo que lo primero, porque demuestra
incompetencia y eso es terrible si el sujeto es el Presidente de Gobierno.
Recientemente en la
escuela de verano del PP Rajoy afirmaba solemnemente: “España es uno de los primeros cinco países del mundo donde más ha
aumentado la renta per cápita en los últimos 50 años.” ¿Error o mentira?”,
quiero pensar que lo primero aunque resulta preocupante que nuestro presidente
haga gala de una ignorancia tan evidente y si no que se lo pregunten a países
asiáticos como China, Japón, Corea del Sur, Taiwán o Singapur, solo por
poner algún ejemplo.
La ignorancia de Rajoy, o quizás de quienes le escribe sus
discursos aunque sería al menos deseable que él mismo los supervisara, genera
desconfianza pero lo es aún más el exceso de triunfalismo que derrocha en sus
últimas intervenciones. “Hemos saldo de la crisis” o “ya todo va a ir bien”,
parece expresar cada vez que le ponen un micrófono cerca. Pero parece evidente
que no es así y para averiguarlo que se dé una vuelta por la calles de nuestras
ciudades, de nuestros pueblos y pregunte al personal. Quizás alguna o alguno
hasta le escupa en la cara.
Es cierto, entre otras cuestiones porque era imposible estar
peor, que algún atisbo de salir del profundo pozo en el que nos encontramos se
intuye en la lejanía, pero también lo es que todavía no lo perciben las capas
populares, entre otras cosas porque su política económica basada en los
recortes de los derechos laborales y sociales básicos nos ha llevado a una
situación límite. Como ejemplo merecería la pena recordar algún dato demoledor:
- El número de horas de trabajo ha caído en 3,86 millones de horas respecto
al año pasado
- Al tiempo el número de horas de trabajo por trabajador ocupado ha pasado
de 35,5 horas hace un año a 35 ahora
- La capacidad productiva en el Estado ha descendido un 2,4% del primer al segundo
trimestre de 2014
- El desempleo en menores de 25 años ha crecido en 6.478 personas en julios
respecto al mes anterior
- Los contratos en prácticas y de formación han aumentado un 55% en un año
- Los márgenes empresariales han crecido un 6% y los salarios han caído una
media del 2,4%
Rajoy, el PP y su gobierno ha tenido el
dudoso honor de dejar nuestro país en tres años peor de lo que lo dejó Rodríguez
Zapatero, no sólo en lo referente a la macro economía, también a la micro
economía y a los derechos fundamentales.
Se podía haber afrontado la salida a la
crisis favoreciendo antes el interés de la ciudadanía que de los poderes
financieros, antes el interés de los más desfavorecidos que de la Troika que
nos ha impuesto sus medidas de ajuste draconianas, o manteniendo a salvo a una
clase media que a precarizarla y proletarizarla. Pero el PP, Mariano Rajoy y su
gobierno han optado por las segundas opciones dejando nuestro país como un
erial, un lugar absolutamente estéril, arrasado.
La historia juzgará este trienio (aún le
falta un año de mandato) pero probablemente se le conocerá como el “trienio
negro de Rajoy” y no parece que ni él ni sus asesores tengan la más mínima
intención de variar su rumbo, absolutamente embobados con los cánticos de
sirena que les llegan desde el oráculo de la gran banca, de los informes que le
remiten la CEOE o los grandes poderes financieros. Aquellos que antes de
empobrecerse con la crisis la han convertido en una fuente de ingresos y
beneficios. Hoy existen muchos más pobres que el 2011, pero también los ricos
son inmensamente más ricos que en esa fecha. Esa es la brutal paradoja.
Lamentablemente ha sido posible por la
aquiescencia, la ausencia e incluso la complicidad de una izquierda paralizada,
incapaz de reaccionar ante las mayores agresiones a las capas populares de
nuestra reciente historia. Una izquierda que ha tenido los oídos sordos a las
movilizaciones que se estaban produciendo en esa sociedad, sin darse cuenta que
algo se estaba produciendo en el seno de su magma, hasta que ha emergido, como
si de una erupción de un volcán se tratara un fenómeno como Podemos, que
amenaza con dinamitar el viejo esquema de partidos imperante.
Pero aún existe un elemento más a la
hora de definir el mandato de Rajoy como el más terrible y devastador de los
últimos decenios: la corrupción. Cierto es que no cabe responsabilizarle de
todo lo que en estos instantes está emergiendo, porque muchos de estos hecho se
venía gestando desde años antes, pero sí de que ha sido con su presencia en las
instancias de poder del PP donde se han gestado.
No sólo en el PP, también en el PSOE (el
caso de los ERE de Andalucía resulta especialmente significativo), en CiU, e
incluso en Izquierda Unida. Nadie se ha librado de la mancha de chapapote de la
corrupción, hoy la segunda preocupación de la ciudadanía después del paro,
incluso hasta los sindicatos CC.OO. y UGT.
A los famosos casos Gürtel, Bárcenas, o
Blesa, por citar los más conocidos, se une ahora el de la saga Pujol. Temas que
desgatan de manera impresionante la política, alejando a nuestros ciudadanos de
ella y creando estados de desconfianza que tardaremos probablemente decenas de
años en recuperar.
El trienio Rajoy pasará pues a la
historia como el más duro para los más necesitados, donde la crisis pisó fondo,
los derechos sociales fueron masacrados, cuando los mayores ajustes y recortes
se produjeron en el Estado de Bienestar, sanidad, educación, servicios
sociales, record del paro, o inseguridad e inestabilidad laboral. Paro también
donde la corrupción política apareció en toda su dimensión, con toda su fuerza
para vergüenza de propios y extraños. Incluso donde se dio la vergonzosa cifra
de mayor número de suicidios de nuestra historia.
Por eso ha sido, es y será Rajoy el
azote de la ciudadanía, el Atila español, aquel que donde su caballo pisó,
donde cada medida que tomó, ya no volvió a crecer la hierba.
Tengamos la esperanza de que solo nos
quede soportarlo un año más y que en 2015 se produzca el cambio deseado.
"El número de horas de trabajo ha caído en 3,86 millones de horas respecto al año pasado", publicabas en agosto de 2014. Actualmente (marzo de 2015) ya no se habla de horas de trabajo, posiblemente porque el Gobierno oculta cuidadosamente este dato. ¿En qué fuente fiable podremos consultarlo? La cuestión es ¿han seguido cayendo las horas de trabajo o han aumentado? Este es un dato de interés público del que nadie habla. Así el PP dice que "hay más trabajo" y la gente se lo cree o no se lo cree.
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