Catalunya 25-N: ¿ahora qué?
Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra el 26 Noviembre 2012
Se acaban de celebrar este 25 de Noviembre en Catalunya unas
elecciones cruciales, quizás las de mayor importancia, no solo para el futuro
de esa comunidad sino también para España en su conjunto, e incluso para el
resto de Europa.
El tsunami independentista, desatado después de la multitudinaria manifestación
del pasado 11 de Septiembre unido al ya provocado por la que se desarrolló
contra la injusta sentencia del Tribunal
Constitucional ha culminado en los resultados que se acaban de dar.
La torpeza de los sucesivos gobiernos del estado español, PSOE y PP
tal para cual, no han sido capaces de visionar este peligro, ignorando de
manera prepotente las demandas que llegaban desde allí, sin escuchar a una
sociedad harta de ser ninguneada, estafada por el poder central.
Pero CiU no ha sido capaz de rentabilizar este descontento, la apuesta
de Artur Mas en clave plebiscitario ha fracasado rotundamente y en cualquier
país con tradición democrática debería dimitir. Otro dato interesante es que
los grandes partidos, la ya mencionada CiU, el PSC, que aunque “salva los
muebles” manteniéndose como segunda fuerza, posiblemente debido a la alta
participación, fracasa (en 2006 tuvo 37 parlamentarios) y que debe tener
repercusiones, dimisiones incluidas, tanto en este partido como en el PSOE, el
PP que apenas se mantiene, e Iniciativa que sube algo, no dan la talla.
En cambio aumentan las opciones más radicales en un extremo y otro. Las
subidas de ERC, C´s, más la entrada de unas CUP muy ligadas ideológicamente a
Batasuna, indican que entramos en un nuevo tiempo en el que la ciudadanía, muy
enfadada con los partidos clásicos, avisa de que ese cambio puede tener efectos
estatales. Tampoco hay un cambio sustancial entre independentistas natos y el
resto.
¿Qué pasará ahora? Parece evidente que la claridad y contundencia con
la que los dirigentes de la UE han respondido ante una hipotética independencia
de Catalunya, situándola fuera de ella a las vista de los diferentes tratados
que la rigen, más un Mas debilitado con estos resultados, presionado por su
socio de Unió, por el poder financiero y empresarial catalán, no va a poner en
práctica lo que ha prometido. Intentará ganar tiempo demorándolo con argucias
legales y políticas esperando que la crisis en los próximos cuatro años vaya
aminorando su presión y la sociedad se vuelva así más comprensiva. Es
consciente que su propuesta es inviable y peligrosa para el pueblo que dice
defender, que en la UE, aunque España lo permitiera, otros países inmersos en
situaciones parecidas no lo harían (Francia con
Córcega y el País vascofrancés, Bélgica con francos y valones, Italia
con el norte, etc. etc.).
Catalunya pues se encuentra a partir de ahora en una encrucijada de
cuatro caminos. Al sur seguir como está, al norte el vértigo de la independencia
unilateral, en el oeste, el más inteligente y posible, pactar con el estado una
fórmula federal incluyendo a Euskadi y al este un simple pacto generoso sobre
fiscalidad.
Ojalá acierten en el elegido.
Yo pregunto: ¿dimitir de qué? ¿De presidente en funciones? ¿De candidato? ¿De presidente de CiU? ¿De Presidente electo? ¿Tiene sentido dimitir cuando se ganan unas elecciones con más de un millón de votos? Si dimite, quien va a gobernar cuando todos los partidos (empezando por el PSC) rezan para que no les llame Duran para entrar en el gobierno?
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