“El abrazo” de Genovés como símbolo de este gobierno
Publicado en Nueva Tribuna, Público, El Confidencial Digital, Periodista Digital, Navarra Información, Plaza Nueva, Deia del 7 al 9 de Enero 2020
Escribo
estas líneas con la inmensa alegría de haber podido hacer realidad mi sueño
desde hace 30 años. Entonces, en 1990 me embarqué junto con Enrique Curiel en
un novedoso proyecto, la Fundación Europa, que consideraba al PSOE como “Casa
común de la izquierda”, término por cierto que ahora suele emplear Pablo Casado
para definir al PP en el seno de la derecha.
Durante
esos 30 años batallamos por conseguir la necesaria unidad de esa izquierda y
hoy día 7 de Enero de 2020 se ha hecho realidad. Hemos necesitado dosis enorme
de esfuerzo y “mano izquierda” (curioso que precisamente sea izquierda la que se
emplee para definir la templanza, tacto, paciencia en una actuación) pero al
final a las 14.28 de hoy se ha conseguido.
Ahora
viene lo más difícil; gobernar. Utilizar esa mano izquierda para sortear las
inmensas dificultades que esperan en el intrincado camino que comienza.
Es la
primera experiencia de un gobierno de coalición que tenemos en nuestra reciente
democracia. Por tanto vamos a caminar por terrenos inexplorados que conviene
transitar con habilidad y cuidado.
Después
de observar el debate de investidura del pasado fin de semana, deberemos tener
claro que la derecha no lo va a poner fácil, todo lo contrario, va a intentar
poner todos los obstáculos para hacer descarrilar este tren plural, dinamitando
todos los puentes que vayamos construyendo.
Va a
contar para ello con sus medios de comunicación, con sus poderes fácticos sean
económicos, financieros, bancarios, empresariales e incluso a la vista de las
últimas declaraciones, religiosos.
Incluso
es probable que se intenten indignantes llamamientos al ejército para que evite
lo que definen como “intento de romper España”.
Para
evitar eso vamos a tener que realizar una inmensa campaña didáctica, que
explique que ese gobierno no va a romper España, entre otras cosas porque
tenemos un estado absolutamente consolidado y fortalecido que es imposible
romper.
Son
precisamente las tensiones centro-periferia las que ponen en peligro esa unidad
y es el diálogo, la negociación, el acuerdo entre ambas partes lo que va a
permitir evitarlo. Así se hizo en la I Transición y así deberemos hacerlo en
esta II.
Porque
quizás ese sea el gran reto que tenemos, poner en marcha una II Transición,
esta vez sin el tutelaje y la vigilancia de un ejército todavía entonces leal
al franquismo, pero con la dificultad de un nacionalismo, en especial el
catalán, más enervado que entonces.
Tampoco
la derecha actual tiene el talante de la de aquel histórico momento. Observar
dos imágenes como las de Adolfo Suarez saludando cordialmente a Dolores
Ibarruri “Pasionaria” o el abrazo don Santiago Carrillo contrasta con el de su
hijo dando la espalda a la portavoz de Bildu.
Por lo
tanto una de las tareas de esa campaña didáctica para poner en marcha esta
nueva transición, debería ser la de convencer a una parte de la derecha, en
concreto al PP, para que se comporte como la de antes.
El
contencioso centro-periferia, especialmente con Catalunya pero también en
Euskadi, va a exigir consensos más amplios que el de los partidos que permiten
poner en marcha a este gobierno. Porque probablemente una de las tareas a
realizar sea la de la reforma constitucional, que permita convertir España en
los que es realmente, una nación de naciones, un Estado Federal Plurinacional y
para eso necesitaremos la implicación del PP.
Pero
antes de todo esto nos viene el primer reto, sacar adelante los presupuestos
para este 2020. La derecha tradicionalmente suele gobernar para los suyos,
incluso se podría decir que para los suyos, suyos, aunque asegura falsamente
que lo hace para toda la ciudadanía.
¿Por
qué entonces la izquierda no puede hacerlo de la misma manera? Especialmente si
tenemos en cuenta que los nuestros, o sea las capas populares, medias, los más
necesitados, somos la inmensa mayoría.
Quizás
haya llegado el momento de que un gobierno de izquierdas (debemos perder el
miedo, empezando por Pedro Sánchez, a ponerle nombre y apellidos y dejar a un
lado el ambiguo concepto de progresista) gobierne para su base social sin miedo
y el primer reto será la elaboración de los presupuestos con esa finalidad.
Teniendo
en cuenta al resto evidentemente, pero priorizando resolver los problemas
acuciantes de los nuestros.
Grandes
retos le vienen a este gobierno que se va a estrenar el viernes, pero hoy
debemos estar satisfechos por lo realizado, ilusionados con el futuro y
dispuestos las diferentes izquierdas a caminar codo con codo, como el cuadro de
“El abrazo” de Juan Genovés. En ese cuadro hoy se vislumbran a Sánchez e
Iglesias, pero también a Urkullu, Junqueras o Errejón.
Quizás
haya que proponer que esa imagen sea la de marca de este nuevo gobierno de las
izquierdas. “El abrazo” de Genovés como símbolo.
Con
audacia, imaginación y grandes dosis de generosidad lograremos finalizar esta
legislatura. Hoy toca disfrutarlo.
Veremos………..
P.D.:
Precisamente por esos 30 años batallando por llegar a esta situación, porque
este nuevo gobierno sintetiza todas mis ideas, volveré mañana a la sede de
PSN-PSOE a solicitar de nuevo mi afiliación.
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal de PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
7 Enero 2020
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