Nuestra democracia en peligro con Rajoy
Artículo publicado en DEIA el 4 Agosto 2016
Puede sonar demasiado
contundente el título de esta reflexión, pero si se lee con la mente abierta,
desde una panorámica amplia de sus últimas hazañas y también de las que ha
realizado por activa o pasiva en sus casi cinco años de “reinado” se verá que
no es así.
Si pensábamos que en el
culebrón que vivimos desde el 20 de Diciembre pasado ya había ocurrido todo nos
equivocábamos, le faltaba aún la traca final, que quizás no sea la última y que
nuestros insignes políticos nos puedan sorprender con alguna más.
De nuevo ese Rajoy
retorcido, perverso como un nuevo Maquiavelo del siglo XXI, nos daba una
lección de calculada ambigüedad para favorecerse a sí mismo, aunque sea
menospreciando al resto de contrincantes, a la ciudadanía y a las normas
democráticas existentes hasta que él llegó al escenario político. Habrá a
partir de ahora que añadir a nuestro diccionario una manera nueva de hacer
política: “a lo Rajoy” como los platos en cocina.
Todo estaba calculado
para el despiste en su intervención en la rueda posterior a su audiencia con el
Rey. Su plan era que sólo quedara el mensaje, de que éste le había propuesto
para postularse ante el Parlamento como nuevo Presidente del Gobierno y que
había aceptado esta solicitud de acuerdo con la Constitución. Punto final.
Pero dejaba para las
preguntas de los periodistas, no se sabe si pactadas o no, la verdad oculta.
Que a pesar de que pudiera parecer que se presentaría, la realidad era que aún
no lo había decidido y que probablemente (también sin pillarse las manos) sólo
lo haría en el caso de tener los apoyos suficientes para salir. Maquiavelo
habría enrojecido de pudor ante este brillante discípulo, aunque quizás para el
maestro este tipo de comportamiento resultara un insulto a la razón.
Surge la duda en el año
de Shakespeare si realmente sea más parecido a Ricardo III, a la vista de ver
cómo va dejando este país lleno de cadáveres. La traición y el engaño cometida
al PDC utilizando sus votos para lograr la mayoría en la Mesa del Congreso,
pero no correspondiéndoles permitiendo que tengan grupo propio es del más puro
estilo del protagonista de Shakespeare. Por cierto que ya se sabe como acabó.
Resulta paradójico que
quien se dice propietario de la verdad constitucional y la esencia de la
democracia en nuestro país, acabe pisoteando la primera y ultrajando la
segunda. El señor Rajoy no sólo va a pasar a la historia como el peor
Presidente (y eso que debía superar a un Aznar imponente en su primer mandato),
también como quien derribó el Estado de Bienestar, lleno la política de
corruptos y destrozó todas las reglas de juego democráticas habidas y por
haber. Un impresentable que prostituye todo lo que toca.
Cuando se señala como
culebrón lo acontecido en los últimos siete meses no se hace por casualidad.
¿Qué caracteriza a los culebrones más clásicos? Su larga duración, las pasiones
inconfesadas, las maldades más perversas y una buena persona que sufre sus
consecuencias. En este caso esa persona es nuestra ciudadanía acosada,
utilizada, mancillada por este malvado personaje y sus secuaces.
Pero siguiendo la línea
argumental del culebrón en el mismo también surgen personajes como Rivera,
Sánchez, Iglesias, y los malvados nacionalistas. Son gentes variopintas que van
desde el lameculos del malo, hasta el cobarde, el traidor, el lleno de dudas al
más puro Hamlet, o las comparsas que al final despiertan de su letargo y se
rebelan ante las injusticias del tirano. Es probable que en el nuestro ocurra
lo mismo, aunque ya están tardando mucho.
Aquí viene la segunda
parte, el papel del resto. Lo de Rivera parece claro rendido con armas y
bagajes al malo de la serie. Aunque siempre con los traidores y mentirosos cabe
dejar una puerta abierta a que también acaben traicionando y abandonando a ese
malvado en el último instante.
El resto generan más
dudas. ¿Permitirán que se salga con la suya con esta última jugada de truhan
tramposo? ¿O denunciarán alto y claro que la Constitución en su artículo 99.2,
del que ya todos somos expertos, no contempla que pueda desairar al monarca y
dar la espantada una vez aceptada su propuesta? O sea que sí o sí, debe
jugársela y presentarse a la investidura con el riesgo de perderla, como por
cierto hizo Sánchez.
Porque no hacerlo sería
una decisión sin precedentes y abriría la posibilidad de interpretación libre
de la Constitución, por ejemplo la de otros artículos como el 92, consiguiendo
así que la frase “las decisiones políticas de especial transcendencia podrán
ser sometidas a referéndum…” permitiera realizar referéndums en Catalunya o
Euskadi. Porque si para él todo vale, por qué no extender ese principio a los
demás? Si el artículo 99.2 permite la flexibilidad y la interpretación libre
por qué no el 92?
Especial relevancia
adquiere el papel de una figura importante de nuestro entramado parlamentario,
la Presidenta del Congreso. Ana Pastor se está comportando no como la figura
institucional que se le exige sino como una lacaya de Rajoy rompiendo la regla
de que una vez propuesto por el Rey un candidato en ese mismo instante debe
reunir la Mesa del Congreso y fijar las fechas para la investidura, aunque como
en el caso López-Sánchez permita demorar unos días la misma. Su comportamiento
ha sido indigno y patético.
Se abre pues un periodo
de incertidumbre y desasosiego debido al peculiar carácter de este personaje
sombrío. En el caso de que la presión social (ésta escasa), política y
mediática le obligaran a presentarse y que el resto mantuviera la palabra dada
a su electorado, saldría derrotado. Después de todo lo ocurrido en los últimos
veinte días, incluida la rocambolesca elección de la Mesa del Congreso, Pedro
Sánchez estaría obligado a dar un paso al frente presentando su candidatura y
sus barones y baronesas a callar para no convertirse en traidores no sólo a su
base social, sino al país. De momento el pasado martes ha mantenido su palabra
del NO, a pesar de las brutales presiones que está sufriendo desde dentro y
fuera de su partido.
Tampoco conviene que
olviden que a día de hoy media cúpula, o más, del PP está ya imputada e irá a
juicio por los casos de corrupción y que su intransigencia está llevando a la
relación Estado-Catalunya al borde del precipicio. Aviso a navegantes para los
nacionalistas ante sus próximas decisiones.
Si toma esa decisión el
resto de partidos estaría obligado a apoyarle con dos opciones posibles, que
Podemos y Ciudadanos terminaran con su cuitas en aras del bien común,
especialmente después de ver el peligro que para nuestra democracia suponen
Rajoy y su PP, aunque parece muy improbable.
Si fallara ésta la
segunda sería que pudiera salir elegido con los votos de PSOE, Podemos, PDC,
ERC, PNV e incluso Bildu que ha asegurado por boca de su portavoz Otegi que
apoyaría esta opción. Desde luego con un Podemos mucho más flexibilizado y
permisivo, tal y como parece adivinarse en los últimos tiempos después de su
descalabro electoral.
Aunque parezca
paradójico a la vista de los resultados del pasado 26-J, existen más
posibilidades ahora que después del 20-D debido a estas nuevas circunstancias.
Conclusión: en el peor de los casos con el voto en contra de Ciudadanos (menudo
sapo a tragar por Rivera) 180-170. Punto final feliz al culebrón.
Ese gesto de valentía
supondrá para Pedro Sánchez reconocerle su función de estadista a la vieja
usanza, salvará su cabeza política ahora en peligro y aportará luz y color a un
país demasiado gris y oscuro. Es cierto que eso le obligaría a un ejercicio de
audacia, imaginación y generosidad sin precedentes y especialmente a montar un
gobierno dispuesto a dialogar, pactar, acordar buscando constantemente puntos
de encuentro que puedan sacar a nuestro país de la crisis con el menor coste
posible y solucionar de una vez por todas las tensiones centro-periferia, uno
de los motivos por los que los nacionalistas deberían apostar por esta
solución.
Quizás esto sólo sea el
sueño de un ingenuo en una noche de verano y que al final como plantea José
Antonio Pérez Tapias, una de las pocas voces lúcidas de la izquierda del PSOE,
esto acabe con la “conjura de los necios”, la victoria de los mediocres, del
peor discípulo de Maquiavelo. Que entre todos la mataron, a la democracia, y
ella sola se murió y Mariano Rajoy, ese personajillo de tres al cuarto, siga
gobernado nuestro país para vergüenza de nuestros ancestros y para peligro de
nuestra democracia.
Veremos………….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 3
Agosto 2016
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