Partidos antiguos, partidos emergentes. ¿Todos iguales?
Artículo publicado en PUBLICOSCOPIA el 20 Octubre 2015
Ha comenzado la cuenta
atrás para las próximas elecciones del 20-D. Apenas dos meses nos separan de
ellas y ya los partidos comienzan a engrasar sus maquinarias comenzando por la
elaboración, siempre compleja, de sus listas. Ahora también se ha puesto de moda
verse asesorado por “grupos de expertos” que la mayoría de las veces solo
suponen un reclamo publicitario.
Incluso los denominados
partidos de izquierdas clásicos recurren a este ardid ficticio, especialmente
desde que decidieron abandonar la vieja norma, que les situaba en el terreno de
intentar transformar la sociedad para dedicarse exclusivamente a interpretarla.
Este cambio cualitativo hizo que a partir de ese instante la táctica se
impusiera sin ningún pudor a la estrategia y cualquier paso dado va dirigido
exclusivamente a ganar votos, a darle a la ciudadanía lo que pide.
Así con el tiempo las
teorías del despreciable Francis Fukuyama se han ido imponiendo y su “El fin de
la historia y el último hombre” es el libro de cabecera de quienes son más influyentes
en el devenir de esos partidos. La interpretación real de esas teorías escritas
hace 23 años es que ha llegado el final de la ideología y que ya no existe ni
izquierda ni derecha, teoría que ha ido calando en ciertos intelectuales
progres tanto dentro del PSOE como del emergente Podemos (la derecha ya llevaba
años planteándolo). Otros preferimos la disidencia ante estas peligrosas
propuestas de Jaques Derrida.
Pero no da la política
actual para reflexiones tan sesudas, solo para observaciones light debido a que
la pobreza intelectual de quienes habitan en ella impide cualquier análisis
profundo. Terminaron, desaparecieron los intelectuales potentes siendo
sustituidos por expertos en marketing e interpretadores de encuestas
sociológicas. Aquellos que dan con las claves para conseguir el mayor número de
votos sin importar lo más mínimo los métodos empleados para ello y mucho menos
las traiciones ideológicas. Vivimos malos tiempos para la lírica.
Así nos encontramos que
en los partidos antiguos y clásicos, en los que situamos en la derecha o la
izquierda conviven una nueva especie que vale para todo, lo que se suele
denominar polivalente, que podría estar en las filas del PP lo mismo que en
Podemos, Ciudadanos o PSOE. Gentes desideologizadas, sin escrúpulos
generalmente jovenzuelos y jovenzuelas que se creen ya sabidos y desprecian a
los veteranos ortodoxos.
Recuerdo una
experiencia personal cuando a finales de los 80 un grupo numeroso de militantes
del PCE entraron en crisis con su metodología, con su dirección y decidieron
abandonarlo para posteriormente recabar en las filas del PSOE. Fue una decisión
meditada y traumática en la creencia de que éste era la “Casa común de la
izquierda”, lo que ignoraban era que se iba a convertir en el capazo donde todo
cabe, desde una militar represaliada sin ninguna experiencia política (eso sí
cumpliendo los parámetros vigentes: joven y guapa), hasta una militante del
partido más reaccionario de los últimos tiempos, látigo del socialismo….desde
la derecha.
Siempre en vísperas de
elecciones existe una búsqueda de esa nueva especie que denominan “mirlos
blancos”, que en un porcentaje elevadísimos de las veces resultan ser un bluf
total. Pero erre que erre los sesudos asesores del líder cada cuatro años
aparece de nuevo esa grave enfermedad que carcome a ciertos partidos.
La militancia mientras
tanto observa entre perpleja, cabreada y resignada, dependiendo del grado de
implicación y valentía que tenga, este penoso espectáculo. Se escenifican
discrepancias radicales que se quedan reducidas a la nada a la hora de la
verdad, o sea cuando se decide el asunto y sólo un pequeños grupo de
irreductibles guerreros, que aun ingenuamente debaten con argumentos
ideológicos resisten con empeño, pero sin ningún éxito. Sueles ser mirados con
desagrado y acusado de “moscas cojoneras” que estarían mejor fuera para que los
mediocres palmeros puedan ocupar su lugar. Deplorable.
Resulta curioso
escuchar sin sonrojarse a esos líderes que para justificar esos fichajes
estrella utilizan el argumento de “este partido abre sus puertas, porque en
este partido cabemos todos y todas”. Mentira porque mientras abren esas puertas
a las y los nuevos palmeros las cierran a los verdaderos militantes por el mero
hecho de discrepar han quedado excluidos, relegados y en el peor de los casos
expulsados.
Partidos nuevos,
partidos viejos, derechas, izquierdas, todos en este oscuro periodo pre
electoral sucumben a las maniobras deleznables. Todos transforman su faz del
Doctor Jekyll a Míster Hyde convirtiéndose en irreconocible. Pero apena mucho
verlo en los tuyos, en quienes son herederos de la lucidez honesta de don Pablo
Iglesias, que si levantara la cabeza volvería a morir de vergüenza. Da pena
verle renunciar a sus principios, aparcar su ideología por un puñado de votos
que quizás ni siquiera vengan. Qué pena….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 19
Octubre 2015
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