Cuídate de los “Idus de Marzo (Mayo)” Pedro Sánchez
Desde que el pasado 31
de Mayo en una reunión histórica, Izquierda Socialista decidió presentar su
propio candidato al proceso para elegir SG del PSOE mediante primarias, he
vivido momentos intensos, conocido en profundidad grandes compañeros y
compañeras, en especial nuestro candidato José Antonio Pérez Tapias, y
recuperado mi ilusión y pasión por seguir militando en el PSOE.
Nadie daba un euro
porque se pudiera conseguir los avales, pero se logró, tampoco porque se
ganara, no se ganó, pero el resultado era impensable mes y medio antes. Algo
había ocurrido, un nuevo fenómeno se paseaba por un socialismo deprimido y a la
deriva, un grupo de ingenuos, idealistas, en torno a un filósofo humanista era
capaz de poner patas arriba el esclerotizado partido y hacer temblar sus
estructuras, sus aparatos.
Por primera vez alguien
en su seno tenía la valentía de decir alto y claro lo que miles de militantes,
y posiblemente millones de personas de nuestra base social estaban reclamando. Las
tesis de la izquierda clásica se escuchaban de nuevo en su seno, República,
federalismo, estado plurinacional, laicismo, rebelarse ante la dictadura de la
Troika, nuevo modelo de partido, bicefalia, pluralidad, libertad…..Vientos
nuevos soplaban por las ventanas entreabiertas y un escalofrío también recorría
a los poderes fácticos, la gran Banca, Botín, la Casa Real, los poderes
financieros.
Hace unos días
comparaba a JAPT con José Tomás, aunque no soy taurino, más bien contrario y a
riesgo de ser malinterpretado señalaba sus parecidos.
La valentía, su pureza,
profundizar en las propias raíces del toreo y del socialismo. Su honestidad, su
coherencia, José Tomás entiende el toreo de verdad, sin trampas, sin argucias,
sin cosmética, ambos torean serios, y Pérez Tapias como buen filósofo analiza
con rigor académico lo que debe ser nuestra senda a seguir. Ambos también son
profundos, pisando terrenos que nadie actualmente se atreve a pisar.
Ambos
emocionan, introducen elementos de sentimiento, de pasión, de ilusión en un
mundo falto de todo ello. Y se les respeta. Se les respeta independientemente
de que estés o no de acuerdo con su arte en el toreo o sus ideas para el
socialismo. Se les respeta sin necesidad de emplear el temor, el chantaje o la
presión. Por eso son tan grandes.
Pero no ha
podido ser, al menos en este primer envite, salió elegido el favorito de los
poderes, internos o externos, Pedro Sánchez, mi felicitación sincera. Ahora le toca a él lidiar estos toros bravos, con
una cuadrilla que no va a ser la suya. Con peligros acechándole, porque él no
era el esperado, era ella, Susana Díaz que esta vez no va a torear esta peligrosa ganadería. Quizás el aliado más leal que encuentre en los próximos tiempos sea
precisamente quien ha competido con él de cara, de frente, lealmente: José Antonio Pérez
Tapias.
Le invito a
leer todo lo referente a los “Idus de Marzo” a la traición y posterior
asesinato de Julio César, cuando un agorero le señaló que se cuidara de ellos.
A Pedro Sánchez habrá que señalarle: “Cuídate de los Idus de Mayo”, porque en
Mayo 2015 tendrá su primer y quizás único examen. Si suspende de manera absoluta en las elecciones
autonómicas y municipales, si se demuestra que no es el revulsivo necesario para el socialismo, es
probable que la siguiente corrida la toree una sevillana, porque todos llamarán
a su puerta como salvadora. Brutus y Casius amigo Pedro ya caminan a tu lado, cuídate de ellos y de ellas.
¿Y después?
Pues después vendrán las generales y quizás en ellas se demuestre que tampoco
el recambio funciona.
Ése será
nuestro momento, el momento de la izquierda del socialismo, el salvavidas para evitar la desaparición definitiva del PSOE, pero para llegar a
él debemos recomponer nuestro maltrecho, aunque valiente, ejército, curar nuestras heridas y seguir preparándonos para la batalla final, sin dejar de participar lealmente en las que nos vienen encima.
Cambiar
nuestro nombre, el antiguo suena a derrota, unirnos a las tribus del norte y
del sur, de dentro y de fuera, aumentar nuestro potencial. Pero también colaborar con nuestros
compañeros victoriosos ahora, porque lo importante es el proyecto, la lealtad
es hacia las ideas. Exigir el cumplimiento estricto de las promesas hechas
durante esta campaña y seguir impulsando las nuestras precisamente por esa
lealtad.
En ningún
caso abandonar, porque a veces las guerras se ganan después de perder batallas
que parecen definitivas.
Nunca he
sido de liderazgos personalistas, pero tenemos la inmensa suerte, el verdadero
lujo de contar dirigiendo nuestro ejército a una persona excepcional, un
compañero en el amplio sentido de la palabra, que sabe escuchar, que alecciona
sin imponer, que reflexiona y acepta las buenas propuestas, que favorece el
trabajo en equipo. Confío plenamente en él y mientras nos dirija yo estaré dispuesto para la batalla ideológica. Ahora nos toca cuidarlo, protegerlo, ayudarle, de manera generosa aparcando
ambiciones personales, codo con codo hasta el momento de la victoria de
nuestras ideas.
Así debe
ser y así será….
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