NAVARRA en peligro
Artículo publicado en DEIA el 16 Septiembre 2013
Durante décadas la Comunidad Foral de Navarra ha sido la envidia de la mayoría del resto de autonomías de este país. No solo, que también, por sus maravillosos paisajes, su espléndida huerta, su cocina universal o las mundialmente famosas fiestas de San Fermín. Ha sido envidiada por sus saneadas cuentas, la fortaleza de sus instituciones, una economía basada en la industria que le hacían situarse en el máximo lugar del escalafón en crecimiento económico, en menor tasa de desempleo, o lo que es lo mismo en una mejor calidad de vida.
Por más que a menudo
recibiera críticas sobre su menor aportación al estado, debido a las
condiciones acordadas de mutuo acuerdo, o sus derechos históricos que
reportaban la capacidad de tener una hacienda propia.
Aún resuenan las
demandas que periódicamente llegaban desde otros lugares, especialmente desde
Catalunya, en concreto las palabras de Jordi Pujol solicitando que ésta tuviera
las mismas características. Una teoría que su discípulo Artur Mas sigue
transmitiendo constantemente. Parecía que se vivía en una especie de isla, en una burbuja a salvo de las turbulencias económicas y políticas del exterior.
Aunque nunca han existido mayorías absolutas que a algunos perecen gustar en demasía, había una cultura del pacto, no siempre transparente y leal y hasta los últimos tiempos con la dificultad añadida que la existencia de la violencia de ETA acababa distorsionando la posibilidad de que estos se produjeran de manera transversal y enriquecedora entre las diferentes izquierdas, o entre las dos almas que la impregnan.
Hubo tres intentos que
a punto estuvieron de dar un giro a su historia: el acuerdo entre PSN y EA para
la investidura de Gabriel Urralburu en 1991, que necesitaba de la abstención de
Herri Batasuna. Una abstención que a punto estuvo de lograrse en un intento
vivido en primera persona, que fracasó debido a errores y falta de visión
política de ambas partes. El descubrimiento de la trama Urralburu-Aragón-Roldán
lamentablemente habría hecho fracasar esa experiencia novedosa a los pocos
meses.
El segundo lo
protagonizó el tripartido liderado por Javier Otano, que sucumbió también por
dicha trama al descubrirse la colaboración de este último, cuando la aprobación
de un ilusionante y novedoso “Órgano común
permanente” entre Euskadi y Navarra provocó que los oscuros poderes
fácticos que intentan controlar esta comunidad destaparan las cuentas que tenía
en Suiza. Resulta seguro que éstos manejaran esta información a su conveniencia
como forma de evitar que se pusiera en marcha una fórmula que podía haber dado
mucho de sí.La tercera y última sucedió en 2007 cuando el nuevo gobierno tripartido, Na Bai-PSN-IU que iba a ser presidido por el Socialista Fernando Puras fue torpedeado por el PSOE ante las presiones inconfesables, manipuladoras y deleznables de una parte de sus dirigentes, especialmente los andaluces y extremeños que chantajearon a un débil Zapatero que a pesar de ser favorable al mismo tuvo que plegarse de manera cobarde.
Tres ocasiones, tres, que
habrían cambiado al devenir de la historia de Navarra seguramente llevándola a
mejores orillas que las actuales.
Entre ellos siempre la
indecisión, la falta de seguridad a la hora de tomar decisiones de calado, del
partido clave para que ello fuera posible: el PSN, que durante las últimas tres
décadas ha navegado a dos aguas, bandeándose constantemente y bandeando como
consecuencia de ello a nuestra comunidad. Siempre con la incertidumbre de qué
camino tomar de manera estratégica y no solo puramente táctica y oportunista,
más la lucha fratricida que en su seno siguen librando las dos almas que lo
impregnan, la que domina en estos momentos favorable al pacto con la derecha
más reaccionaria del estado, en un intercambio impresentable de apoyo a cambio
de sillones y prebendas y las minoría que aún queda después de años de “caza de
brujas” en su interior, favorable a un giro radical abriendo la posibilidad del
cambio que cada vez de manera más evidente demanda la mayoría de la sociedad. Lo ocurrido en los últimos meses con el oscuro caso de la venta (¿o se debe decir regalo?) de la CAN, una prestigiosa Caja hundida por la nefasta gestión de los últimos años, a La Caixa, ha hecho temblar no solo los cimientos políticos, también los económicos. Eso unido a errores de bulto gravísimos en ayudas e inversiones, especialmente en empresas públicas o semipúblicas, o en la gestión de la crisis ejerciendo de mamporreros del PP, ha llevado a Navarra a una situación límite.
Afortunadamente la
estabilidad actual del buque insignia de nuestra industria: Volkswagen, ha
evitado que el derrumbe fuera definitivo, aunque siempre hay que tener previsto
lo peligroso que es depender de una única empresa. En estos temas, gestión de
las cajas y diversificación industrial, lamentablemente no se siguió la
dirección ejemplar que nos mostraba Euskadi.
Todo ello sitúa a
Navarra en una situación de peligro inminente. Su privilegiado lugar en el ranking
de calidad de vida disminuye vertiginosamente y si no se toman medidas urgentes
y contundentes aún puede empeorar.
¿Qué se debe hacer para
evitarlo?
A nadie le resulta
extraño saber que las decisiones políticas siempre tienen una incidencia
económica, por eso se debe comenzar por ahí. La posibilidad de un cambio
radical en el PSN es tan improbable como necesario y la clave para evitar éste
peligro inminente. Las turbulencias que azotan al PSOE indudablemente van a
tener una repercusión en su franquicia navarra. Solo si ese cambio se produce
podríamos encarar el futuro con menor pesimismo. El absoluto desprestigio de su
cúpula actual lo exige, sus bases sociales le abandonan en manada sin tener muy
claro un referente alternativo.
Ese cambio propiciaría,
más aún ahora que la desaparición definitiva de ETA elimina obstáculos antes
insalvables, un acuerdo con el resto de las fuerzas progresistas, Geroa Bai, IU
e incluso Bildu, para conseguir un cambio, un gobierno alternativo a la derecha
que domina desde hace 22 años, con la sola excepción del año de gobierno
tripartito presidido por Otano.
Ese gobierno
ilusionante, transversal, plural, puede realizar un profundo trabajo de transformación,
de acercamiento definitivo de las dos almas a menudo confrontadas, crear
instrumentos de colaboración con Euskadi e incluso a medio plazo favorecer
propuestas imaginativas, audaces, novedosas para solucionar viejos y
enquistados problemas. La Euro región tantas veces comentada y pocas veces
exploradas podría ser una de ellas, no la única pero sí quizás la más
importante.
Navarra está en
peligro, las alarmas han sonado, las luces rojas están encendidas pero aún no
es tarde para salir del pozo en el que nos han ido metiendo la
irresponsabilidad de unos, la ambición de otros, la torpeza de una parte de la
izquierda y la creencia que no existía otra alternativa a la derecha navarrista
en el poder.
Nuevos tiempos vienen,
quienes no se adapten a ellos es probable sean arrollados por el viento del
cambio. Veremos….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN y actual militante del PSC)
Villava-Atarrabia 16
Setiembre 2013
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