Unas “no fiestas” covidianas 2020
Publicado en Periodista Digital, Plaza Nueva, Navarra Información, La Voz de Ávila, Crónica Local, mil21, Hora Punta. del 8 al 10 de Junio 2020.
El
SARS 2-COVID 19 ha cambiado la vida de la humanidad, allí y aquí.
Lo que
a principios de año veíamos como algo que ocurría en la lejana China a miles de
Km, la existencia de un mundo interrelacionado donde las distancias no existen,
nos lo ha traído a nuestra casa alterando la marcha de nuestras vidas.
La
palabra confinamiento ha formado parte de nuestra cotidianidad como único medio
de parar la pandemia. Lo hemos conseguido a medias y por el camino hemos dejado
a más de 28.000 personas (algún día conoceremos la cifra exacta) y miles de
damnificados, ingresados en hospitales, en UCI, en domicilios, familiares y
amigos. Demasiado sufrimiento.
Ha
afectado en el devenir diario y seguirá haciéndolo, al menos hasta alcanzar una
vacuna que se prevé para principios de 2021. En ese tránsito nos queda un duro
verano y el peligro de un otoño en el que el monstruo acecha dispuesto a
asestar un segundo golpe.
Por
eso debemos tomar medidas, prudencia, sensatez y responsabilidad. De los
poderes públicos y en especial de la sociedad en su conjunto, en especial los
jóvenes que son los que ven el peligro más lejano, o incluso ni lo ven.
Se
equivocan, el peligro sigue ahí y su colaboración es fundamental para evitarlo.
El
verano traía habitualmente multitudinarias fiestas en los pueblos de nuestro
país. Juerga, jolgorio, relaciones estrechas, alegría, buen humor y alcohol,
mucho alcohol. Ese producto que desinhibe y hace ignorar el peligro; éste
también.
Por
eso los diferentes gobiernos autonómicos están planteando y los que no lo han
hecho deberían, que este año se suspendan esas fiestas (potestad de los
respectivos alcaldes) y en mi opinión
debemos hacerles caso.
Ya
habrá tiempo el año que viene de recuperar el tiempo perdido. Este año la
prudencia aconseja no realizarlas, ni mucho, ni poco; nada. Nos jugamos mucho
en ello.
De
hecho, algunas, quizás las más importantes, ya lo han decidido. Así no ha
habido Fallas, ni Semana Santa, ni feria de Abril de Sevilla, ni los famosos Sanfermines.
Probablemente tampoco se realicen las de la noche de San Juan, o las Semanas
Grandes de Vitoria, Bilbao y San Sebastián.
Porque
a este virus le agradan las multitudes, las distancias cortas, la proximidad
donde con mayor facilidad se transmite y las fiestas serían el caldo de cultivo
ideal para su fortalecimiento y repunte (otra palabra que ya forma parte de
nuestro lenguaje habitual).
Del
debate ¿economía o salud?, pasamos al de ¿fiestas o salud? y se debe apostar
con claridad por la segunda opción, que salva vidas y reduce mucho sufrimiento.
Este
año no debe haber fiestas en verano y especialmente en otoño para frenar al
virus. Los alcaldes deben entender el riesgo que asumirían de no hacerlo y todos debemos ayudar y colaborar con nuestra sensatez y nuestra prudencia, no
forzando decisiones que estarían contra nuestra seguridad sanitaria.
Quizás
estaría muy adecuado hacer pequeños homenajes al vecindario fallecido, o que ha
sufrido, como consecuencia de esta pandemia.
Con un
llamamiento especial. No podemos, no debemos, rebelarnos contra decisiones
responsables con irresponsabilidad social. No podemos, no debemos ante una
suspensión sensata plantear unas insensatas fiestas alternativas.
Por eso
habría que hacer un llamamiento a los líderes sociales, por ejemplo en Pamplona
a las poderosas Peñas, para que se impliquen en esta necesaria medida de
seguridad.
Este 2020
por nuestro bien, por el bien de todas y todos, fiestas no!
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
11 Junio 2020
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