¿Malditos homicidas? Seamos valientes y llamemos a cada cosa por su nombre.
Artículo publicado en El Confidencial Digital, Periodista Digital, Plaza Nueva, Navarra Información, Gara, Nueva Tribuna, Cónica Local, La Voz de Ávila del 29 de Junio al 2 de Julio 2020.
Domingo
de una tarde noche calurosa de veranos en un pequeño pueblo de Navarra. Decenas
de personas disfrutando del momento como si realmente no pasara nada de nada.
Especialmente
jóvenes que hasta altas horas de la madrugada, además de fastidiar el descanso
de los demás, se ponen en peligro ellos y al resto sin mascarilla y por
supuesto sin guardar las mínimas normas de seguridad.
Entran
ganas de bajar a la calle e intentar explicarles que aunque ellos se crean
inmunes al Covid-19, pueden volver a casa y transmitir ese coronavirus que han
recibido por irresponsabilidad a sus padres, o lo que es más grave a sus
abuelos provocando daños irreparables.
¿Soy
yo quien debe hacerlo? ¿Realmente deberíamos ser por responsabilidad una
especie de policía social que controle a
quienes no lo son? ¿Están cumpliendo los diferentes cuerpos y fuerzas de
seguridad del estado en Navarra con su cometido? Especialmente los más
próximos, Policía Municipal y Foral.
Difícil
respuesta especialmente en un pueblo gobernado por Bildu y su animadversión a
todo lo que suene a represión.
¿Es
realmente represivo evitar contagios, enfermedad, muerte, sufrimiento, a través
de medidas contundentes de control?
Y
por último la pregunta del millón: ¿esos irresponsables, especialmente jóvenes
que transmiten la pandemia, se podrían considerar como homicidas?
Teniendo
claro la diferencia que la RAE hace entre asesino y homicida. La primera
acepción “matar a alguien con alevosía”, la segunda “matar a una persona sin
que exista premeditación”.
Pero
en ambas circunstancias la consecuencia es la misma, la muerte de una persona.
Por
eso ante la inacción de quien debía hacerlo; ¿la ciudadanía deberíamos
intervenir llamando a cada cual por su nombre? ¿A esos que con insensatez
expanden la pandemia, homicidas, o mejor malditos homicidas?
Eso
a pesar de que exista hoy en día una extraña sensación de censura, a todo lo
que no sea afirmar que ya no hay peligro y que estamos ya en normalidad,
normal.
Me
niego a participar en esa ceremonia de “normalización” obligatoria, incluso
aunque venga de MIS gobiernos, el de allí y el de aquí.
Cuando
miro a mi alrededor estos días veraniegos, no me cuadra nada ni los datos, ni
las estadísticas, ni justificar y aparentar para rápidamente volver a una normalidad
en la que todavía no estamos.
Me
gusta ver “La noche de la Sexta” en su primera parte y escuchar las opiniones
de quienes realmente saben lo que está ocurriendo, me gusta (aunque nos
cuestione la situación real) lo que me transmiten quienes están en la primera
línea sanitaria, directores de urgencias, de UCI, del SAMU de hospitales como
Ramón y Cajal, Carlos III o Vall d´Hebron, a epidemiólogos, científicos, a
Miguel Sebastián, o Josep Corbella de La Vanguardia.
El
sábado 20 la explicación que nos dieron sobre los efectos de este coronavirus
en nuestro organismo, debería ser de visión obligatoria, especialmente para
optimistas de tres al cuarto, o quienes imprudentemente no cumplen las normas
establecidas.
Gente
seria, que sabe y nos transmite una situación preocupante muy alejada de lo que
se quiere dar a entender. Incluso desde los gobiernos.
Comentar
eso en redes sociales provoca una lluvia de críticas por catastrofista. Mucho
más aún si les llamaras homicidas.
Al
igual que comentar los preocupantes rebrotes en China o Nueva Zelanda, que
pillan muy lejos, pero también el de Alemania que pilla más cerca, o los
Basurto y Txagorritxo, Huesca, Santander, Pamplona y Sumbilla, que se los han
ventilado de un plumazo para dejar más cerca las playas de Cantabria, Salou, o
Peñíscola.
¿No
debería sacarse una estadística de los afectados, ingresados y fallecidos como
consecuencia de actitudes insensatas?
Para
eso han cambiado la manera de contabilizar fallecidos o infectados. Con el cambio
de excluir los test rápidos y contabilizar sólo las PCR, se distorsionan la
realidad y se enseña al personal sólo la punta del iceberg
Probablemente
presionados por los sectores económicos, especialmente el turístico y las ganas
proverbiales de juerga que tenemos los
españoles y aquí no se diferencian mucho los vascos, navarros, catalanes o madrileños.
¿Para
qué ese engaño? ¿Para disfrutar de las terrazas, piscinas, o poder ir a la
playa? ¿Compensará?
¿Debemos
reflexionar sobre eso y complicarnos la existencia, o creernos ciegamente los
datos oficiales?
¿A
quién responsabilizaremos si hay un rebrote? ¿Al gobierno central, al de aquí,
o a los buenistas que nos recriminan ser catastrofistas, a nosotros mismos por
no ser más valientes y llamar cada cosa por su nombre? ¿A los irresponsables
que no cumplen las normas y por tanto se comportan como homicidas?
¿Qué
es desde el punto de vista ético más lícito, la opción de Oriente de erradicar
el Sars2-Covid 19 o la de Europa de convivir con él? ¿Incluso deberíamos
interrogarnos sobre qué podrá ser a largo plazo más beneficioso para la
economía? Porque podría ocurrir que por ejemplo China debido a sus medidas
contundentes, saliera de esta crisis antes y devorara a las economías que optan
por la blandura de normas.
Como
conclusión un nuevo interrogante: ¿A quién hay que definir y señalar como
maldito homicida?
Pues
parece que la responsabilidad debe ser compartida, de unos por acción negativa
y de otros por complicidad cobarde, o intereses económicos y financieros.
Bien;
me he desahogado. Ahora sólo aspiro (rezaría si fuera católico) a que la
naturaleza nos eche una mano aunque no la merezcamos, porque desde luego por
nosotros solos no salimos de esta.
¿Malditos
homicidas? Dejémonos de protegernos tras los interrogantes, la respuesta es:
SÍ!
Seamos
pues valientes y digámoslo públicamente.
Veremos………
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
29 Junio 2020
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