Las Ramblas y Cambrils, aniversarios amargos
Publicado en Diario 16 y Navarra Información el 19 Agosto 2018. Diario de Noticias de Navarra y Plaza Nueva el 21.
Los pasados viernes y
sábado se ha cumplido un año de los atentados de las Ramblas y Cambrils. Porque
fueron dos actos crueles y a veces sólo recordamos el de Las Ramblas olvidando
injustamente el que ocurrió al día siguiente en Cambrils.
Han sido unos días
convulsos como lo fueron hace un año, repletos de dolor, sentimientos
encontrados, disparidad de opiniones y gestos afortunados y menos afortunados,
incluso algunos profundamente desafortunados.
Las víctimas los días
anteriores habían hecho un llamamiento emotivo para que se evitara la
politización de los actos y sólo hubiera unos protagonistas, ellos y su dolor.
Necesitaban acompañamiento, apoyo, solidaridad y silencio, especialmente de una
clase política especialmente crispada en Catalunya.
No perecía una petición
disparatada, más bien lógica y que debería ser de fácil cumplimiento.
En términos generales
se les atendió, especialmente desde una sociedad civil tremendamente
concienciada de que ese instante era suyo. Pero lamentablemente no todos lo
hicieron y lo más grave fue que ese ignorar
sus peticiones vino desde quienes más debieran haberlas cumplido,
ciertos políticos, ciertas instituciones, que no estuvieron a la altura del
momento.
La tensión provocada
por la colocación de diferentes pancartas, no con mensajes de apoyo y
solidaridad con las víctimas, sino con reivindicaciones políticas que no venían
a cuento. El que una de ellas, la más grande por cierto, se pusiera en el lugar
de los actos demuestran un desprecio cruel hacia esas víctimas que reclamaban
su silencio.
Nadie a día de hoy duda
que detrás de las mismas estuvieran los grupos más radicalizados de ANC y Omnium
y especialmente los autodenominados CDR. Pero desde luego instigados
especialmente por un Puigdemont que cada vez más desnortado, lanzaba continuas
soflamas desde su cómodo refugio de Waterloo.
La colaboración por
omisión de ciertas instituciones catalanas, el momento delirante del grupo de
montaña de los Mossos bajando por la fachada para quitar esa pancarta y su
retirada posterior, resultan patéticos e insultantes. Alguien debería dar
explicaciones lógicas (las dadas no convencen a nadie) sobre lo ocurrido.
Que el mismo día del
aniversario se convoque un acto político, al que acuden los máximos dirigentes
de la Generalitat encabezados por el propio President Torra resulta
intolerable.
No se discute sobre si
tienen derecho o no de hacerlo, que indudablemente la tienen ante lo injusto de
esos encarcelamientos, se discute sobre la oportunidad de si debían hacerlo ese
día. Especialmente después del llamamiento de las víctimas.
También resultan
lamentables los enfrentamientos entre los CDR y ultras unionistas,
protagonizando enfrentamientos impropios de ese día.
No hubo silencio, hubo
demasiado ruido y creo que la clase política, especialmente la independentista
(algunos de la otra también) deberían hacer un proceso de autocrítica para que
no se volviera a repetir esa situación.
Posteriormente en el
acto del 18 en Cambrils de nuevo los hooligan de la política, en este caso el
President Torra y el popular Albiol protagonizaron una discusión absolutamente
intolerable. Tipos de políticos así capaces de crispar hasta en un momento
solemne como ese, sobran en la política catalana y española.
Creo que en los tiempos
actuales debemos ir hacia respetar más a las personas que están en la política,
que a ciertos políticos que a veces no parecen personas. Así resultan
respetables comportamientos como los de Pedro Sánchez, Oriol Junqueras o el
Lehendakari Ibarretxe, que a pesar de mostrar su apoyo no quiso distorsionar
los actos con su presencia.
Lamentablemente en el
otro extremo debemos mostrar nuestro rechazo a gentes como Pablo Casado, Albert
Rivera, Carles Puigdemont, o Quim Torra.
Los primeros buscan construir
puentes, abrir veredas por las que caminar juntos y vías de diálogo, los
segundos los dinamitan, cierran caminos y generan incomunicación y crispación.
Ojalá algunos hagan esa
necesaria autocrítica y a partir de esos 17 y 18 de Agosto vuelvan a la senda
de la concordia, la sensatez y el diálogo. Catalunya, su sociedad lo necesita,
España y la suya lo necesita también.
Veremos…….
Villava-Atarrabia 18
Agosto 2018
Comentarios
Publicar un comentario