17-8-17, 17 (Los atentados que nunca debieron ocurrir)
Publicado en El Confidencial.com, Diario 16, Diario de Noticias de Navarra, Gara y Navarra Información el 12, 13 y 16 Agosto 2018
El 17 de Agosto de 2017
se produjo el atentado de Las Ramblas de Barcelona. Consecuencia del mismo se
produjeron 17 fallecidos, 15 en el mismo instante, más otra persona herida que falleció 10 días después y quien el
terrorista robó su coche para la huida. 17,
una cifra maldita, día 17, del año 17 con 17 muertos.
Posteriormente en
Cambrils siguió la orgía asesina la madrugada del día siguiente. Dos fechas
negras para Catalunya y España que dejaron familias quebradas, la de los
asesinados pero también la de los asesinos. Porque a veces en el fragor del
impacto y la indignación olvidamos injustamente este hecho.
¿Cómo quedaron después
de conocer lo que sus allegados hicieron a esas gentes? Probablemente
doblemente doloridas, con la vergüenza y el dolor. A veces se escribe la parte
de la historia de quienes fueron víctimas inocentes, lógico, pero olvidamos
situarnos también en el lugar de los próximos a los victimarios. Creo que este
podría ser un ejercicio muy sano para los sentimientos y el análisis. Una catarsis
sanadora socialmente.
Conviene también
recordar que estos hechos se produjeron en plena confrontación entre el
Gobierno central y la Generalitat, que trajo como consecuencia la batalla
dialéctica posterior sobre las responsabilidades en las que pudiera haber incurrido
cada cual.
Aquellos rifi rafes resultaron
lamentables, como lo son los que a pocos días del primer aniversario se vuelven
a reproducir.
¿Hubo responsabilidad
y/o negligencia? Parece evidente que sí. ¿De quién o quiénes? El levantamiento
del secreto del sumario deja al aire las vergüenzas de las policías de ambos
lados, de los servicios de información, o lo que resultaría aún más grave, que
la falta de conexión, de colaboración pudieran haber sido, por no haberlo
evitado, los causantes de aquel atroz crimen.
Resulta evidente que la
responsabilidad final es siempre de los asesinos, de los terroristas, pero no
se puede, no se debe esconder la cabeza debajo del ala, o como en el rugbi
echar la pelota a seguir, que sea otro el que la recepcione ante tu propia
incompetencia para hacerlo.
¿Sirve para algo ese
echarse la culpa uno a otro? ¿Devolverá la vida a esa 17 personas conocer quién
falló? Indudablemente no, pero sería bueno que ambas partes se pudieran al menos
poner de acuerdo para evitar un nuevo caso en el futuro. Que aprendieran que
colaborar no sólo es un deber, que es una obligación que deben a las sociedades
que dicen proteger.
Ahora el próximo
viernes llega ese aniversario y nuevamente afloran los errores políticos que
afectan a los humanos, en especial a las víctimas. Que si el Rey no es
bienvenido, que si el homenaje a quien entonces dirigía los Mossos d`Escuadra,
que si Omnium, ANC, CUP dicen o dejan de decir, bla, bla, bla.
Produce pena y al mismo
tiempo asco esta ceremonia de la confusión, ese intento asqueroso de intentar
pescar en río revuelto. Lo que debería ser un acto de homenaje, de apoyo, de
solidaridad con las víctimas corre el peligro en convertirse en una
continuación de las reyertas palaciegas.
Aún queda tiempo para
recuperar el sentido común, que cada vez más resulta ser el menos común de los
sentidos. De aparcar para el día después esas cuitas mediocres, de tener
generosidad y estar a la altura de lo que la inmensa mayoría de la sociedad
demanda.
Quizás sería bueno que
volvieran a escuchar y ver, aquella alocución memorable que la periodista ahora
defenestrada Gemma Nierga, pronunció precisamente en Barcelona después de la
histórica manifestación de repulsa ante el asesinato de Ernest Lluch a manos de
ETA.
"Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona
que lo mató, habría intentado dialogar; ustedes que pueden, dialoguen, por
favor"
Sánchez, Torra,
Gobierno del Estado, Generalitat, dialoguen y eviten ese día cualquier signo de
tensión y desavenencia. Se lo deben a las víctimas, a la sociedad catalana y
española, nos lo deben.
En temas de seguridad
ciudadana, en temas de terrorismo no caben bajezas, no se necesitan peleas
barriobajeras, se necesita aparcar las diferencias y buscar la colaboración,
las acciones conjuntas que garanticen la máxima eficacia, el máximo de
seguridad para la ciudadanía.
Lamentablemente se
observa demasiado relumbrón. Entre las ausencias, aunque no haya aclarado las
razones, la sensatez de un Iñigo Urkullu ejemplar en cada movimiento. Ojalá el
Gobierno Central y la Generalitat le sigan los pasos y al menos en este tema
fundamental sepan dar la talla ese día, evitando que de nuevo se dé una imagen
deplorable.
Quienes hace un año
fallecieron ese día, su memoria, sus allegados y ambas sociedades se lo
merecen.
Veremos……..
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 12
Agosto 2017
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