Enero negro: 40 años sin olvido, ni perdón:
Artículo publicado en Deia el 23 Enero 2017
Aunque últimamente esté ciertamente apagado, ha existido y existe aún en algún reducto intelectual la idea de que estamos en plena II Transición. Esta idea viene derivada de la eclosión política que ha supuesto en nuestro país, la aparición en la escena política de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos.
Aunque últimamente esté ciertamente apagado, ha existido y existe aún en algún reducto intelectual la idea de que estamos en plena II Transición. Esta idea viene derivada de la eclosión política que ha supuesto en nuestro país, la aparición en la escena política de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos.
La primera se puede decir que se inició el Sábado Santo de 1977 con la
legalización del PCE. Recordaba también al hilo de esta circunstancia el
terrible Enero que sufrimos anteriormente, justo hace ahora 40 años y que viví
en primera persona. Aquellos acontecimientos tan bien reflejados por Bardem en
su espléndida película. Ya se sabe que las efemérides se recuerdan con más
intensidad cuando son múltiplos de 5, es este pues uno de esos casos con el
redondo 40.
Al día siguiente muere la
estudiante de sociología María Luz Nájera, por el impacto del bote de humo que
recibe en la manifestación en protesta por la muerte de Arturo. Recibe el golpe
en la esquina de la Gran Vía con la calle de Libreros, también cerca de donde estábamos.
Impactados por ambos hechos toda la izquierda antifranquista se conmociona.
Precisamente aquel
terrible 24 de Enero teníamos previsto reunirnos el PCE de Artes Gráficas en el
despacho de los abogados laboralistas de Atocha, lugar que alternábamos con el
de Españoleto, pero nos llamaron para suspenderla porque había otra más
importante, la del Transporte que por entonces estaba en huelga. La sustituimos
por una mini reunión en mi casa, que también solíamos utilizar en momentos
puntuales.
Había negros
nubarrones, y algo se barruntaba pero a pesar de la rabia y la indignación se
nos recomendó desde la dirección del PCE tranquilidad, y en tras el debate que
tuvimos decidimos acatar esa decisión.
A medianoche sonó el teléfono de mi casa. Un camarada, Eugenio, me informaba de lo de Atocha. Asesinados Enrique, Sauquillo, …seis en total y heridos graves Lola, Alejandro…Pensé que podíamos haber sido nosotros. Luego una vorágine de reuniones, asambleas, contactos, y sobre todo un mensaje claro: hay que mantener la calma, no responder a la provocación.
A medianoche sonó el teléfono de mi casa. Un camarada, Eugenio, me informaba de lo de Atocha. Asesinados Enrique, Sauquillo, …seis en total y heridos graves Lola, Alejandro…Pensé que podíamos haber sido nosotros. Luego una vorágine de reuniones, asambleas, contactos, y sobre todo un mensaje claro: hay que mantener la calma, no responder a la provocación.
A pesar de la rabia
contenida por nuestros camaradas asesinados apretamos los dientes y tragamos el
sapo. Éramos comunistas y por tanto teníamos una mayor responsabilidad, más aún
en los complejos momentos que nos tocaba vivir.
Después el
impresionante entierro en el que participé activamente en el “servicio de
orden”, con la sensación de estar viviendo momentos históricos. Incluso la
anécdota nunca aclarada de aquel helicóptero que la sobrevoló, la leyenda negra
se encargó de asegurar que era el propio Rey Juan Carlos I quien lo pilotaba. Luego
con el tiempo entendí que aquel llamamiento a la calma de mi partido fue clave
para conseguir la democracia, y desde entonces defiendo esa misma reacción en
circunstancias parecidas.
Antes otro día de Enero, fatídica casualidad, el 21 pero años atrás en 1969, caía asesinado por la policía franquista Enrique Ruano. Conocí a Enrique en la lucha anti fascista, era de mi misma quinta, aunque en aquel tiempo yo militaba en el PCE y estudiaba en la Escuela de Telecomunicaciones.
Antes otro día de Enero, fatídica casualidad, el 21 pero años atrás en 1969, caía asesinado por la policía franquista Enrique Ruano. Conocí a Enrique en la lucha anti fascista, era de mi misma quinta, aunque en aquel tiempo yo militaba en el PCE y estudiaba en la Escuela de Telecomunicaciones.
Allí un día de Enero
nos enteramos de su muerte, de su asesinato, recuerdo las conversaciones con
José Luis “Avinareta”, Pepe Carpintero, Manolo Briso, Manolo Gamella, aunque
los dos últimos eran de la FUDE teníamos una muy buena relación, nos
estremecimos al pensarlo. El franquismo agonizaba, lo sabíamos, pero temíamos
sus últimos coletazos, y éste fue uno de ellos.
También conocíamos a
sus torturadores, a sus asesinos, el comisario Conesa, el temible Yagüe, y un
sádico, “Billy el niño”, o lo que es lo mismo Juan Antonio González Pacheco. No
los conocíamos físicamente todavía pero circulaba por los círculos de lucha
antifranquista su crueldad.
Posteriormente la conocimos de manera directa.
Creo que nunca se
borrará de mi mente aquella cara. Ahora vuelven a mí los recuerdos de aquellos
interminables días en la DGS, en la Dirección General de Seguridad de la Puerta
del Sol. Aquel tétrico edificio que aún me da escalofríos al pasar delante, por
más que ahora sea la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Hoy al recordar aquellos hechos pienso que también en esa ocasión pude ser yo, cuando Billy “actuaba” y uno de sus compañeros le decía “ten cuidado que se te va a ir la mano otra vez y lo vas a matar”, resuenan esas palabras y las recuerdo como si fueran ahora, y su respuesta “no importa, hacemos como con Ruano, lo tiramos por la ventana y decimos que se quería escapar”.
Pienso en Enrique, en
todos los Enriques que dejamos por el camino, en aquellos camaradas, los
abogados de Atocha, por eso escribo estas líneas, que son, que quieren ser un
homenaje a quienes lucharon codo con codo conmigo y hoy ya no están. Mirar la vista atrás no te convierte en
estatua de sal, es una obligación para mantener viva la memoria.
Recordando aquellos
Eneros observo la presión intolerable que sufre la izquierda en el actual y
aquellas sensaciones experimentadas entonces las vuelvo a tener ahora. Siento
que vuelve la presión agresiva del fascismo, ahora con otra cara y otros
nombres: el mercado, el capitalismo cada vez más agresivo y cruel,
el peligro de los Donald Trump de turno, el control del PP, los poderosos
poderes fácticos mediáticos, las leyes represivas incluida la “Ley mordaza”, la
intolerancia, la sensación de peligro sólo por pensar diferente, la incomprensión
de muchos.
Echo de menos que en
aquel tiempo existía una mayor camaradería entre los que luchábamos. A
diferencia del momento actual en el que cierta insolidaridad, la ambición, la
insensibilidad, el borreguísimo, o la traición dominan una parte de la
política. Veo con dolor la izquierda quebrada,
sin capacidad de reacción ante las agresiones y a guantazos dentro y fuera de sus
respectivos partidos.
Estamos en otro tiempo, pero esta tarde de invierno recuerdo aquellos momentos, aquellos días, aquellos interrogatorios crueles, aquellas gentes, a mis camaradas caídos con sensaciones profundas, muy profundas, y alguna lágrima asomando por mis ojos, sintiendo que al recordarlos recupero mi capacidad para llorar de emoción.
Pero también para luego
lavarme la cara con agua muy fría y continuar la lucha, también en su nombre,
una lucha revolucionaria, activa, valiente que frene estas nuevas agresiones de
un fascismo diferente pero igual de insaciable, cruel. Para luchar por
reinventar al PSOE como partido de izquierdas, o buscar con fuerza la unidad de
esa izquierda.
Os recuerdo hoy, os recordaré siempre camaradas, compañeros…..vuestro
ejemplo me guía y guiará, sé que también vosotros no consentiríais sin alzar
vuestra voz que la izquierda no gobierne pudiendo hacerlo.
Os recuerdo, y a través de esta reflexión intento que os recuerden todas
aquellas personas que la lean. Y no perdono a vuestros asesinos.
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 16 Enero 2017
Magnífico escrito. Muchas gracias
ResponderEliminarTengo 53 años.
ResponderEliminarSoy afiliada de PSOE.
Peleamos contra esto.
Grandes y sabias tus palabras.