El PSOE en su encrucijada final
Publicado en Navarra Información y Gara
No es la primera vez que el PSOE se ha situado en su encrucijada, aunque esta parezca la definitiva.
No es la primera vez que el PSOE se ha situado en su encrucijada, aunque esta parezca la definitiva.
Lo ocurrido en el
Comité Federal del pasado sábado demuestra que se encuentra justo ahí. Después
del terrible mes de Octubre, de los tumbos que ha ido dando desde que de una
manera deshonrosa permitió a Rajoy y su corrupto PP seguir gobernando, ha dado
una última lección del esperpento en el que está metido.
Las lúcidas palabras de
uno de los pocos intelectuales que le quedan, José Antonio Pérez Tapias, que
junto con Andrés Perelló había presentado una propuesta de primarias y Congreso
Extraordinario en el mes de Abril, indican la falta de democracia de quien
debiera ser adalid de la misma.
Un fantasma de pasado
como José Blanco se permitió impedir la votación al grito de “yo he hecho los
estatutos, yo los interpreto”, al más puro estilo de “el poder soy yo”.
Prácticas autoritarias frente a un deseo de democratización del partido, que
impregna unas bases socialistas alzadas en armas contra la tiranía.
Unas bases que han
llenado el país de plataformas y colectivos defensores del No, de luchadores
por lograr esa democracia interna, de gentes que pelean por unas primarias
limpias y urgentes. No ha podido ser, al final la Gestora, una especie de
títere manejada por Susana Díaz, ha impuesto su rodillo en un órgano plagado de
gentes que ganan del partido, que deben su salario a él y que temen perderlo
con posturas contrarias al poder establecido.
Así después de 17
intervenciones en contra acaban convirtiéndose en apenas 5 votos a la hora de
la verdad, cuando un brazo alzado puede suponer tu despido fulminante de tu
puesto de trabajo. Quizás hasta que no exista una norma que evite que más del
25 o 30 % de ese máximo órgano de
decisión pueda estar en manos de liberados, sean internos o institucionales, no
se pueda trasladar a él el sentir de la afiliación.
A las pocas horas uno
de los que abandonaron a Pedro Sánchez, de los que cambiaron el no por la
abstención, Patxi López, anuncia su candidatura. ¿Está el dubitativo ex
Secretario General detrás de esta candidatura? ¿Está alentada por Susana Díaz
en ese intento de “divide y vencerás”?
Quizás ambas, pero lo
que resulta evidente es que después de este movimiento, por otro lado anunciado
hace semanas, la opción de Sánchez pierde fuelle y le exige una concreción
inmediata para no quedar absolutamente difuminada.
Mientras tanto todo el
movimiento revolucionario explosionado en el interior del PSOE, asiste entre
perplejo e indignado a este lamentable espectáculo, sin saber muy bien qué se
puede hacer.
Y esa es realmente la
pregunta: ¿qué hacer?
Sólo existen dos
hipótesis posibles para ese ilusionante y novedoso movimiento surgido de unas
bases cansadas de manipulación, de ser ninguneadas, ignoradas por una cúpula de
burócratas.
Antes que nada y aunque
sea de manera dolorosa, dejar constancia de que el plan A, que Pedro Sánchez
liderara la revuelta, puede haber dejado de existir. Tiene todo el apoyo si
decide continuar, es el líder incuestionable de esta revuelta, pero resulta
necesario, imprescindible que baje a la arena de manera inminente y aclare su
situación.
Si se diera el final
del plan A, de manera inmediata debemos diseñar con urgencia un plan B que
pudiera recoger lo que aún quede de ese poderoso ejército. Dependiendo del
tiempo empleado éste será más o menos numeroso, de ahí lo urgente del
movimiento.
Un ejército diezmado
pero aún con capacidad de plantar batalla necesitará un nuevo líder que recoja
la bandera abandonada por Sánchez. Debe ser del grupo del No, en ningún caso de
quienes en el fragor de la anterior batalla abandonaron ese principio. Eso deja
fuera lógicamente a un Patxi López difuminado y blando.
En estos dos largos
meses ha habido un grupo de diputados del No, de las gentes que se lo jugaron
todo para mantener la dignidad del socialismo, que se han recorrido este país
de norte a sur y de este a oeste, agrupación tras agrupación, acto tras acto,
rodeándose de miles de militantes que veían en ellos la representación de la
dignidad.
De entre ellas y ellos
(más ellas que ellos) emerge una figura con capacidad de liderazgo y
experiencia política profunda: Odón Elorza. Político bregado en circunstancias
difíciles en la Donosti de los años de plomo y fuego, que plantó cara al mundo
de ETA, pero que al mismo tiempo tuvo una inmensa capacidad de consenso,
incluso con ellos. Una figura respetada en ambas orillas de aquel río de aguas
turbulentas.
Una figura así necesita
el socialismo de futuro, valiente, honesto, coherente, de izquierdas, con un
bagaje ideológico e intelectual consistente.
Ese periplo por las
agrupaciones le ha hecho conseguirse el respeto y apoyo de la militancia de base. Se lo ha currado después
de votar No a Rajoy y el PP, de ser leal a los principios aprobados y también
al líder hasta que este ha dicho basta, hasta aquí llego y se ha bajado del
carro.
Si toma esa decisión
debe rodearse de quienes en estos meses han estado en este lado de la
barricada, desde ideólogos como José Antonio Pérez Tapias, Andrés Perelló o
Josep Borrell, hasta las decenas de gentes que se ha encontrado en su largo
periplo, cuadros medios y gente sana del partido. Ningún general, ni siquiera
coronel.
Después lo justo sería
que Pedro Sánchez apoyara a quienes le han sido leales en este sainete
esperpéntico, no solamente a él sin también a sus principios. Las ideas que han
ido desgranándose en cada una de esas reuniones por las han ido pasando Odón,
junto con diputadas del no como Zaida Cantero, Susana Sumelzo o Luz Martínez
Seijo.
Que sea una candidatura
coral del No, con las gentes que fueron leales al espíritu socialista, gentes
de izquierdas, con un programa nuevo para la refundación de un PSOE en su
encrucijada vital, justo al borde del precipicio.
Sin importar mucho el
apoyo que pueda tener, porque lo importante es que alguien valiente mantenga
alzada la bandera de aquel movimiento, que estas maniobras sucias, traicioneras
y subterráneas no acaben con aquella ilusión. Después poner negro sobre blanco
las propuestas en un programa de futuro no solo del socialismo, también de la
izquierda.
Hay que intentarlo, no
se puede, no se debe dilapidar, tirar por la borda todo el activo de ese
movimiento único e histórico. Hay que animar a Odón a que dé el paso y a Pedro
a que le apoye, con el resto del No como una gran marea de cambio en el
socialismo. Si no somos capaces de convencerle que sea otro, u otra, pero que
el día que votemos haya una papeleta del NO. Veremos….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 16
Enero 2017
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