The End
Publicado en Publicoscopia, Diario de Noticias de Navarra y Gara en Abril 2016
Una de las canciones
más brutales de toda la historia del rock es sin duda “The end” de The Doors.
En ella Jim Morrison se vació física y emocionalmente. ¿Quién no la recuerda
ligada al inicio de otra película para el recuerdo como Apocalypse Now de
Copola? La escena en la que Martin Sheen escucha tumbado en la cama de su
cuchitril en Vietnam el sonido de las aspas de un helicóptero, mientras mira el
girar de un ventilador sujeto a su techo al mismo tiempo que Morrison se desgarra
y nos desgarra por dentro es simplemente inolvidable. Quizás sea una de las
escenas más impactantes de la historia del cine.
¿Qué tiene que ver esa
música con la situación política hoy? Puede parecer que nada, pero quizás si
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias las recordaran, recordaran su letra “Es el fin
mi única amiga, el fin de nuestros elaborados planes…el fin de las risas y las
dulces mentiras...”, esta obra de teatro no habría acabado en tragedia.
También si hubieran
leído “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad sobre la que se basa la
película, las reflexiones de Kurtz, en el cine el inolvidable Marlon Brando,
les habría servido para entender el inmenso error que estaban cometiendo y habrían
evitado este suicidio. Quizás si hubieran reflexionado sobre “¿has pensado en
las autenticas libertades? ¿Ser libre de las opiniones de los otros (Ibex 35)?
¿Incluso de tu propia opinión?
Pero no ha sido así, ni
han ha escuchado a Morrison, ni a Brando, ni leído a Joseph, simplemente porque
o bien están ya en estado catatónico, o las presiones internas y externas no
les han permitido ya ser ellos mismos, les han impedido ser libres.
Estos 128 días de
parodia, de engaño, incluso a ellos mismos, no han servido para nada. La
izquierda camina con paso firme hacia del despeñadero, hacia su auto
destrucción y lo hace de manera cainita, a guantazos en la prensa, en las redes
sociales, en los pueblos y ciudades, entre socialistas y podemitas impulsados
por las soflames de unos cuantos irresponsables que en estos momentos los
dirigen (¿). Qué tragedia.
No solamente Pedro y
Pablo debían haber escuchado con atención esa canción, visionado esa película y
leído ese libro abriéndose a sus mensajes, también debían haber analizado todas
las encuestas que a pesar de sus diferencias tienen algunos denominadores
comunes. Dos en concreto, que la derecha después del 26-J puede tener mayoría
absoluta y que la izquierda, su suma, bajará respecto la situación actual. Para
ese viaje no necesitábamos alforjas, pareja de insensatos.
Del análisis sensato y
objetivo (cualidades que parece carecen ambos personajes) de las mismas se podrían
contestar un par de preguntas ahora que ya está todo perdido:
¿Quién pierde con estas
nuevas elecciones? Pues pierde el PSOE que pudiendo lograr el gobierno ha
desperdiciado su ocasión, incluso pudiendo convertirse en tercera fuerza
política, pierde su líder Pedro Sánchez que como consecuencia de ello será
apuñalado en otoño cual Julio César sociata por los Bruto y Casio de turno.
Pierde Podemos porque bajará considerablemente aunque la unión con IU pueda
paliarlo. Y sobre todo pierde la izquierda, su base social de 14 millones de
personas a las que se condena a cuatro años más de sufrimientos y recortes.
¿Quién gana? Queda
claro que Rajoy y su PP que durante este tiempo sin ningún tipo de desgaste (ya
se ve que en esta sociedad la corrupción no erosiona el apoyo electoral) se ha
dedicado a estar sentado a la puerta de su casa, la Moncloa, esperando ver el
cadáver de su enemigo pasar.
Gana ciudadanos porque
se verá recompensado por su posición dialogante en el ámbito del electorado
conservador, gana IU a quien se valora la cordura de su líder Alberto Garzón,
quizás la figura que más salga fortalecida de esta sinrazón. Lo ocurrido les
sitúa en una posición radicalmente diferente a la que tenían después del 20-D
de cara a la negociación con Podemos. Una IU al alza y un Podemos a la baja
hace más probable la posibilidad de unión de ambas de cara a esas nuevas
elecciones y que exclusivamente por este efecto pueda producirse el “sorpasso”.
¿Quedaba algún margen
para la esperanza a falta de apenas 5 días para el final del plazo? Mínima,
pero posible, pero ayer la cerraron ambos de manera abrupta. Está claro que
para Pedro y Pablo, especialmente el primero, era su última oportunidad de
supervivencia política. Incluso la posición de Pablo podría quedar debilitada,
especialmente después de los últimos deslices y su incontinencia verbal, ante
la figura emergente de un Iñigo Errejón a quien al igual que a Garzón se le
reconoce su sensatez, su saber estar. Hace apenas unos meses nadie osaría en
Podemos cuestionar su liderazgo, hoy comienzan a oírse voces peligrosas para la
continuidad en el mismo.
La respuesta a la
pregunta hecha hace apenas unas horas ¿Pedro y Pablo, PSOE y Podemos podrán
cambiar el sentido de la marcha en el último instante como ocurrió en Catalunya
para evitar incluso su propio descalabro? está ya dada y es simple y
rotundamente no.
Quizás si hubieran visionado
que la noche del 26-J catorce millones de ciudadanos y ciudadanas se
preguntarán: ¿qué más da que PSOE supere a Podemos, o que éste con la ayuda de
IU lo haga con el PSOE si ellas y ellos van a ser condenados a cuatro años más
de sufrimiento? ¿Qué más da quién tiene la supremacía en la izquierda si va a
acabar gobernando la derecha? ¿Qué más da quién haya tenido la culpa si ambos
son responsables? Quizás si hubieran sido capaces de mirar más allá de sus
ombligos este despropósito se habría podido solucionar como en ese baloncesto
que tanto les gusta, al límite de la bocina, pero no, no ha sido así.
Eso a pesar de que en
último instante llegó la ilusión con el Acuerdo de el Prado pero tampoco. Eso
30 puntos nos representaban, a nosotros y a 14 millones de votantes, pero
nuevamente esta pareja de insensatos lo tiraron a la papelera.
Y así llegamos al
final, the end, del camino, no nos hemos vuelto hacia atrás dejando plumas en
la gatera, porque Pedro y Pablo han decidido tirarnos por el despeñadero.
La quiebra de la
izquierda está servida, probablemente para muchos años, quizás de manera
definitiva, pero lo más grave es que han extendido la alfombra roja para que de
nuevo la derecha gobierne nuestro país.
Decepción, hastío,
cabreo, traición, tomadura de pelo, insensatez, irresponsabilidad…….."Gracias" Pedro y Pablo por provocar todas estas sensaciones.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 26
Abril 2016
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