De Soria, a Aznar, a Rato, llegamos a Rajoy
Publicado en Gara y Publicoscopia el 19 Abril 2016
Nueva semana de escándalos de corrupción y corruptelas, que de todo hay, casi siempre en el seno del PP.
Nueva semana de escándalos de corrupción y corruptelas, que de todo hay, casi siempre en el seno del PP.
Aunque conviene
diferenciar, al menos en la praxis política, lo que es corrupción, o sea la
realización de algún acto que pueda ser tipificado como delito y por lo tanto
denunciado ante la justicia, juzgado y condenado, de lo que aún no siendo
supone un acto de corruptela, de que alguien a través de su actividad política,
o de su posición en ella consiga prebendas y beneficios.
Causa un cierto
sonrojo, una especie de vergüenza ajena escuchar a los políticos de cualquier
signo eludiendo responsabilidades, cuando lo que han hecho ellos o alguien de
los suyos no supone esa posibilidad de delito. Por ejemplo: ¿conseguir créditos
en momentos en que el grifo está cerrado
para los ciudadanos de a pié además a bajo interés es delito? No parece, pero
lo que sí supone es un acto intolerable que nadie que tenga un mínimo de ética
debería consentir.
Con este ejemplo se
pretende dejar claro que en la actividad política “la mujer del César no sólo
debe ser honrada sino además debe aparentarlo”, o sea que no sólo la corrupción
ensucia y prostituye la política, también las corruptelas, las prácticas
engañosas, o como define la RAE “las malas costumbres y abusos”.
Lamentablemente vivimos
un momento deplorable en nuestra historia donde un día sí y otro también
aparecen casos de corrupción y corruptelas. Los últimos nuevamente sacuden al
PP a través de su ya ex ministro Soria, el ex Presidente Aznar, al Alcalde de
Granada José Torres, e incluso cómo no a Rato. Salpican al PP y su gobierno,
aunque el Presidente en funciones haga como que no va la cosa con él, en una
táctica deleznable y cobarde pero que parece le funciona, al menos
electoralmente.
Pero no sólo inunda la
política, ahora en un escalón más afecta también a una organización que nada
más y nada menos lleva como nombre “Manos limpias”. Todo un esperpento y una
paradoja observar entre indignados y perplejos la detención de su líder Miguel
Bernard y del director de Ausbanc, Luis Pineda. Curiosa figura que en el pasado
ha estado relacionado con movimientos de extrema derecha. Ahora las manos
limpias se ensucian de fango cuando piden cantidades elevadas por acabar con lo
que parecía ser una campaña de limpieza del país y ha resultado ser solamente
un negocio lucrativo. Paren el mundo que me bajo decía Mafalda.
Todo ello ante el
silencio de una sociedad que o bien pasa de todo absolutamente desbordada por
esta situación, o acaba siendo cómplice de la misma a través de este silencio.
Una sociedad hipócrita
que en las encuestas refleja que estas prácticas suponen el segundo problema en
el ranking de sus preocupaciones tras el paro, pero que luego contradiciendo
esta afirmación sigue votando a los partidos manchados por las mismas. Así pasó
en Catalunya con Convergencia y su caso Pujol, Andalucía con el PSOE y sus ERE,
en las pasadas elecciones del 20-D con el PP y probablemente, al menos así lo
indican todas las encuestas, le volverá a pasar con las próximas del 26-J.
¿Cómo es posible sin
esa complicidad vergonzosa que el PP haya sacado más de 7 millones de votos y
se prevea que puede alcanzar en Junio los ocho?
Pero no sólo esta
derecha corrupta hasta las cachas se beneficia de esa complicidad de la
sociedad española, también de la parálisis igual de cómplice de una izquierda
que pudiendo haberla echado a patadas del poder ha sido capaz de no ponerse de
acuerdo.
Una izquierda que ajena
a ello, y también al sufrimiento de su base social se ha dedicado más a echarse
las culpas uno al otro con el vano intento de plantear “yo no he sido, que ha
sido el otro” para que el electorado no le castigue.
Cuando se escucha a
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias despotricar de la corrupción que enfanga al PP
criticándolo duramente, a uno le entran ganas si estuviera presente en dichas
ruedas de prensa de alzar su voz y espetarles con rotundidad: ¿pero de qué os
quejáis estúpidos, si al final sois cómplices de que sigan entendiendo este país
como si fuera su cortijo? ¿De qué os podéis quejar si les vais a permitir
cuatro años más en el gobierno por vuestra incompetencia e irresponsabilidad?
Por eso se debe vivir
la visión de los telediarios con una cierta dosis de ironía incluso de cinismo,
para evitar que la mala sangre acabe envenenándonos. La corrupción ha existido,
existe y existirá porque nadie parece decidido a erradicarla.
No hay nada que hacer,
esto ya no tiene remedio y sólo cabe tomárselo con filosofía con un vaso de
buen vino tinto navarro, un pincho de txistorra y ponerse una peli de los
Hermanos Marx que al menos tenían más ingenio.
Aunque eso sí, inasequibles
al desaliento algunos sigamos clamando en el desierto, cual oveja negra que
camina contra corriente entre un rebaño de blancas que se dirigen sin solución
al despeñadero. Nadie hará caso, sólo te mirarán molestos por confrontarles con
su propia mediocridad, con su pasividad dócil. Qué pena de país que debió ser
de leones y se quedó en bueyes…………..
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 18
Abril 2016
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