Reflexiones, sensaciones, recuerdos



Escuchar al autor del último premio Nadal José C. hablar de su novele “Cabaret Biarritz” me ha hecho reflexionar sobre ciertos temas que a menudo nos da pudor exponer, por ese empeño de evitar utilizar la primera persona a la hora de escribir artículos hoy en día, quizás por una especia de pudor mal entendido, ya que la vanidad la expresamos de manera encubierta y no siempre sincera. Siempre he pensado que puede resultar igual de gozoso escuchar la presentación de un libro por parte de su autor que la lectura sosegada de la propia obra y que la primera quizás te haga reflexionar sobre el fondo de la cuestión.

Es curioso cómo a veces acontecimientos tan sencillos como éste, puedan remover tantos recuerdos, sensaciones, sentimientos. Cómo despiertan la necesidad de pararse un instante en la hiperactividad a la que nos obliga la vida actual, y volver la vista atrás en un intento de recordar lo que nos ha importado algo, lo que nos ha impresionado, aquello que ha influido decisivamente en que seamos lo que somos y dejar constancia escrita de ellos.  Por eso animado por la experiencia hago realidad esa necesidad de reflexionar sobre la música, el cine, los libros, las obras de teatro, los cuadros, los paisajes, que me han marcado en estos ya sesenta y tantos años de trayecto por la vida.

Vuelven a mí sonidos del pasado, y al hacer un recuento de esa música encuentro poco de  la denominada "culta", quizás el Adagio de Albinoni y poco más. Pero sí llegan ecos del "And I love Her" de Beatles, la fuerza de "Dust in The Wind" de Boston, "The End" de Dors, el "Biko" de Peter Gabriel, la fantástica adaptación de un clásico como "Cuadros de una exposición" de Musorgski interpretado por Emerson, Lake and Palmer con un increíble solo de guitarra, la sensibilidad de Jonh Denver en su "Today" o en "Rimas y Razones", de Melanie con "Let it be mi", James Talor cantando "Tienes un amigo" esa canción con mensaje de Carol King, canciones de Bruce Springsteen, Eagles, Paul Anka, ….. Y las reivindicativas, las utópicas de Joan Baez, Bob Dylan. Y en apartado más cercano, la emoción que me produce escuchar a Triana en su "Dr. Troncoso", las canciones de los Secretos (descansa en paz Enrique Urquijo), o ese grupo excepcional e incomprendido que fué Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, que tienen en su haber una canción que aún me estremece al escucharla: "Sólo pienso en ti". Cada una de ellas tiene asociadas caras, nombres, un tiempo, unas sensaciones, unos recuerdos que creía olvidados.


También he dado un repaso a la literatura  que me ha ayudado a ser quien soy, aquella que removió mis entrañas. Algunas de las primeras fueron "El lobo estepario" de Hermann Hesse, "La metamorfosis" de Kafka, el "Escucha hombrecito" de Reich. Y sobre todo la poesía, los poemas de Miguel Hernández, de Machado, de Blas de Otero, Celaya, Salinas. Algunos los descubrí también a través de la música, en este caso de Paco Ibáñez, que gran concierto a principio de los 70 en un momento en el que cantar a estos poetas era peligroso, o de Serrat. Poesía de Walt Whitman, de Neruda, y el dramatismo de los "Poemas y canciones" de mi admirado Bertolt Brecht.

Y el cine. Aquellas sesiones clandestinas en la escuela de Caminos y de Teleco de Madrid viendo el de Sergei M.Einsenstein, en especial "El acorazado Potenkin", "Octubre", "Ivan el terrible y la conjura de los boyardos" con las primeras escenas en color. Sesiones de cine fórum con las obras de arte de Fellini, Buñuel o Pasolini. Su "Teorema" es una de las películas que más me ha hecho pensar, en una época donde aún se pensaba. Y luego horas y horas de tertulia con una cerveza en la mano, que era lo más que en aquel tiempo nos podíamos permitir los estudiantes. Los conciertos en el San Juan Evangelista, algunos con salidas apresuradas ante la presencia de los "grises". La pintura de Francis Bacon, y como no, Picasso y su "Gernika" aún colgado en la pared de mi casa, quizás como un símbolo de lealtad a mi generación, la del 68, o quizás a la del 78, ésa que algún insensato se atreve a vilipendiar. Todo ello aderezado con un suave olor a pachuli, y alguna que otra transgresión.


Cuando estos recuerdos llegan y observo las pocas veces que ahora puedo  a mi hijo me surge la pregunta: ¿Éramos aquellos jóvenes antifranquistas mejores que los de ahora, o simplemente somos diferentes? Como la canción de Dylan la respuesta está en el viento, pero a mí personalmente me gusta más aquella generación especialmente viendo y escuchando algunos jovenzuelos dentro y fuera del PSOE llenos de vanidad, chulería, falta de respeto a sus mayores, o lo que es peor de ambición desde la mediocridad intelectual. La del romanticismo, el idealismo, el ansia de conocer, el compromiso social y político, la lucha por la libertad,……..la de la utopía.

Los que ahora me estáis leyendo os preguntareis: ¿a qué viene todo este remember? Pues llega como consecuencia de que mi eta de observación de la realidad me lleva a una visión crítica y pesimista de la sociedad actual, donde la solidaridad brilla por su ausencia, la injusticia cabalga sin freno, los sentidos se encuentran atrofiados. Donde sólo se consume comida basura, televisión basura, sexo basura, relaciones basura, lo que me provoca el deseo de volver a vestirme de Don Quijote y continuar mis batallas contra los molinos de viento, reconociendo que cada vez son más altos, más fuertes, y se asemejan más a bunkers irreductibles. 

No es muy habitual escribir un artículo en el que la mitad sea una relación de canciones, de libros, de películas, y la otra mitad referencias a la visión en tonos grises, oscuros del mundo que nos toca sufrir. Pero quería así rendir un pequeño homenaje a todo aquello que me ha influido durante mi vida, que me ha hecho ser lo que soy, o que ha despertado mis sentimientos, con algo surgido del corazón, y no desde el cerebro como habitualmente escribimos. A
l mismo tiempo y por una vez, declararme insumiso a hacerlo sobre brutal crisis que nos asola y sus consecuencias, sobre la corrupción y la corruptela que ha invadido la actividad política, sobre el inmovilismo irritante y estéril del PP, cuando no absolutamente provocador frente al inconcluso proceso de paz, como demuestra el hecho que el fiscal se descuelgue ahora pidiendo seis años de cárcel para el máximo dirigente de SORTU, Hasier Arráiz, o sobre la invasión del "pensamiento único", al que combato desde mi anarquismo socialista, incluso con este artículo.

Dicen que cuando alguien hace "inventario" de su vida es síntoma de que ha llegado al final del camino. Pero si es cierto que cada persona es la suma de cómo se comporta, de lo que escribe, de lo que habla, de lo que siente o ama, y también de su música, de su literatura, de su cine, de su arte, de su entorno o su "tempo" preferidos, de sus amores y desamores, entonces aquí hay una parte importante de mí. Quizás por eso he comenzado de nuevo a escucharlas, a leerlos, a recordarlas, provocado por un encuentro inesperado, sintiendo que he despertado de un largo sueño. Añorando una época que no volverá. ¿O sí? 

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE miembro de izquierda Socialista)

Villava-Atarrabia 2 Marzo 2015




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