Un nuevo tiempo I


Terminan las vacaciones. Aunque mi situación de jubilado me permite tenerlas todo el año, lo que ocurre a mi alrededor me hace sentir que hoy, 1 de Septiembre acaba el periodo vacacional y comienza de nuevo la rutina habitual.

Han sido unos meses complejos, difíciles. Al contrario que el resto de los años pasados no ha sido una etapa en la que parece que todo se paraliza, esta vez lamentablemente todo lo malo que está ocurriendo se ha seguido moviendo inexorablemente. Reformas, cambios, traiciones inexplicables, insensateces, crisis, cabreos colectivos no han permitido que el verano transcurriera plácidamente como era habitual.

Uno lo termina aturdido, sin acabar de entender muy bien qué esta pasando y lo que es peor, qué va a pasar. La capacidad de reflexión, cada vez más escasa en los tiempos actuales, me llevan a una terrible deducción: vivimos los peores momentos desde que tengo uso de razón, incluyendo aquí el terrible franquismo.

Existe una tremenda confusión y los valores tradicionales, al menos los de la izquierda, están en situación terminal. Conceptos básicos como la solidaridad, la libertad, la justicia social, la igualdad o la propia democracia se encuentran en peligro de extinción. Otros que tienen que ver más con lo más íntimo de la persona como la sensibilidad, la ternura, la sensatez, la generosidad, la imaginación, la honestidad, la valentía, el amor, siguen el mismo camino.

Dicen algunos sociólogos que analizar los programas de televisión más vistos dan una fiel idea de por donde circula nuestra sociedad y los valores que están al alza o a la baja. Observar incluso lo más básico: el físico de quienes son referentes sociales también, especialmente a una juventud mayoritariamente centrada en el cultivo al cuerpo y a lo más banal.

Algo muy profundo en lo económico, político, sociológico y vivencial está en crisis y de ella intuyo va a salir, si sale, un mundo peor.

Empieza pues un nuevo curso con malas perspectivas en el que también se produce un cambio estructural en mi situación personal. Navarra, Villava-Atarrabia queda un poco más lejos y mi actividad política también. Por primera vez en muchos años no tenga actividad “oficial” en ese campo y mi injusta expulsión del PSOE me deja fuera del debate interno abierto en esto momentos.

Tampoco mi colaboración a la paz después de más de veinte años va a tener continuidad en esta nueva situación. Aunque ofrezco mi larga experiencia, mis contactos y conocimientos a quien quiera utilizarlos.

Habrá que readaptarse a esta nueva situación, abrir nuevos campos de actividad y quizás dedicar más espacio a la lectura y a la reflexión. Tengo tiempo para pensar, elaborar ese pensamiento y expresarlo negro sobre blanco en escritos y artículos, especialmente en este mi lugar de comunicación y por eso sitúo el I en el título. Aunque como los que señalo aquí tengan un tinte grisáceo tendiendo al negro. Pero como se dice hoy en día: es lo que hay.

Un nuevo Septiembre comienza y con él una nueva etapa. Intentaremos que sea larga, fructífera y sobre todo que traiga momentos de felicidad y sosiego para poder trasladársela también a quienes me rodean.








Comentarios

  1. Señor Úriz: ¿Es cierto que usted acompañó a Alfredo Pérez Rubalcaba en 1998 para reunirse con los dirigentes de Batasuna de aquel entonces?

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