¿Por qué Iron Maiden en Villava?

En las últimas semanas nuestro Ayuntamiento se ha hecho famoso a nivel internacional por lo que algunos, erróneamente, han considerado una “guerra de banderas”. Nada más alejado de la realidad, aquí no existe ninguna guerra de, o entre, banderas, y voy a intentar explicarlo, con poca esperanza de que se me entienda, salvo que se llegue a estas líneas limpio de mente.

Desde principios de esta legislatura en los escaños de los concejales de ANV, y también en un público que casi siempre pertenece al mismo sector (ahí los partidos democráticos deberíamos abrir una profunda reflexión sobre la soledad de los nuestros) se han puesto banderas, pancartas, carteles, logotipos diversos, reivindicativos algunos, como los que iban contra un supuesto “apartheid”, insultantes otros, desde “PSOE, fascista”, hasta “PSOE, torturador”, incluso algunos difícilmente catalogables y muy alejados de la actualidad, como los que indicaban que en este país vivimos un “estado de excepción” ¿Qué sabrán lo que es, lo que fue, un estado de excepción? En los Plenos hemos escuchado gritos, insultos, amenazas, peligrosas viniendo de donde vienen, comentarios soeces, y siempre con la pasividad en algunas veces casi insultante, del Alcalde de Na Bai. ¿Por dejación? ¿Por cobardía? ¿Porque el puesto le viene grande? No lo sé, pero es igual por la razón que lo haya hecho, porque lo realmente importante es la situación de indefensión a la que nos ha llevado a los concejales de UPN, y PSN agravada en los últimos tiempos, especialmente desde la ilegalización de ANV.

En el Pleno del pasado mes de Junio la situación traspasó esa delgada línea roja que en política marca un “antes y un después”. La situación se convirtió en insostenible, y se puede comprobar en la foto aparecida en los dos periódicos locales en la que se ve a los concejales de ANV además de con las banderas habituales con carteles, y camisetas. En el público la situación e repetía. ¿Era un circo, como posteriormente dijo el Alcalde, el Salón de Plenos de Villava en ese momento?

En ese instante tomé una decisión: combatir esa lamentable situación desde una alternativa que no fuera agresiva pero que les pudiera situar, a los de ANV y a los de Na Bai, ante su propio espejo esperpéntico. Y surgió una casualidad al coincidir con nuestra (la de mi familia) presencia en el concierto que Iron Maiden dio en Mérida el pasado Julio. Ahí pude comprar una bandera de un grupo que admiro desde siempre, porque mi amor por la música rock en todas sus manifestaciones viene de hace muchísimos año, muchos más que los que llevan en este perro mundo alguno de los que ahora me critican, y que tienen de heavy lo que yo de cura: nada. Porque los heavys, y lo sé por experiencia cercana, son afables, sensibles, y muy delicados, tal y como se refleja en el estudio realizado por el profesor Adrian North, y como consecuencia jamás apoyarían métodos violentos y coercitivos, ni estarían próximos a grupos que lo hicieran.

Desde esa fecha he colocado su bandera en mi escaño del salón de Plenos, como una forma de denuncia ante la incontrolada e incontrolable situación que se había dado en ese pleno de Junio, y que culminaba una serie de despropósitos en los últimos tiempos, no contra ninguna bandera, mucho menos la ikurriña por la que por cierto fui expedientado en su día por mi partido, en un gesto de valentía que jamás he visto en los otros, que acatan cuasi militarmente las decisiones de sus partidos sin rechistar. ¿Es eso un gesto de “borreguismo” político? Algún día reflexionaré sobre quién actúa de manera más libre.

También como expresión de que desde la libertad, si alguien coloca un símbolo porque lo siente, como se ha argumentado sobre la colocación de la ikurriña, yo coloco otro porque lo siento, porque siento la música, y en concreto el rock and roll, y lo manifiesto con el mismo derecho que ellos a través de la bandera de un grupo mítico: Iron Maiden.

Eso hasta que en el último Pleno al Alcalde de Na Bai, con un comportamiento más propio de los antiguos alcaldes franquistas, con el aplauso del mundo batasunero, sin permitir nuestro derecho de réplica ante sus argumentos, o sea negándonos la palabra, dio orden a la Policía Municipal para retirar ese símbolo, y otros que portaban los concejales de UPN más la bandera de los gays que tenía mi compañera, manteniendo en cambio los que tenían puestos los concejales de ANV. Otro esperpento, el mundo al revés, el Alcalde de Na Bai lanza su policía contra los demócratas, contra Iron Maiden, los gays, Osasuna, y concede barra libre para los ilegalizados. ¡Tela!

Pero eso da ya para otro artículo, sólo pretendía con éste aclarar el por qué he colocado una bandera de Iron Maiden en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Villava-Atarrabia. Y por qué la seguiré poniendo en el futuro, aunque luego acaben retirándola la policía. Porque estoy harto de dictadorzuelos, de fascistas disfrazados de patriotas, de cobardes, de presiones y coacciones, de miedo, de sinrazón, de locura, y al mismo tiempo de denunciarlo de manera pacífica pretendo dar un toque de humor, de música rock, de color, de rebeldía y transgresión ante esta situación tan gris, injusta y amenazante que vivimos en esta parte de “territorio comanche”.

¡Pobres Iron Maiden! ¡Pobre Eddie! Su bandera retirada por la policía de un pueblo de Navarra.

¡Larga vida al rock and roll! ¡Viva la libertad!

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