De Coronavirus y CoronaRutte
Publicado en Nueva Tribuna, Periodista Digital, Público, Crónica Local, mil21, El Confidencial Digital, Plaza Nueva, Navarra Información, Gara, La Voz de Ávila, Hora Punta, los 20 a 22 Julio 2020
Estamos
viviendo de nuevo momentos dramáticos con el Coronavirus, al que se le añade un
nuevo peligro en forma de enemigo cruel; el CoronaRutte.
Por el
camino hemos aprendido que el verdadero peligro de la Covid-19 es que se
transmite a través de los humanos, que en algunas zonas y sectores se comportan
como absolutos suicidas y/u homicidas.
Recordando
a Sigmund Freud podríamos asegurar, que la pulsión de muerte encuentra su plus
de goce en el coqueteo con el riesgo de contagio, muy propio de humanos como
especie gregaria.
Si
observamos con detenimiento el comportamiento de ciertos colectivos, como
jóvenes y menos jóvenes insensatos e irresponsables, nos daremos cuenta de que
Freud tenía razón hace más de 100 años.
Resulta
curioso que aquellos que ignoraban lo que estaba ocurriendo, que adoptaban
posiciones “buenistas” ante lo que se nos venía encima, ahora despierten de su
sopor y den la razón a aquellos “viejos gruñones” que advertían de lo que se
nos venía encima.
No
reconforta tener razón ante el oscuro panorama actual.
Al
inicio de la pandemia el colectivo más afectado, el que sufrió con más dureza
el castigo del coronavirus, fueron las personas mayores. Abandonadas a su
suerte, encerrados en Residencias sin preparación para la atención médica,
cerrándoles las puertas de los hospitales, cayeron como moscas. Se calcula que
28.000 de ellos han quedado por el camino.
La
mejor generación de los últimos tiempos, la que luchó contra el franquismo para
traer la democracia, la que aguantó con sus pensiones la crisis de 2008, la que
ayudó generosamente a sus hijos y nietos, quedó diezmada sin compasión alguna.
Parecía
como si la sociedad se planteara que era el mal menor. Pero ahora la vida da un
giro inesperado y la nueva oleada de la pandemia está afectando especialmente a
los jóvenes, al segmento de 10 a 30 años.
Pero a
diferencia de los mayores, sus contagios se producen no por falta de atención
sino por su propia insensatez.
¿Deberíamos
ahora abandonarles también a su suerte? ¿O quizás confinarles en sus casas hasta
que aparezca una vacuna? ¿No resulta una enorme injusticia que se hiciera con
los mayores y con ellos no?
En
este caso con más razón aplicaríamos la máxima del mal menor, porque aunque de
manera general no les esté afectando demasiado (de momento….), están sirviendo
como elemento de transmisión comunitaria.
En
definitiva esos irresponsables se han convertido en un peligro social, en
homicidas potenciales.
De
esta manera el debate abierto es: ¿por qué la gente que se comporta guardando
las normas debe ser la pagana de sus actitudes incívicas e insolidarias? ¿No
debieran ser ellos los que pagaran esas actitudes en lugar de los demás?
¿Eso
significa que toda la juventud es igual? Por supuesto que no, hay una minoría,
sí, sí, una minoría, que se comporta ejemplarmente. O sea que la realidad nos
demuestra que es justo al contrario de lo que los “buenistas” afirmaban, una
minoría sensata y cumplidora y una mayoría que no lo es.
La
segunda conclusión que debemos sacar al observar la realidad con un mínimo de
objetividad, es que la sociedad actual sólo funciona a golpe de prohibiciones y
castigos.
Este
fin de semana la Generalitat ante el avance de los contagios “recomendó”, que
los habitantes del área metropolitana de Barcelona no abandonaran sus
domicilios.
La
realidad ha sido que 450.000 vehículos (apenas un 10 % menos que el año pasado)
abandonaban en desbandada la ciudad el fin de semana, las playas debían cerrarse
por exceso de ocupación y los lugares de ocio, especialmente nocturno, se
convertían en focos de contagio.
En
lenguaje coloquial, la gente no ha hecho “ni puto caso” a las “recomendaciones”.
Conclusión:
o se prohíbe y se pone multas o no funciona. Con las mascarillas ha ocurrido
algo parecido.
Visto
lo visto o las autoridades y la sociedad en general abandonan el “buenismo”
estéril, o vamos directos al abismo.
Para
colmo de males estos últimos días ha aparecido un nuevo peligro, especialmente
para la ciudadanía de los países del sur de Europa, los más castigados por la
pandemia; el coronaRutte.
El
primer ministro de un pequeño país como Holanda que no pintaba nada en el
pasado reciente, se ha erigido como virus tipo Santa Inquisición entorpeciendo
todo lo que ha podido, la Cumbre Europea que tenía que aprobar las ayudas para que
los países más afectados puedan salir de la crisis.
Ha
liderado lo que denominan países “frugales”, curiosa denominación para quien es
uno de los paraísos fiscales de Europa. Un insolidario, que podíamos acusar de
delincuente, intentando que seamos austeros reformando las pensiones, o
introduzcamos el despido libre.
Ha
estado a punto de reventar esa trascendental cumbre, aunque afortunadamente no
ha sido así, pero a costa de rebajar las ayudas a los países más necesitados,
además de imponer condiciones que al inicio no se exigían.
El
documento final mantiene los 750.000 millones de euros iniciales, pero cambia la
distribución a 390.000 de transferencias y 360.000 de créditos.
Afortunadamente
nuestro país ha salvado los muebles a costa de una rebaja de 5.000 millones en
las subvenciones (que serán de 72.700), más 67.300 de préstamos.
Para
el futuro y después de lo ocurrido, quizás convendría imponer a los países que
son paraísos fiscales como Holanda, Irlanda, o Malta, que supriman esa
circunstancia que les permite jugar con las cartas marcadas. ¿Queremos
austeridad? Pues hagámoslo en igualdad de condiciones.
Se ha
salvado el escollo, ahora toca una vez superado al CoronaRutte superar también
al Covid-19 y salir de la crisis económica que ha provocado sin dejar nadie
atrás, ni países, ni sectores de la sociedad.
Para
eso se deberá ser mucho más contundente con los que nos ponen en peligro,
física y económicamente, y generoso con los más desfavorecidos.
Veremos…….
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal de PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
21 Julio 2020
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