Fase 1: Así no! Así vamos al abismo
Publicado en Público, Gara, Nueva Tribuna, Plaza Nueva, Navarra Información, Periodista Digital, El Confidencial Digital, Crónica Local, La Voz de Ávila, Crónica Local, los 11 al 13 Mayo 2020.
Ha comenzado
el pasado lunes 11 la fase 1 de la desescalada para el 51 % del país, de manera
desafortunada y peligrosa.
Observando
lo ocurrido reflexiono que esta pandemia ha sido capaz de sacar lo mejor y
también lo peor del ser humano.
Nos ha
mostrado un sector de gentes que se están dejando el pellejo, incluso
arriesgando sus vidas, por cuidarnos. Sanitarios, trabajadores de la
alimentación, F.C.S.E., bomberos…, que llegan exhaustos a sus casas a veces con
el miedo de haber sido contagiados.
No
resulta nada extraño el mensaje de los sanitarios cuando enfadados señalan: “no
sigáis respondiendo de manera insensata, porque como provoquéis un repunte
cogeremos la baja y os curaréis solos. Ahhh y os metéis los aplausos de las 20
h por donde os quepan”.
A
ellos y ellas mi respeto, agradecimiento y cariño. Desde luego el mejor
homenaje que les podemos dar es cumplir las normas, fortalecer el sector
público y no despedirles cuando esto vaya acabando.
Existe
también una inmensa mayoría de ciudadanía que está cumpliendo admirablemente
con las normas establecidas.
Pero
también se nos ha colado el monstruo socialmente, apareciendo jaurías rabiosas
que, especialmente en las redes sociales, se dedican a intoxicar, mentir,
calumniar sin ningún tipo de pudor.
Persiguen
y atacan con las peores armas, a todo aquel que osa discrepar sobre cualquier
cuestión relacionada con el coronavirus. Intentan acallar cualquier voz que
discrepe de su pensamiento único.
El
estilo de intransigencia de VOX también
está siendo una pandemia, por mucho que algunos se disfracen de abertzales
aquí, independentistas catalanes, de derecha “civilizada” allí, e incluso algún
perdido militante de la izquierda clásica.
Es el estilo “fake news”, el “calumnia
que algo queda”.
Por
último existe otro sector minoritario pero potente, que ha perdido el miedo al virus e infringe
constantemente las normas establecidas.
Son
aquellos que con su insensatez e irresponsabilidad están poniendo en peligro lo
que los demás, la mayoría, está haciendo con tanto esfuerzo.
Con ellos solo cabe el reproche
social y el control institucional.
Quizás
esta reacción se haya producido por los erróneos mensajes que se lanzaron al
principio de la crisis, cuando para no alarmar a la ciudadanía se dijo, que el
coronavirus no afectaba a los niños, muy poco, o casi nada, a los jóvenes y que
se cebaba sobre todo en los mayores de 65 años y más concretamente aquellos que
padecían ya enfermedades respiratorias, hipertensión, o diabetes.
De
aquellos polvos estos lodos, porque han creado una falsa sensación de impunidad,
de “no tenemos peligro” que ahora es muy difícil de cambiar.
A las y los jóvenes transmitirles
que es probable que tengan menos peligro que nosotros los mayores y por tanto
la repercusión sanitaria sea para ellos menor, pero si estropean lo hecho hasta
ahora les va a afectar y de manera extrema en el empleo, en la posibilidad de
conseguir un trabajo digno.
Con
esa compleja situación nos queda realizar el tránsito más difícil hacia una
normalidad que en ningún caso será la de antes. Sin pausa pero sin prisa.
Como
decía Marcelino Camacho referido a la lucha obrera, se debe caminar con dos
pasos hacia adelante y si hace falta uno hacia detrás, porque así se garantiza
ganar uno, intentar dar tres de manera rígida te puede lanzar veinte para
atrás. Era muy sabio el veterano luchador.
Por
eso de que acertemos en las decisiones depende que sea posible volver a esa
normalidad atípica cuanto antes. Debemos ser conscientes de que sería una
irresponsabilidad fiarlo todo a la madurez y la sensatez, porque como se está
viendo una mayoría la practica pero esa otra minoría más numerosa de lo que se
comenta, tiene la capacidad de echar por tierra el trabajo del resto.
La fase 1 va a ser muy difícil,
casi imposible de controlar. Poner sólo dos ejemplos, los controles de policía
ahora van a ser mucho más complicados, cuando se puede ir a visitar familiares,
a la segunda vivienda, a tomar café con un máximo de 10 personas, incluso que
los jóvenes (os más insensatos) pueden mezclarse y es un error en los horarios
de los más mayores y vulnerables, sólo con estar en grupo de menos de 10.
Sobre este tema va a resultar
imposible poder saber si en un comedor que guardando las normas de seguridad
cabrían 3 o 4 personas (la mayoría de los domicilios) están el doble, o más del
doble. Tampoco si son familiares o amiguetes, salvo que se ponga policía en las
puertas de cada edificio.
El
efecto de lo que está pasando estos días, la irresponsabilidad, el
individualismo egoísta de algunos, se verá en los próximas semanas.
Pero por lo que hemos visto estos
días, así no!
Podría pasar que no pasara nada,
que no hubiera repunte lo que indicaría que, o bien la naturaleza nos ha echado
una mano, o que la “inmunidad de rebaño” es superior a lo que se pensaba.
Ojalá
sea así y no tengamos que rectificar, porque eso sería malo para la salud y
catastrófico para una economía que quedaría moribunda.
En
esta encrucijada nos queda apostar por la esperanza, por el temor o quizás mejor por una esperanza
sin perder el temor al monstruo.
Veremos……..
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex
parlamentario y concejal de PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 13 Mayo 2020
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