Barcelona: ¿ahora qué?
Publicado en Navarra Información el 23 Agosto 2017 y Gara el 25.
Los atentados de Barcelona y Cambrils nos han dejado en estado de shock. Todavía sin reponernos del impacto todas y todos hemos ido diciendo en ese gran altavoz que suponen las redes sociales, todo aquello que se nos ha ocurrido.
Los atentados de Barcelona y Cambrils nos han dejado en estado de shock. Todavía sin reponernos del impacto todas y todos hemos ido diciendo en ese gran altavoz que suponen las redes sociales, todo aquello que se nos ha ocurrido.
Reflexiones coherentes,
llenas de sensatez pero también irresponsables, repletas de errores y
manipulaciones. En una de las muchas viñetas que han circulado se veía un
laboratorio con unas probetas, en una el miedo calentaba a un
líquido-ignorancia, produciendo en un tubo grandes dosis de odio.
Representaba así
gráficamente lo que no se debe hacer ante hechos tan graves como los
desarrollados por las calles de Barcelona y Cambrils el pasado jueves.
En ellos no sólo han
muerto asesinados 14+1 (el 1 es el joven muerto a puñaladas, propietario del
coche que se saltó el control de policía), personas de los que consideramos
inocentes, de los “buenos”, más 8 de los
“malos”, eso no podemos ni debemos olvidarlo. En total 23.
Gentes que paseaban
tranquilamente por esas calles en el instante equivocado, pero también jóvenes
entre 17 y 28 años, que hasta ese momento eran considerados de los nuestros,
buena gente con un comportamiento ejemplar. Ni robaban, ni se comportaban mal,
ni estaban metidos en la droga. Chavales normales, con todo lo que esa palabra
pueda suponer.
Antes de seguir señalar
para evitar equívocos, que condeno con dureza esos actos criminales y que me
solidarizo con las víctimas y familiares, con Barcelona, Cambrils, Catalunya y
España, aunque también ese sentimiento solidario se lo traslado a los allegados
de los asesinos. A sus familias, amigos y a la comunidad musulmana de nuestro
país que se convierte así para muchos en un “daño colateral”.
Parecería que esa
afirmación no debía ser necesaria, pero a la vista de la crispación, del odio
que a veces me llega del exterior considero que sí lo sea. Como a veces he
tenido que expresar con contundencia mi opinión ante los actos de ETA. El
entender el sufrimiento del “otro” también, no significa ni mucho menos amparar
sus barbaridades y crímenes, simplemente es un deber de quien se considera
persona de bien, demócrata por encima de lo “políticamente correcto".
Porque musulmanes son
los que mueren a miles en Siria, o pasando el Mediterráneo, gentes que sufren la
guerra, el hambre, que ven morir también a sus mujeres e hijos. Musulmanes
aquellos que con los mismos mimbre de esos 12 jóvenes no eligen la senda de la
Yihad y el crimen. Musulmanes sus familiares y amigos, o los Imanes que
predican un Islam de paz y concordia. Musulmanes quienes trabajan o estudian codo
con codo a nuestro lado, con nosotros.
Siempre se ha teorizado
que España, Madrid en concreto, es el lugar donde aquel fatídico 11-M recibió
el zarpazo más cruel de esa Yihad asesina y que a pesar de eso supo reaccionar
con sensatez, priorizando la cabeza a las entrañas y siguió siendo una ciudad
de acogida, multicultural y plural.
Esa misma Madrid que
incluso al poco tiempo, pudo hacer una multitudinaria manifestación contra el
racismo y a favor de los refugiados, diferenciando de manera nítida entres los
criminales de los que no lo son.
Quizás en aquel
instante resultó más fácil, porque la ira fue no sólo contra los autores de la masacre,
también se dirigió contra un gobierno mentiroso y manipulador que tuvo su
castigo, en este caso político y electoral, en las elecciones que tuvieron
lugar a continuación. De alguna manera eso apaciguó los ánimos a pesar de la
brutalidad.
Hoy Barcelona, Cambrils,
Catalunya, España entera sufren ese impacto. Todos somos víctimas, por eso
resulta lamentable diferenciar víctimas españolas y catalanas como hizo el consejero
catalán de Interior. La Ley Antiterrorista señala incluso, que todas las
víctimas en un atentado terrorista en nuestro suelo se consideran españolas, todas.
Ojalá Barcelona,
Catalunya reaccionen de la misma manera y sepan diferenciar el grano de la
paja. El resto del Estado se ha volcado de manera solidaria en su apoyo, quizás
fuera el momento para, lo mismo que los trabajadores de Eulen del Prat han suspendido
su huelga, la Generalitat haga lo mismo con sus planes para el 1-O. Sería lo
más inteligente, generoso y el mejor homenaje que pueden y deben hacer a las
víctimas.
Después todos juntos,
España, Catalunya, Europa analizar qué se ha hecho mal en los últimos 30 años,
para que se haya quebrado de esta manera la convivencia. Para que jóvenes,
algunos nacidos aquí, que han estudiado, jugado al futbol, compartido experiencias
con nuestros hijos, hayan optado por ese camino irracional.
En esta ocasión no eran
peligrosos combatientes venidos de Siria, ni gentes delincuentes del mundo de
la droga, esta vez eran personas de familias estructuradas, que muchos
trabajaban o estudiaban, no bebían, no fumaban, deportistas. Como decía una de
sus vecinas, ciudadanos ejemplares.
Debemos por tanto
comenzar a preguntarnos cuánto de culpa de ello, además de lo más fácil que
resulta asegurar que les han “lavado el cerebro”, tienen las imágenes que ven
en TV, o en la prensa escrita de los bombardeos en Siria, Iraq, Afganistán, o
las muertes de sus correligionarios incluidos niños al intentar pasar el
Mediterráneo.
La imagen del niño
español inerte sobre la Rambla recordaba a la del niño sirio Aylan en esa playa
de Turquía. Es cierto que al primero le ha asesinado un conductor criminal,
mientras que al segundo lo mató el mar. O quizás nuestra indiferencia ante el
sufrimiento de su gente.
¿Justifica eso esta
acción canallesca? Por supuesto que no, pero para curar una enfermedad, para
aplicar un tratamiento eficaz hace falta tener el diagnóstico acertado. ¿Sólo
con medidas policiales, o de colaboración internacional absolutamente
necesarias es suficiente?, ¿o debemos parar también como sea las guerras en
esos lugares? ¿Su odio, su ansia de venganza es producto del trabajo del Imán,
o también de las imágenes de sufrimiento que ven en los MCS? ¿Cómo es posible que entre los centenares que
adoctrinaba unos escojan ese camino y otros no?
De lo correcto de las
preguntas que nos hagamos y lo que es más importante, de lo acertado de las
respuestas, tendremos unas u otras consecuencias y acertaremos con las medidas
a aplicar para evitarlo.
Condeno sin ambages
estos actos criminales, al igual que condeno los actos criminales que esa
occidente culta y democrática está provocando en una parte del mundo islámico.
Soy consciente de lo
polémico de mis comentarios, del peligro que corro al trasladar públicamente
estas reflexiones que me hago en las últimas horas, pero respondiendo a la
pregunta que nos hacía Andrés Rábago “el Roto” de: “¿es usted un ciudadano
normal o todavía piensa?, mi respuesta es, pienso y lo expreso libremente con
valentía para unos, irresponsabilidad para otros.
Es el precio que hay
que pagar en estos casos por decir lo que se piensa, por no callarse y no
seguir a la manada; la incomprensión y la crítica. Lo asumo responsablemente. Porque
yo también “No tinc por”.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 21
Agosto 2017
Acertado análisis.Pero tenemos atentados para rato.
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