¿Refundar la socialdemocracia? NO, refundar la izquierda
Artículo publicado en Deia el 22 Junio 2017
Este fin de semana se
ha celebrado el 39 Congreso del PSOE. Se trataba de una prueba de fuego no sólo
para el socialismo, también para la izquierda en su conjunto, después del para
algunos sorprendente e inapelable triunfo de Pedro Sánchez en las primarias
celebradas el pasado 21 de Mayo.
Había serias dudas de
si el flamante nuevo Secretario General, iba a aguantar el envite de las
poderosas fuerzas que desde dentro y especialmente desde fuera, iban a intentar
amortiguar su triunfo. Si al final se achantaría evitando que su gente,
proveniente toda ella del sector más a la izquierda del partido, copara su
dirección.
No ha sido así, al
final ha demostrado que este nuevo Pedro Sánchez se parece muy poco, al que
caminó con más pena que gloria por la dirección socialista condicionado por lo
que esos poderes le iban marcando. Quizás la sorprendente entrevista que
concedió a Jordi Ébole en su Salvados, marcó un antes y un después en su
personalidad, en su psicología.
No es el único hecho
que ha condicionado ese cambio, también la poderosa reunión que el 25 de
Noviembre del pasado año celebraron una treintena de socialistas en una sala
del Ateneo de Madrid ha influido en ello.
Allí gentes que ahora
aparecen en la dirección de este nuevo partido, como Toni Ferrer, Odón Elorza,
Cristina Narbona, Margarita Robles, Luz Martínez, Manu Escudero, o Andrés
Perelló que aunque no asistió apoyó, junto con personajes de la izquierda del
peso de Josep Borrell, o José Antonio Pérez Tapias, diseñaron una línea
ideológica que ha resultado ganadora en este cónclave.
Era un momento crucial,
con un Pedro Sánchez desojando la margarita en su domicilio, en estado de
depresión, con serias dudas sobre si dar la batalla o retirarse de manera
definitiva. Aquella reunión, el documento elaborado inspiraron el “Espíritu del
Ateneo” que acabó animándole a lanzarse al ruedo. A veces así se escribe la
historia y quien escribe estas líneas participó en ella impulsándola.
Lo ocurrido este fin de
semana no se podría entender sin aquella reunión. Tampoco la visualización de
la actual dirección socialista, incluso la propia ponencia aprobada. Si
comparamos aquel documento con esa ponencia nos daremos cuenta de esta
circunstancia.
Excepto en un elemento
que cayó por el tortuoso camino existente entre la noche del sábado y la mañana
del domingo, la referencia a la apuesta por la República que a través de una
enmienda de las Juventudes Socialistas, fue aprobada en comisión por 98 votos a
favor y 67 en contra. Una enmienda apoyada también desde Izquierda Socialista.
Según las normas del
propio Congreso ese párrafo debía ser votado en el plenario del domingo.
Cualquier socialista con un mínimo de cabeza sabía que iba a ser aprobada,
probablemente de manera abrumadora. Y ahí los poderosos poderes fácticos se
pusieron en movimiento aterrorizados por esa posibilidad.
A través de su
instrumento interno, Susana Díaz, amenazaron a Pedro Sánchez que o era retirada,
o maniobrarían para evitar con su ausencia que hubiera quórum la mañana del
domingo, o sea que hubiera el número de delegados suficientes para permitir
clausurar el Congreso.
Ahí, y algunos lo
lamentamos profundamente, Sánchez dio un paso atrás, incluso torciendo la
normas congresuales que indican, que en el instante que una enmienda es
aprobada deja de pertenecer al proponente y ya es propiedad del propio
Congreso. Juventudes Socialistas no podía retirarla, como así ocurrió, porque
ya debía ser votada sí o sí por el plenario.
Se perdió una batalla
en este asunto, pero no la guerra, porque quedó demostrado que hoy, la
militancia socialista está por pelear por la República y más pronto que tarde
se ganará esta vez de manera definitiva.
Al igual que está y era
una clamor en los pasillos, por sacar a Rajoy de la Moncloa, por apostar por
una confluencia de la izquierda con los nacionalistas para conseguirlo, o sea
excluyendo a Ciudadanos (180 son más que 170), por abrir una posibilidad de
consenso que evite el choque de trenes con Catalunya ahora y Euskadi después,
explorando vías legales que permitan el derecho a decidir, acompañada del
impulso a una reforma constitucional que permita un Estado Federal
Plurinacional, o por una apuesta inequívoca de giro a la izquierda.
De ese Congreso se
salió con esas ideas y con una dirección adecuada a las mismas. Esta vez sí, en
sintonía con la bases que han llevado a Pedro Sánchez a su dirección máxima.
Cualquier observador que participara en el acto final del domingo en Ifema se daría
cuenta de ello.
Si hubiera un aparato
que midiera el clamor, la intensidad de los aplausos recibidos por cada miembro
de la ejecutiva, así lo entendería. Estos fueron los más aclamados, con el
record para un Odón Elorza exultante que al volverse a la multitud que
abarrotaba el pabellón 3, alzó su puño al aire
consiguiendo que esa aclamación se multiplicara por tres.
Después Susana Sumelzo,
el ideólogo de izquierdas Andrés Perelló, Cristina Narbona, el alcalde de
Valladolid Óscar Puente, o Adriana Lastra se llevaron la palma y abajo un
entusiasmado José Antonio Pérez Tapias, otro de los pocos ideólogos que aún le
quedan a la izquierda, se daba un baño de multitudes.
Esa izquierda se había
impuesto en este Congreso, porque la inmensa mayoría de los afiliados y
afiliadas lo es. También porque los votantes lo son, los que aún siguen y lo
más importante, los que se fueron.
Con lo ocurrido este
fin de semana el PSOE vuelve a estar en condiciones de recuperar esos cinco
millones de votos perdidos, cuando Zapatero decidió abandonarles a su suerte
acogotado por los poderes fácticos. Sólo hay que esperar que esa circunstancia
no se le olvide jamás al propio Pedro Sánchez.
Una victoria que ha
encendido las luces rojas de esos poderes fácticos, como indica el lamentable
editorial de El País del pasado lunes.
Pero ahora viene lo más
difícil y la gran pregunta: ¿qué hacer? La misma que se hizo en su momento el
propio Lenin.
Desde luego y
primordial, no traicionar el espíritu emanado de ese Congreso, ni a la
afiliación, ni a los votantes. Giro a la izquierda, echar a Rajoy de la Moncloa
en el plazo más breve, evitar el “choque de trenes” con Catalunya en Octubre, o
recuperar la defensa de la República. Un partido democrático, transparente,
participativo, en perfecta simbiosis con la sociedad, coherente y honesto.
A partir de ahí todo lo
demás. Lo señaló Sánchez en su alocución final. Hasta llegar a esa moción de
censura caminar cada semana con el resto de la oposición, y ahí lógicamente no
entra Ciudadanos que se siente mucho más gobierno, para imponer ese 180-170 en
los temas fundamentales para nuestra ciudadanía, para los más desfavorecidos
paganos de las políticas puestas en marcha por el PP.
Trabajar como el
boxeador que castiga lenta pero inexorablemente a su contrincante preparando el
golpe final, que se podría dar en el asalto 9, o 10, o sea para Septiembre u
Octubre.
En ese trayecto abrir
vías de comunicación y entendimiento con Podemos, pero también con PNV, PDC,
antigua Convergencia, ERC e incluso con una nueva Bildu en la que ha triunfado
el sector más moderado y pragmático.
Trabajarse a Catalunya
y Euskadi, desde el diálogo, desde el intento de convencimiento, de buscar
puntos de encuentro y consenso. Todo es posible ahora con este nuevo PSOE. En
la dirección hay gentes que entienden y defienden esa necesidad de encuentro.
Para los críticos, o
incrédulos una pregunta: ¿Creen acaso que sería mejor, incluso para sus propios
intereses, que hubiera ganado Susana Díaz en lugar de este nuevo Pedro Sánchez?
Por eso deben dejar
trabajar a este nuevo partido socialista, ponérselo fácil, ayudar a realizar
ese tránsito, porque seguro que resulta mejor para Euskadi, Catalunya y España.
Al inicio del 39
Congreso se planteó, que podía suponer una refundación de una socialdemocracia
herida de muerte en Europa. ¿Refundar esa socialdemocracia? NO! Lo que este
Congreso puede y debe suponer es una refundación de la izquierda. Portugal
abrió la puerta, España será la siguiente y quizás el sur marcará el camino al
norte.
Ojalá….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (futuro afiliado de este renacido PSOE)
Villava-Atarrabia 19
Junio 2017
Hay cuestiones irresolubles desde la nueva política que ha tomado el PSOE,sin duda más abierta que antes.La flexibilidad de la que se hace gala es insuficiente para la cuestión catalana.
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