Mis pasos por Elgoibar a favor de la libertad de Otegi



El sábado se va a desarrollar en Elgoibar, pueblo natal de Arnaldo Otegi, una manifestación pidiendo, exigiendo se podría decir mejor, su libertad y la del resto de cinco impulsores de la alternativa Bateragune: Miren Zabaleta, Rafa Díez Usabiaga, Arkaitz Rodrigo y Sonia Jacinto que después de cinco largos años continúan injustamente en la cárcel.

Allí una representación plural de la izquierda acompañados de cientos de ciudadanas y ciudadanos lanzaremos un grito dirigido al gobierno del PP, a Mariano Rajoy, con esta exigencia y la de impulsar de manera definitiva la finalización de un proceso de paz peligrosamente inconcluso.

Entre ellas varios afiliados y afiliadas socialistas, especialmente miembros de la corriente Izquierda Socialista, que entendemos no existe ya ninguna razón para que continúen en la cárcel.

El tiempo ha demostrado que quienes impulsaron aquel proyecto valiente, rompedor, de Bateragune, aquellos que tuvieron el coraje de enfrentarse a ETA y ganarla en su terreno, tenían razón en su análisis. Lo lamentable es que precisamente ell@s, los que han propiciado ese giro en la Izquierda Abertzale separándola definitivamente del lastre que les suponía ETA, integrándola en los cauces democráticos de manera definitiva estén precisamente en la cárcel.

¿Cuántas veces en mis ocho años en el Parlamento de Navarra y en el Ayuntamiento de Villava-Atarrabia no me he confrontado con ellos, espetándoles que cuando llegaran al lugar donde ahora están sería posible todo, incluso como socialistas dialogar, negociar, acordar e incluso montar conjuntamente alternativas de gobierno? ¿Cuántas veces siguiendo las directrices del PSOE no les hemos lanzado por activa y pasiva este mensaje? ¿Cómo ahora que están ahí vamos a permitir que por ello sigan encarcelados?



Por eso el mensaje de ese día en Elgoibar va dirigido fundamentalmente al PP, al Gobierno de Rajoy, pero también a un PSOE demasiado atado a su política inmovilista. A un PSOE nuevo que debe romper amarras y defender una política propia en esta materia, comenzando por alzar su voz también contra esta injusticia.

Porque con Otegi libre se fortalecería un necesario debate interno sobre si Bildu debe ser fundamentalmente una fuerza de izquierdas, si ese componente ideológico debe prevalece sobre otras cuestiones tangenciales.  Si gana esa nueva batalla se abriría un nuevo escenario en la política vasca y navarra. Ya no sería tan descabellado un gobierno de las izquierdas, en Euskadi y en Navarra, aún más necesario en los convulsos momentos que nos está tocando vivir, si al mismo tiempo el PSN rompe su torpe dependencia de la derecha de UPN y el PSE reorienta su política.

Otegi tiene capacidad para unir nuestras fuerzas con el fin de ganarle a esa derecha, es capaz de dialogar y llegar a acuerdos con las otras izquierdas transversales. Por eso es necesario, imprescindible que esté en libertad, que pueda culminar un trabajo que él mismo inició.

Recuerdo que al final de la manifestación que recorrió las calles de Barcelona como repulsa por el asesinato del socialista Ernest Lluch en Noviembre de 2000, la prestigiosa periodista Gemma Nierga, que fue la encargada de leer el manifiesto final, se saltó el guion pronunciando una frase que dejó seco, con cara de póker, al duro José María Aznar allí presente y por entonces Presidente del Gobierno: “Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo mató, habría intentado dialogar; ustedes que pueden, dialoguen, por favor".



Fue como puñetazo que la sociedad civil a través de Gemma, daba en la mesa de unos políticos enquistados en la confrontación y la guerra. Esa reflexión se pronunciaba después de un terrible asesinato y en un momento muy duro de la actividad de ETA.

Viene ahora a mi memoria aquella famosa frase que quizás marcó el devenir de la solución de un conflicto que parecía eterno e irresoluble. Se refería Gemma a la necesidad de solucionarlo por la vía del diálogo y el entendimiento entre muy diferentes y de alguna manera así se hizo, aunque fuera de manera minoritaria, paciente y discreta. Hoy 14 años después aquella situación ha cambiado radicalmente. Estoy convencido que Ernest Lluch si ahora estuviera vivo habría firmado el manifiesto a favor de la libertad de Otegi y no sería extraño verle por las calles de Elgoibar exigiéndolo.
Por eso desde mi militancia socialista y de izquierda, desde mi pertenencia a Izquierda Socialista, consciente de que mi capacidad de influir es poca y a  contracorriente, ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión, clamo alto y claro: ¡Libertad para Otegi!  ¡Otegi askatu! Porque Otegi, Miren Zabaleta, Rafa Díez Usabiaga y el resto no deben pasar ni un minuto más en la cárcel.

En Elgoibar los socialistas que allí estemos dirigiremos nuestros pasos solidariamente en esa dirección.



Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN, actual militante de PSC)


Villava-Atarrabia 10 Octubre 2014

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