Gracias, eskerrik asko ZORONGO



Anoche viví un momento mágico, único asistiendo al concierto en el que celebraban su 15 aniversario.

Conocí a Zorongo en sus inicios, allí por el año 2001, en aquel momento era concejal de cultura de Villava, en seguida me di cuenta de que eran un brillante en bruto. Recuerdo su cantante, un gitano especial como Camarón, el “Lele”, lleno de fuerza y sensibilidad pero como los genios indisciplinado y ajeno a lo que Zorongo estaba poniendo en marcha. Un proyecto que necesitaba de esfuerzo y solidaridad compartida.

Ayer ese brillante, ya pulido, lució en todo su esplendor, inmenso, espectacular. Siete músicos, insuperables uno a uno, pero que unidos fueron capaces de dar en 120 minutos una lección de bien hacer, de sensibilidad, de fuerza, de poderío, de belleza visual y acústica.

Pocos grupos, no ya en Navarra, sino en el resto del estado podrían acercarse a un espectáculo así.



Un grupo también valiente, porque hay que serlo para hacer flamenco desde Villava, o Atarrabia, el pueblo más abertzale de la comarca de Iruña, en Nafarroa. Valentía y arrojo también para fusionar ese flamenco con otros ritmos, como el Jazz, el Blues e incluso añadir instrumentos y sonidos como el bandoneón porteño, uno de los momentos estelares (hubo muchos) en el concierto.

Siete musicazos y otros tantos colaboradores, entre ellos la voz pausada, grave de un inmenso Paco Ocaña. Escucharle recitar a Félix Grande o a Federico García Lorca fue un verdadero placer. Hay muy poca gente que recite con ese sentimiento, con esa serenidad.

Otra genialidad fue atreverse a Mozart aflamencado. Una pasada…

La guinda del espectacular pastel visual y auditivo fue una versión del “Txoria txori” de Mikel Laboa rompedora, nuevamente valiente, arriesgada, pero simplemente genial. La entrada de Urko Ocaña (tremendo el crecimiento como guitarrista de flamenco) al puro estilo Eric Clapton y su dúo con un Koki emulando al gran Pedro Iturralde, fue simplemente emocionante, inigualable.



Las dos culturas unidas, al menos las mías, mi lado árabe cada vez más afirmado al escuchar esta música y las raíces vascas que no deben ser incompatibles sino complementarias. En el mestizaje, también el musical, está la riqueza.

Mención aparte Ekhi Ocaña, perfecto en todo, un virtuoso de la flauta, el piano, e incluso el cajón, con un trío de cajones que puso casi en pie a los espectadores. Además director artístico y autor de la mayoría de las obras que tuvimos el placer de escuchar.

Como digo un instante de 120 minutos mágico, irrepetible. Estos chavales (son todos jovencísimos) merecen recorrerse Navarra de norte a sur y el resto del estado español que seguro se sorprenderá con su calidad.



Si hubiera que resumir lo vivido habría que decir: emoción, emoción a raudales, calidad, sensibilidad, fuerza, valentía, VERDAD! Como el cante jondo....

Gracias Zorongo, gracias por el placer de poder veros y escucharos, gracias por vuestra valentía, por vuestra calidad, por vuestra genialidad.


Ayer en el espacio escénico de Villava-Atarrabia se vivió una gran noche, mágica, una noche histórica………………..

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