Si se hunde el mundo que se hunda; Navarra siempre p’alante
Artículo publicado en DEIA el 2 Abril 2014
Éste es el título de una célebre jota insolidaria que suena en cada cena que se precie aquí por el viejo Reyno. Lo que viene a decir es que nada importa de lo que ocurra en el exterior de nuestra tierra si aquí las cosas pueden ir bien. No es ese el caso en los últimos tiempos y de ahí el dramatismo de escucharla al mismo tiempo que se observa el negro panorama que nos rodea.
Navarra ha dejado de
ser la comunidad ejemplar en lo económico, en lo financiero y lo ha dejado de
ser especialmente en todo lo referente al estado del Bienestar en proceso de
disolución, de desmantelamiento allí y aquí. En nuestra tierra la crisis ha
tardado en llegar un poco más que en el resto, gracias especialmente a que el
monocultivo empresarial que gira alrededor de la todopoderosa Volkswagen ha
mantenido el tipo, aunque el resto haya entrado en proceso de quiebra
comenzando por el sector inmobiliario. Ése que como en el resto del estado ha
crecido a la sombra y amparo del poder establecido, de la oligarquía política
surgida alrededor de UPN.
Una oligarquía
económica, financiera, mediática, incluso religiosa (a nadie se le escapa que
éste es el feudo del Opus Dei, que como las meigas en Galizia, haberlas hailas
aunque no se las vea) que ha convivido con un partido mayoritario, de poder
casi absoluto que lleva 23 años en el poder, excepto la laguna del gobierno
tripartito presidido por Javier Otano, que se encargaron de liquidar en apenas
12 meses, con la colaboración, resulta justo decirlo, de algún mangante y sus
correspondientes compañeros de viaje.
Pero en los últimos
años esa supremacía no habría sido posible sin la complicidad de quien se
suponía era su sustituto natural desde la izquierda, el que podía representar la
alternancia: un PSN absolutamente entregado con armas y bagajes, sumiso
servidor de quienes son sus enemigos naturales.
Cierto es que en
Navarra se conjugan dos contiendas fundamentales: la ideológica
izquierda-derecha y la sentimental, la identitaria entre sus dos almas, la
estatal y la vasca. Dos contiendas que no debieran ser incompatibles, al menos
desde el prisma de la izquierda en la que debe predominar la primera, buscando
puntos de encuentro con la segunda. Ése debería ser el futuro para una Navarra
de progreso, para una Navarra que recuperara su justicia social, el reparto
justo de la riqueza, la atención a los más débiles, el respeto a todos los
derechos humanos, la pluralidad lingüística, cultural. Una Navarra con un pacto
de entendimiento entre las izquierdas transversales, plurales. Una Navarra en
definitiva en la que PSN, I-E, Bildu y Geroa Bai, se pusieran de acuerdo en lo
que realmente nos une, aparcando las diferencias, o quizás mejor, buscando
puntos de encuentro en ellas que permitan un gobierno alternativo, que haga recuperar
la ilusión a una ciudadanía desencantada, cabreada y en una parte de ella
absolutamente desmotivada.
Se intentó en 2007 (el
famoso “Agostazo” de Pepiño Blanco), el PSN falló en el último instante,
defraudó a propios y extraños dominado por el miedo escénico de lo que
electoralmente se suponía -error, grave error- podía suponer un pacto con el
mundo nacionalista, aunque éste fuera tan moderado como Nafarroa Bai. Eso le
costó la dimisión a su líder Fernando Puras que al menos mantuvo su dignidad
política, incluso retirándose de la vida pública en un gesto que le honra
(desde estas líneas el reconocimiento y respeto), pero también un varapalo en
la siguiente cita electoral. Al PSN su
política errática seguidista de UPN, le ha llevado a pasar de 19 parlamentarios
a mediados de 1995, a 9 en apenas 20 años. Terrible consecuencia de la
insensatez de sus dirigentes.
Ha vuelto a ocurrir
ahora. El pasado 6 de Marzo se consumaba una nueva decepción, una nueva
traición a la mayoría de la ciudadanía navarra, pero en especial a su base
social. Nuevamente Ferraz, el PSOE, imponía su criterio después de un sainete
digno del mejor Álvarez Quintero. Un despropósito lleno de “dimes y diretes”,
de voy pero vengo, de mentiras, manipulaciones, canalladas de todos los colores
y bastantes cobardías impropias de gentes de la izquierda. Nuevamente el PSN
daba el paso atrás en el momento justo, para disgusto de muchos y alegría de
los poderes fácticos asustados por la posibilidad de un futuro gobierno de
progreso. Las presiones han sido muchas, de tintes deleznables en algunos
casos, propias de gentes indignas que no merecen ocupar puestos de
responsabilidad. Porque además en esta ocasión nadie ha asumido sus
responsabilidades para escarnio de una actividad que debiera ser digna como la
política.
Nuevamente una Yolanda
Barcina todopoderosa emerge, se sale con la suya fortalecida por la valentía de
mantener el tipo, cuestión esta muy valorada por los navarros del “p’adelante”.
UPN mantenía el poder y los poderes más siniestros se salían con la suya. ¿Pero
a qué coste?
A costa lógicamente del
bienestar de la ciudadanía navarra que ve como su sanidad, su educación, las
prestaciones sociales se van degradando con máxima rapidez. El desgobierno de
una UPN en minoría está afectando gravemente a la estabilidad de Navarra y
paradójicamente a medio plazo puede beneficiar a quienes teorizan que ésta sola
no puede sobrevivir en este mundo tan convulso y que sería mucho más positiva
una colaboración más intensa con Euskadi. El cazador cazado, los navarristas
dándole la razón a los nacionalistas, curioso final para éste culebrón.
Éste pasado lunes se
cumplía el último día para poder convocar elecciones anticipadas coincidiendo
con las europeas del próximo 25 de Mayo. Yolanda Barcina, la única capacitada
para hacerlo una vez fracasado el intento de moción de censura, ha decidido no
hacerlo aludiendo a que “su gobierno da confianza y estabilidad”, una broma de
mal gusto. Nuevamente han primado más sus intereses personales, los intereses
partidistas de alguien que se aferra al sillón de manera irresponsable, que los
del pueblo navarro. En la jota han cambiado Navarra por UPN, o por Barcina. Si
se hunde el mundo que se hunda, si Navarra se empobrece no importa, UPN siempre
p’adelante. Lamentable decisión que tendrá un coste incuantificable pero
indudable para las navarras y navarros.
Ahora doce meses de
incertidumbre, porque solo el apoyo nuevamente del PSN puede darles mayorías
suficientes para llevar adelante este empeño. Todo puede ocurrir con éste
partido a la deriva, dirigido por un grupo de traidores que al igual que ella
sólo miran su interés personal, su apego al sillón. Pero esos doce meses no
solo van a pasar una peligrosa factura a Navarra, también pueden ir
sedimentando nuevas mayorías de cara al futuro y quizás dentro de un año ya no
haga falta el apoyo del PSN para el cambio tan deseado. Será una mala noticia,
para nosotros los socialistas y también para el futuro de una comunidad que
necesita como el agua acuerdos transversales, plurales que acaben con las dos
trincheras actuales.
Quizás la única
alternativa para que eso siga siendo aún posible será que las gentes
socialistas más sensatas sean capaces de crear una nueva alternativa creíble
que recupere la dignidad perdida, la confianza de un electorado en desbandada,
que le doten de la ideología que jamás debió abandonar. Desde dentro, o si esto no es posible, desde
fuera.
El futuro es mañana
pero hoy la insensatez ha situado a Navarra al borde del abismo. Esperemos que
no caiga por él.
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