El PSOE debe liderar un proceso revolucionario ante la situación de extrema gravedad
Ha sido una semana negra que recuerda a la de Enero
del franquismo, que vuelve con fuerza, feroz, brutal. A los ataques al Estado
del Bienestar, a la salud, educación, relaciones laborales, pensiones, o la
última agresión ocurrida con la subida de la luz, se ha unido también ataques a
las libertades fundamentales, al derecho de huelga, a derechos de la mujer como
el aborto, al derecho de manifestación, o huelga y la libre expresión.
Se une a ello una gravísima parálisis al proceso de
paz que puede estallar en cualquier momento y quizás sea lo que se está
buscando con ello, la manipulación judicial que culmina con la decisión de esta
mañana del TSJM invalidando los gravísimos mensajes de Blesa, en los que se
descubren todos los entresijos que condujeron a la crisis en Caja Madrid y de
rechazo a todo el sistema bancario de este país. Involucraciones que se deben
investigar de Aznar, su familia, el PP en su conjunto.
Todo ello con la pasividad de una izquierda que ni
está ni se la espera.
Pero no podemos, no debemos continuar así. Esa
izquierda, en especial el PSOE debe romper sus cadenas y de una vez por todas
ponerse al frente, como le reclama su responsabilidad histórica, de las masas,
de un pueblo indefenso, indignado, pero paralizado por esa falta de liderazgo. No
basta con las minorías movilizadas a través de los movimientos ciudadanos,
están muy bien porque mantienen la tensión pero no son suficientes para parar
primero y derrotar después a los poderes fácticos, financieros, religiosos,
económicos, sociales y políticos, que envalentonados por esta parálisis están
arrasando al pueblo.
Es necesario, imprescindible, que la máxima fuerza
de la izquierda, el PSOE, lidere un proceso revolucionario amplio, novedoso
pero contundente que dirija la lucha de las capas populares a las que debe representar
y dirigir. Lo debe hacer antes que otras fuerzas con intereses menos honorables
acaben cubriendo el hueco que hasta ahora está dejando.
Resulta evidente que este liderazgo puede poner en
contradicción con las normas democráticas básicas, que para un partido con
deseos de volver a gobernar le puede producir vértigo, pero en situaciones
extremas, soluciones extremas. O lo hace o quedará deslegitimado para siempre.
También debe haber una reacción contra los medios de
comunicación hostiles hacia los derechos fundamentales del pueblo. En ese
sentido no se puede consentir sin reacción la agresividad demostrada por
Francisco Marhuenda y su diario La Razón. Debe haber un boicot popular a un
instrumento de nuestro enemigo ideológico. Nadie que se sienta agredido por ese
poder debe financiarlo comprándolo.
Es un momento histórico, la responsabilidad es
máxima y los dirigentes actuales del PSOE deben estar a la altura de las
circunstancias, o dejar a otros que sean capaces de estarlo. Deben recordar la
máxima de “Pasionaria” que afirmaba casi de manera premonitoria del momento
actual: “más vale morir de pie, que vivir de rodillas”.
Éste es un llamamiento angustioso a estos
dirigentes, antes de que sea demasiado tarde.
Totalmente de acuerdo. Si el PSOE ha vuelto que se presente en sociedad. Tiene una ocasión de oro.
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