Desde la indignación: Iros ya!
Artículo publicado en DIARIO NOTICIAS DE NAVARRA el 3 Agosto 2013
Ver integro el debate
sobre el escándalo Bárcenas en el Senado, además de suponer un ejercicio de
masoquismo para nota también permite situarnos en la realidad de este país.
En cualquier otro con
la que está cayendo habría centenares de miles de ciudadanos a la puerta
clamando por un cambio radical en le política, en la manera de hacer y
gestionar la política. Lamentablemente eso no sucedió y esa es la primera
reflexión que cabe sacar de lo ocurrido: no somos un país de leones como
señalaba Miguel Hernández, lo somos de bueyes o lo que es peor, de borregos
dispuestos a ir al matadero sin rechistar. ¿Qué podemos reclamar pues si somos
incapaces de luchar por lo que creemos justo?
Más allá de los
análisis que podamos hacer de lo ocurrido, más allá de reprobar el cobarde y
mentiroso discurso de Mariano Rajoy, del PP, la blandura extrema de Rubalcaba y
por lo tanto del PSOE del que es su máximo dirigente, de los leves ramalazos
contestatarios de Cayo Lara y su IU, con la aplaudible excepción de Joan
Coscubiela representante de su variante catalana que valientemente llamó a las
cosas por su nombre, la levedad de CiU, inmersa en la misma “merdé” que el PP,
del PNV, la estéril y falsa dialéctica de Rosa Diez, cada vez más sobrada pensando
que las encuestas la llevan al Olimpo; más allá de retóricas, mini broncas
estudiadas y manipulaciones de distintos colores, el debate resultó estéril en
la forma y en el fondo.
Estéril porque el resultado fue nulo, Rajoy lo
dejó muy claro: “no me voy, no dimito, no convocaré elecciones anticipadas” y
por lo tanto todos sigue igual, vergonzosamente igual. ¿De quién es la
responsabilidad que eso sea así? ¿De quién que a diferencia de cualquier país
democrático nada vaya a pasar? Indudablemente de los políticos, pero
fundamentalmente de una ciudadanía amorfa, anestesiada, esterilizada, enferma,
que prefirió el frescor de la playa o la piscina en un día caluroso, que la
explosión de cualquier movimiento revolucionario a la puerta del Senado. Ahora
se nos llenará la boca de críticas sobre lo sucedido, sobre los políticos
especialmente de la izquierda, pero si somos honestos, si nos situamos frente
al espejo veremos seres acobardados e incapaces de generar ningún tipo de
transformación social, de dedicar el más mínimo esfuerzo en la lucha por
nuestros derechos, por nuestra dignidad perdida, mancillada.
¿Cómo ha sido posible
esa transformación? ¿Cómo hemos pasado de los luchadores revolucionarios que se
enfrentaron al fascismo en la guerra civil, en el franquismo, en la transición,
a los dúctiles borregos actuales?
La respuesta puede
estar en la profunda y lamentable transformación producida en los partidos de
la izquierda desde el inicio de la democracia. Desde que Felipe González
decidió convertir al PSOE de un partido luchador, revolucionario, en una
maquinaria engrasada para ganar elecciones y llegar al poder, desde que lo convirtió
en un instrumento, no de la clase obrera, no para transformar la sociedad, sino
solo y exclusivamente para gestionarla, desde que para ese fin decidió
colaborar de manera cómplice con los poderes fácticos para conservar ese poder,
desde que el resto de los partidos de la izquierda lo imitaron; en ese momento
se produjo el fatídico cambiazo.
Eso igualó a los
partidos de la izquierda con los de la derecha; en todo, incluso en la
podredumbre de sus estructuras internas y en los vicios que derivaron en los
casos de corrupción y corruptelas actuales.
Si el PSOE, especialmente
agobiado por los casos de los ERE’s en Andalucía (en este caso con la complicidad de IU que para pisar moqueta
ha quedado atrapada en el mismo bucle), los diferentes ayuntamientos en
Catalunya y la CAN aquí, hubiera llegado al debate limpio de polvo y paja, si
hubiera depurado previamente cualquier atisbo de corrupción o corruptela en su
seno, sin temblarle la mano en su limpieza total, Rajoy no habría podido hacer
la intervención de réplica que hizo, que le permitió sacar pecho y recuperar
aliento y habría quedado absolutamente desactivado. Esa fue una de las claves
del debate. Sumado a la atadura de manos de CiU por los escándalos que la
corroen y al lamentable discurso de Bildu empeñado en sacar su alma
nacionalista olvidando la que realmente le correspondía: la de partido de
izquierdas.
¿Qué hacer ante esta terrible
situación? Despertar, despertar del largo letargo al que la táctica de González
nos llevó. Olvidarnos de la gobernabilidad, de la sensatez, de la
responsabilidad democrática y alzarnos de la postración en la que nos
encontramos (decía “Pasionaria” que “más vale morir de pie que vivir de
rodillas”). Social y políticamente. Alzarnos en la sociedad liderándola y
alzarnos en el interior de los partidos de la izquierda, especialmente en el
PSOE, para generar un profundo proceso revolucionario interno que lleve no ya a
una regeneración, sino a una refundación de la izquierda. Una izquierda que
debe ir unida, fortalecida, para liderar el necesario proceso revolucionario
externo. Una izquierda liderada por gentes absolutamente limpias de cualquier
atisbo de corrupción o corruptela, ni por acción, ni por omisión cómplice.
La sensación es que en estos momentos
nuestro país está en emergencia nacional. Las luces rojas encendidas y aunque
todavía el estallido social está siendo controlado con apenas algún caso sonado
de “escrache”, concentraciones a las puertas de las sedes del PP exigiendo la
dimisión de Rajoy, o tomas aisladas de fincas de famosos y sucursales de
bancos, todo parece indicar que estamos ante una olla a presión a punto de
estallar. Las cúpulas de los partidos de la izquierda más empeñados en salvar
los muebles que en prever ese estallido, están siendo incapaces de controlar la
situación. Por eso es necesario, imprescindible desalojarlos de un poder que no
merecen.
Quizás aún no sea
tarde, quizás aún podamos reconducir un proceso que nos lleva a la destrucción,
a la desaparición y eso sí sería terrible. La sociedad debe recuperar la
confianza en los partidos de la izquierda, como instrumento, como herramienta
para la transformación de un mundo corrompido e injusto.
Desde la indignación en
esas estamos, en esas estaremos….
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN y actual militante del PSC)
Villava-Atarrabia 2
Agosto 2013
José Luis, totalmente de acuerdo con esa visión social. Voy añadir dos cosas, la primera, la falta de un líder a nivel nacional que encabece ese movimiento. Siempre se ha necesitado un líder. Hoy en día no hay un líder en toda la unión europea.
ResponderEliminarLa segunda, ese cuarto poder que existe, los medios de comunicación, que están a expensas de las migas que les da quién gobierna, con tal de engrandecer sus pequeñas o medianas o grandes empresas de la comunicación. Un abrazo.
...uy...entre tantas lineas por fin he logrado encontrar al culpable de la miseria a la que nos están llevando los mediocres.
ResponderEliminarEl pueblo (que se va de vacaciones cuando mas los necesitamos).
SI el pueblo, las personas son las culpables de toda la corrupción que existe en este conjunto de pueblos al sur de europa (porque imagino que ni el mas acerrimo patriota español puede llamar patria a ese territorio comprado por los bancos a un mediocre presidente llamado José Maria).
Real Madrid o Barcelona, Derecha o Izquierda, Banco rojo o Banco azul,PSOE o PP, los mediocres han quitado las posibilidades de elegir entre mas de dos opciones al pueblo, a las personas, a las gentes...y les han denominado ciudadanos, como si denonominarles ciudadanos les diese mas derechos.
Me explicare, no existen las derechas ni las izquierdas, son palabras que en el contexto político se utilizan para crear la imagen de un enemigo político. Existen las personas que en su vida pensaran en la justicia social, la solidaridad, el esfuerzo, el bien común, en la comunidad, el ayudar, el la igualdad, en los derechos humanos...en los matices que nos hacen estar comprometidos y luego están los mediocres, que no son solo los de derechas, son los funcionarios acomodados, los políticos de carrera (económicas o derecho), los que juegan a la play, los egoístas, los políticos ladrones, los egocéntricos (políticos, emprendedores y presidentes de tu portal),los nostálgicos de la década de Franco en la que empezaron a ver la luz después de un asesinato en masa único dentro de las fronteras de la UE actual, los que no derraman ni una lagrima por esas muertes,los que entre los seis millones de parados aun votarían a Mariano Rajoy (no escribo al PP por razones obvias)para ser presidente,los jubilados que admiten los cambios sociales del PP,...tantos y tanto ciudadanos mediocres, sin voluntad, sin criterio, adoctrinados en el miedo (al desempleo,al robo, a la injusticia,al lamento...).
La generación perdida, seguida de la generación x continuada por la generación ni-ni han dinamitado todos los derechos conseguidos a través de años de lucha para ir a comprar al Mercadona con una extensa lista de cremas (no es ironía es realidad).
Hace 20 años +- este año muy pocas personas hubiesen podido ir de vacaciones porque las carreteras estaría destrozadas por las barricadas de los obreros despedidos.
...y cuando comentas esta idea los ciudadanos nos dicen al pueblo que las cosas han cambiado, que hay otros caminos...y seguimos perdiendo derechos, trabajo y dinero, pero no nuestros derechos, ni nuestro dinero, ni nuestro trabajo, ni nuestra dignidad, sino los derechos, el dinero, el trabajo y la dignidad de nuestros hijo/as y nietos/as.
Hizo falta la muerte de millones de seres humanos que formaban el pueblo para conseguir lo que hemos perdido en 20 años.
No puedo estar mas de acuerdo, la izquierda institucionalizada especialmente el PSOE, o mejor, la cúpula, ha hecho mucho daño a la izquierda de base, anulando los movimientos sociales ganando a los dirigentes de estos movimientos a su causa mendaz, mintiendo a los electores con programas hechos como decía Tierno Galván para no cumplirse, este adormecimiento que parece no es real, la ciudadanía necesita tiempo para organizarse, las mareas ciudadanas, 15 M, yayoflautas, PAH, etc., si esto puede cuajar en órganización, y no digo partido, puede que la fiesta electoral sea una verdadera fiesta, a pesar de la Ley Electoral, que esta es otra.
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