A las barricadas, hagamos la revolución



No ha sido una noche fácil en lo personal, pero hoy tengo la obligación de reflexionar de lo colectivo, lo mío ya lo resolveré lo tengo claro.




Ayer viví la manifestación de Barcelona en vivo y en directo y más que analizar lo concreto intenté vivir las sensaciones que me inspiraba, observé, me impliqué sí en lo activo pero intenté abstraerme del cabreo que llevo dentro y sentir qué me inspiraba aquella marea humana. Por eso en la foto colgada se ve mi cara de enfado y la crispación de mi puño cerrado.



Reconozco que me encuentro en un momento de especial pesimismo y escepticismo. No confío en la capacidad de reacción de una sociedad adormecida y aborregada en términos generales, a excepción de una minoría que estaba ayer por las calles de nuestro país.



Primera reflexión: ¿qué país? Escuchar entre las filas de una parte de la izquierda gritos desaforados en defensa de la independencia de Catalunya cuando nos estábamos manifestando contra la mayor agresión contra el Estado del Bienestar, contra la clase obrera y la media, me dejó impactado. Es el señuelo que nos envían la clase dominante para desviarnos del tema fundamental.



Segunda: Solo he estado en dos manifestaciones en Barcelona, ésta y la que hubo contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Aquella seis veces esta. ¿Cómo es posible que para un tema como ese se echen a la calle un millón de personas y ayer muchas menos? ¿No supone un mayor agravio, una mayor agresión para catalanes y no catalanes lo que está ocurriendo ahora?



Tercera: Ver a la comitiva del PSC con un cinturón de seguridad me pareció una torpeza de libro y un acto lamentable que alguien debiera reflexionar sobre ello. Defiendo que los socialistas, del PSOE y del PSC, debemos liderar esta revuelta antes de que se descontrole hacia lugares no convenientes definitivamente.



Cuarta: Palpé momentos parecidos a festivos, eslóganes algo Light, cuando lo que debía haber palpado es enfado, cabreo extremo, gritos con una dureza adecuada al negro momento que vivimos.



Quinta: Sigo defendiendo que estos métodos clásicos no valen para darle la vuelta a la tortilla que se está cociendo, que no afectan con la suficiente gravedad al poder establecido como para hacerle cambiar, que la izquierda debe entender que hay que utilizar métodos más contundentes, revolucionarios por la situación así lo demanda. Liderar esa revuelta significa entender que estamos no solo para interpretar una sociedad agredido sino para TRANSFORMARLA y para eso necesitamos algo más que manifestaciones.



Lancé en su día una idea, además de tomar la puerta del Sol, las cercanías del Congreso o la Vía Laietana debemos ir allí donde están los responsable, los culpables y no dejarles vivir, como lo están haciendo, este verano en paz cuando la mayoría lo está pasando muy mal, extremadamente mal. En sus lugares de veraneo, en sus discotecas , en sus chalets, hoteles de lujo, discoteca, restaurantes donde comen. Que pasen un verano amargados como lo estamos el resto.



Sexta: Tengo la sensación de que estamos viviendo una segunda Edad Media, que la crisis no es solo económica y financiera sino fundamentalmente de valores, comenzando por los valores que algunos han destrozado al originar la crisis y que siguen destrozando incapaces de resolverla.



Me queda la esperanza de que después puede venir también un segundo renacimiento, la luz después de las sombras, la cultura y el intelecto después de la barbarie y la podredumbre. Que esta nueva peste del siglo XXI será vencida y recuperaremos la salud física y mental.



Pero ahora en esta noche de insomnio reflexiono sobre lo particular, sobre lo mí y sobre lo colectivo consciente de que lo importante no es caer sino saberse levantar.



Ojalá sea capaz de hacerlo de nuevo, ojala seamos capaces de hacerlo todos, ojala la izquierda, ojala el PSOE despierte de un suicida letargo y coja con fuerza la bandera revolucionaria.



Yo estaré ahí en las trincheras, en las barricadas (algo que debiéramos recuperar también) lo tengo muy claro y después de lamernos las heridas acabaremos con ellas y ellos y quizás después seamos capaces de hacerles pagar estos crímenes con un segundo juicio de Nüremberg.









Comentarios

  1. Los socialistas aún debemos purgar durante un tiempo más el desastre de las gestión de ZP.

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