PSN : De la iniciativa al desastre

Publicado en DEIA el 8 Junio 2012 Hace ahora treinta años que el PSN decidió separarse del PSE en el que estaba integrado, para comenzar su andadura como federación propia. Fue una dura decisión de consecuencias estratégicas (ya se ha visto como a lo largo de los años el contencioso Navarra-Euskadi ha dado y dará para mucho) pero lamentablemente tomada por motivos puramente tácticos, electoralistas al considerar los sesudos analistas del PSOE que de esta manera se podrían conseguir más votos en una sociedad que en aquel momento vivía muy pendiente de lo que sucedía en España. Un partido cuya base fundamental estaba en la Ribera, en la zona donde tradicionalmente se veían los temas de Euskadi como mínimo con distancia e incluso con desconfianza. La derecha navarra se había encargado de azuzar ese demonio que según ellos venía a llevarse todas sus riquezas, su rica huerta, sus setas, sus costumbres, su lengua. Haciendo un repaso por la historia resulta cuando menos curioso datos como el de que Gabriel Urralburu, después yunque sobre el que se machacó a todo lo que se sospechaba vasco, saliera diputado por el PSE que en aquel tiempo formaba parte del “Frente autonómico” con PNV y ANV. Paradojas del destino. ¿Cómo se puede desde una posición política en la que sus dirigentes gritaban por las calles de la vieja Iruña el “Nafarroa, Euskadi da”, llegar a la actual de dependencia, de vasallaje a UPN, la derecha más reaccionaria de Europa? ¿Qué ha ocurrido en el interior de un partido que mantenía con orgullo y gallardía la bandera de la izquierda sin despreciar su alma nacionalista para llegar a esa deriva? Varias son las razones, unas de carácter interno y otras externas que tienen que ver con los cambios sociales que se han producido en Navarra en estos últimos treinta años. El PSN una vez rotas sus amarras con el PSE diseñó, liderado por Urralburu, una estrategia política envuelta en un navarrismo que no le correspondía intentando competir con UPN en un caladero electoral que no era el suyo. Eso inicialmente le funcionó consiguiendo gobernar Navarra en minoría mayoritaria durante siete años, de 1984 a 1991, abandonando su base social de izquierdas y trasladando sus tesis políticas hacia un centro anti vasquista. Cuando en 1991 decidió de nuevo el cambio de rumbo ya era tarde y a pesar de las maniobras y contactos para convencer a la izquierda abertzale de que se abstuviera para que con los votos de EA e IU seguir gobernando, no se consiguió y la derecha de nuevo volvió al poder del que no se ha apeado en estos 22 años, excepto el frustrado intento de gobierno tripartito encabezado con Otano, que acabó como acabó cunado la derecha mediática decidió asesinarlo aterrorizada por el ya famosos “Órgano común permanente” con Euskadi (nuevamente Euskadi). Luego se descubrió para escándalo de unos y vergüenza de otros que lo que realmente pretendía Urralburu era esconder las corrupciones realizadas en los últimos tiempos con su amigo del alma Luis Roldán. De aquel tiempo el PSN también heredó una organización interna rígida, disciplinada hasta límites inquisitoriales, con una afiliación a la baja muy controlable formada fundamentalmente por cargos públicos, familiares y amigos, una especie de oficina de colocación que garantizaba mayorías holgadas en los sucesivos Congresos a pesar de que una minoría luchadora, de izquierdas, con rasgos vasquistas, que defendía la necesidad de compaginar las dos almas que componían su base social: izquierda y de defensa de una mayor comunicación con la izquierda nacionalista, insistió una y otra vez en dar batalla, siempre con la derrota como final previsto. Después de estos años convulsos, con manchas de corrupción, gestoras impúdicas, control férreo de la militancia, giros bruscos, imposiciones desde Ferraz, el PSN ha llegado a su máxima debilidad orgánica y social. Se ha alejado cada vez más de su estado natural en la izquierda, de su necesidad vital de comunicación y diálogo con la otra izquierda: la abertzale, más aún en estos momentos donde la paz está ya prácticamente consolidada, echándose en los brazos de una UPN controlada por su alma más extrema y reaccionaria. Porque el PSN va a la deriva desde que en sus dos últimos Congresos, convulsos como en estos treinta años, han accedido a su dirección lo más deleznable, en lo político enemigos declarados en sus dos vertientes: izquierda y comunicación con el nacionalismo, como en lo social al pertenecer a una raza de “políticos” que desprecio profundamente: aquellos para quienes la ideología no figura como elemento fundamental de su praxis, sino el apego al “sillón” que agarran aunque suponga para ello la traición a las ideas fundamentales del socialismo clásico. Gentes seguidoras de Torquemada, que no admiten ningún tipo de crítica, que la libertad de expresión la consideran herejía, aquellos para quienes el PSN solo es una oficina de colocación para sus secuaces, que se mantienen a base de comprar voluntades, de amenazas y chantajes. Esos son los que llevan al PSN con la inactividad cómplice del PSOE al desastre social, político y electoral, quienes están pactando con la derecha más retrograda de este país, quienes expulsan y purgan a lo mejor del socialismo navarro, quienes se llenan de prebendas, de cargos inútiles, al menos para defender los derechos de nuestra base social. Aquel digno PSN que desarrolló un importante papel durante la transición en el seno del PSE, aquel que podría servir a los intereses de la paz, a solucionar desde una posición transversal, enriquecedora, el único problema pendiente de esa transición: las relaciones centro-periferia, lo que algunos denominan "problema vasco", ya no existe. Le echamos de menos porque sería importante recuperarlo, pero eso solo depende de sus bases, que a la vista del desarrollo de su último Congreso no parecen estar por la labor, aunque un dignísimo 40 % vaticina que la guerra aún no ha terminado, que aún quedan batallas que librar, o de un PSOE todavía perdido en sus últimas derrotas intentando saber qué papel le queda por cumplir en la izquierda. Ahora en estos días están desarrollando un culebrón cuyo final ya todo el mundo conoce, dando una imagen patética, de sumisión y dependencia. ¿Pensarán que las navarras y navarros somos tontos? De la dignidad, de la iniciativa de hace 30 años, al desastre de ahora…………

Comentarios

  1. Muy bueno el breve resumen de como sucedió la separación entre las dos actuales federaciones del PSOE. Hay gente que ha olvidado su propia historia.

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