¿Pero, qué os está pasando a los hombres?

Que vivimos una nueva era llena de interrogantes ya lo teníamos suficiente claro. La cuestión fundamental es encontrar las respuestas adecuadas y aplicar los remedios para la cura definitiva. La más reciente es la que nos lanzó a los machos de este país, la delegada del gobierno en Valencia, Gloria Calero, después de las agresiones sexuales ocurridas en Burjasot y Castellón. ¿Pero qué os está pasando a los hombres? Se la lanzaba a un grupo de periodistas, la mayoría varones, en la rueda de prensa dada después de estos terribles acontecimientos, intentando así trasladárselo al resto de nuestros congéneres a través de los medios de comunicación. Intentaba así buscar una explicación al retroceso que en los últimos tiempos estaba ocurriendo con la cultura de la violación, en muchas ocasiones grupal, que se va imponiendo poco a poco en nuestra sociedad y que indica la falta absoluta de respeto a las mujeres y a su libertad. Quizás el impacto que nos produjo la famosa violación grupal de “la manada” en los sanfermines de 2016, nos debiera haber abierto una vía para la reflexión. A los machos y a las autoridades. Pero no sucedió así y esa subcultura perversa se ha ido imponiendo en nuestra juventud sin que hayamos tomado ninguna medida, especialmente educativa, para evitarlo. Debíamos haber reflexionado sobre el por qué los protagonistas son cada vez más jóvenes, cada vez más, en un momento donde la sexualidad voluntaria es cada vez más fácil. No parece que estas prácticas carentes de respeto hacia la mujer, estén sucediendo entre las generaciones mayores. Los sicólogos, psiquiatras, especialistas, intenten buscar respuestas sobre este fenómeno sin acabar de dar con la solución. Las autoridades intentan buscar las medidas a adoptar para atajar esta plaga, igualmente sin conseguirlo. Quizás las primeras medidas deberían haber venido de las propias familias y del colectivo educativo. Pero si las han aplicado no parecen ser muy eficaces a la vista de los resultados. Señalaba Calero que la iniciación en la sexualidad de los jóvenes machos hoy en día, se estaba produciendo a través de las páginas pornográficas, especialmente las de prácticas cada vez más violentas y agresivas sobre la mujer, en concreto las que los lleva a visionar violaciones colectivas. De ahí al deseo de realizarlas y a la acción sólo existe un paso. ¿Qué hacer ante esta plaga? Lo más lógico es aplicar un plan educativo de choque implicando a la sociedad en su conjunto, familias, colegios, medios de comunicación, a todos aquellos que actualmente sean referentes de los jóvenes como los artistas y músicos que más influyen sobre ellos. Todo ello acompañado de medidas represivas contundentes que sirvan de persuasión. Lamentablemente la represión tiene muy mala prensa entre la sociedad actual, pero a veces resulta eficaz cuando falla todo lo anterior. Escuchar a algunos dirigentes de VOX con la complicidad del PP nos provoca interrogantes parecidos.
¿Qué está pasando en la política actual desde su llegada? ¿Cómo es posible que energúmenos del Neandertal como el vicepresidente de CyL, Juan García-Gallardo, pueda decir con impunidad en clave parlamentaria las barbaridades que dijo? Especialmente en los referido a la enseñanza de nuestros niños en la sexualidad, o la falta de respeto hacia una representante de Podemos discapacitada. ¿Eso es lo que nos viene en Andalucía o España? Tiene toda la pinta. ¿Y sus socios del PP cómo reaccionan? Con el silencio cómplice, desde Mañueco a Feijóo. La misma pregunta nos abre gentes como las que Isabel Díaz Ayuso ha incluido en su ejecutiva de Madrid. Las imágenes de Javier Hurtado emplazando a lavarse porque olían mal a manifestantes pro aborto, o señalando a una de ellas; “qué fea eres, te deberían haber abortado”, indican el nivel intelectual y de falta de respeto que nos está invadiendo la política actual. ¿Dónde hemos dejado la política con mayúsculas, con altura de miras de la Transición? En mundo lleno de interrogantes sobre la guerra que sacude el este de Europa, o la crisis económica derivada de la misma, el comportamiento ante las pandemias que no invaden, o la crisis climática, nos provoca y recuerda aquella viñeta de Mafalda del genial Quino. “Paren el mundo que me bajo”. O quizás paren el mundo que esta época no es para mí. Pero como herederos de ese inconformismo, de esa rebeldía sutil, irónica, inteligente de nuestra amiga, nos enfundamos el traje de Don Quijote, subimos a lomos de nuestro Rocinante y seguimos peleando frente a molinos de viento, conscientes de que somos una especie social en vías de extinción, que esta sociedad si fuera lista debiera proteger. Veremos....... Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal de PSN-PSOE) Villava-Atarrabia 25 Mayo 2022

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