¿Podría ser Bildu la “Casa común de la izquierda” en Euskadi y Navarra?
Publicado en Público, Diario de noticias de Navarra y Guipuzcoa, los 2, 3 y 6 de Marzo 2020.
El
escrito publicado por gentes que provienen
del mundo de la izquierda estatal como Gemma Zabaleta, Dani Arranz y
Javier Madrazo, los primeros del PSOE, el segundo de IU, ha abierto un
interesante debate, especialmente después de la respuesta dada por Arnaldo
Otegi a los pocos días.
Para
poder entrar en el mismo conviene al menos leer ambos con un espíritu abierto,
de manera crítica y autocrítica.
En los
dos se señalan cuestiones de mucho calado, aunque tengan un ligero aroma a
debate interesado y partidista, más aún al haberse hecho público justo en
periodo electoral.
Pero
esa circunstancia que puede resultar a corto plazo negativa, no debe evitar
profundizar sobre los retos que exponen, no sólo de una manera tacticista sino
con ambición estratégica.
Una parte
del análisis recordaba a aquel que un numeroso grupo de cualificados militantes
comunistas liderados por Enrique Curiel abrimos en 1990, en plena crisis de un
PCE al que los errores de bulto de Santiago Carrillo, había llevado a su práctica
desaparición.
En la
formación de aquella experiencia denominada “Fundación Europa”, en los debates
habidos en su asamblea fundacional realizada en el Ateneo de Madrid, subyacen
muchos de los retos que la izquierda tiene en estos instantes señalados en los
escritos comentados.
La
pregunta que entonces nos hicimos era; ¿Podía ser el PSOE la “Casa común” de la
izquierda? Nuestra respuesta afirmativa después de un corto proceso de debate
interno y externo nos llevó a pedir la afiliación en el seno del mismo.
Conviene
recordar que ese debate, liderado desde el PSOE por “Txiki” Benegas
(casualmente un vasco), no sólo se abrió en nuestro seno, sino que provocó que
también se hiciera en el receptor, o sea en el PSOE.
Fueron
horas, días, semanas de intercambio de ideas, propuestas, análisis que trajeron
como consecuencia una transformación del partido mayoritario de la izquierda,
aunque lamentablemente durara demasiado poco.
Lo que
en un primer instante fue recibir con los brazos abiertos a ese grupo forjado
en las luchas anti franquistas, educados en la praxis del PCE de profundos
debates, de análisis y reflexiones de calado, se acabó convirtiendo en una
absorción pura y dura, diluyendo su fuerza ideológica dispersados por las
diferentes agrupaciones y federaciones.
No
sumó dos proyectos, no consensuó dos ideologías, simplemente se limitó a sumar
un puñado de militantes.
¿Fue
un engaño, o quizás una consecuencia lógica de que el pez grande siempre se
come al chico?
Es
probable que al inicio existiera buena fe en el PSOE, al menos en sus
interlocutores, pero después hubo poca capacidad de síntesis, de integración y
mucha de imposición ideológica.
Siempre
fuimos considerados como los comunistas que se integraban rendidos con armas y
bagajes.
Así se
echó a perder esa experiencia que podría haber sido histórica y se evitó que
esa “Casa común” se consolidara. Hoy 30 años después sigue habiendo dos
izquierdas a nivel estatal, con Podemos cubriendo el hueco dejado por el PCE.
¿Podría
ocurrir ahora lo mismo? Es probable si se vuelven a cometer los mismos errores.
Si
Otegi y Bildu ven en este movimiento una oportunidad táctica para crecer a costa de debilitar a PSE y Podemos, no hay
duda de que también fracasará.
Si por
el contrario se creen que pueden aglutinar en su seno, desde el respeto y la
síntesis no desde la imposición de su fuerza electoral, a toda la riqueza
ideológica de la izquierda, si además afrontan de manera audaz y generosa
abrirse a acuerdos con los que decidan continuar su camino por separado, puede
acabar en éxito.
Le
hago una propuesta a Arnaldo Otegi. ¿Por qué no sólo teorizar sobre si dentro
de Bildu caben gentes de izquierdas que no son independentistas, que son como
señala en su escrito, federalistas o confederalistas? ¿Por qué no abrir ese
debate a si el futuro realmente pasa por un entendimiento entre Bildu, PSOE y
Podemos? A nivel estatal, en Euskadi, Navarra, Catalunya con ERC y Galizia con
BNG.
Consolidar
de manera estratégica lo ocurrido en la moción de censura, en la formación del
nuevo gobierno de coalición, techo de gasto, o Gobierno de Navarra.
Crear
una alternativa imparable de las izquierdas centrales y periféricas que frene
el peligro de unas derechas extremas que cada vez se entienden mejor.
¿Por
qué no explorar nuevas soluciones para viejos problemas? En lugar de
independencia caminar juntos hacia un Estado Federal Plurinacional que ya
muchos socialistas defienden, una nación de naciones. Igualmente aquí una “casa
común” en la que todos nos podamos sentir cómodos, buscando una solución
imaginativa al ansiado derecha a decidir.
Otegi
en su reflexión da un paso, abre un debate y al mismo tiempo puertas en plural,
pero si se queda sólo ahí le pasará como en 1990 a Benegas y compañía, que se
quedará a medio camino provocando una nueva frustración en las izquierdas.
Imaginación
para buscar soluciones nuevas, audacia para ser capaz de dejar “pelos en la
gatera”, generosidad para compartir desde la síntesis y la búsqueda de
encuentro. Eso necesitan las izquierdas. Las de aquí y las de allí.
¿Puede
ser Bildu la “Casa común de la izquierda”? No parece probable ni siquiera
deseable, pero lo que si puede y debe es colaborar con el resto de las
izquierdas (PSOE, Podemos, ERC, BNG), para construir un edificio común de
convivencia y colaboración, que sirva de dique de contención a las derechas que
vienen furiosas.
Veremos……….
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
1 Marzo 2020
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