Sentimiento agridulce y oportunidad para la izquierda
Después de una larguísima campaña
electoral de más de dos años y tras los sobresaltos de las últimas generales
que afortunadamente se superaron sin grandes heridas, llegababa el 26-M la
oportunidad para las izquierdas de rematar la faena.
Pero lamentablemente las elecciones
europeas, municipales y autonómicas han dejado en el PSOE y la izquierda en
general una sensación agridulce.
Ante una derecha confrontada y dividida la
historia nos había dado la oportunidad de dar la vuelta a la situación y culminar
el trabajo iniciado. Pero no ha sido así, o al menos no lo ha sido
suficientemente.
Quizás porque no hayamos tenido tiempo de
aprender la lección de las generales y profundizar en ese incipiente inicio de
una etapa de comunicación y colaboración entre PSOE y Podemos.
Que ambos procesos electorales, generales
y europeas, municipales, autonómicas hayan venido tan seguidas aunque pueda
parecer que ha beneficiado, especialmente al PSOE, en realidad no ha sido así,
precisamente por esta circunstancia.
La caída en picado de Podemos, propiciada
en algunos lugares como Madrid capital y autonomía por la tradicional cultura
cainita y de división de la izquierda, pone
en peligro esa posibilidad de colaboración abierta en el último mes.
Se ha ganado con amplia mayoría las
elecciones europeas, casi 10 millones de la izquierda con 26 parlamentarios
frente a casi 9 de las derechas con 22, pero no se ha sabido ni podido
trasladar esa victoria incontestable al resto, especialmente a las joyas de la
corona, Madrid y Barcelona.
Resulta complejo hacer un análisis
generalista de lo ocurrido este 26-M, porque a esa decepción de Madrid se puede
contrastar, especialmente desde el PSOE, con las victorias por mayoría absoluta
en Extremadura y Castilla la Mancha, y ganar en Asturias, Cantabria, Baleares,
Castilla León, Canarias, o Aragón, aunque en las cuatro últimas resulte
complejo acceder al poder.
En el ámbito municipal la alegría por la
subida en muchas capitales contrasta con la pérdida de la capital de reino.
Madrid pesa mucho y de ahí quizás las caras de los dirigentes del PSOE cuando
aparecieron la noche del domingo en su sede de Ferraz. Si dicen que la cara es el espejo del alma,
las suyas no eran de triunfo pleno, sino amargo.
Sólo un apunte sobre algún resultado con
nombres y apellidos. En lo autonómico ya se ha hecho mención a Fernández Vara y
García Page, en lo municipal habría que reseñar tres; Abel Caballero y su
arrase en Vigo (conseguir el 68 % de los votos es ganar por goleada), José
María González “Kichi” en Cádiz, o García Albiol en Badalona. El populismo de
diferentes colores parece ser lamentablemente la política del futuro.
A modo de síntesis señalar que el PSOE
gana pero con sensación agridulce, PP “salva los muebles” especialmente al
mantener Madrid comunidad, recuperar la alcaldía y parar el temido “sorpasso”
de Cs, éste crece pero no tanto como lo esperado al igual que VOX y Podemos se
derrumba debido especialmente a los errores de su líder Pablo Iglesias que sale
muy debilitado de este envite.
¿Qué hacer a partir de este momento?
Tenemos ahora un largo periodo sin
elecciones de ámbito estatal, con las excepciones de Euskadi, Catalunya con
posibles adelantos y Galicia. Haría mal la izquierda en especial el PSOE en
desaprovechar esta oportunidad histórica.
Es cierto que Podemos no ha dado la talla,
que su debilidad arrastra a la izquierda en su conjunto, pero los retos que
tenemos por delante exigen profundizar a pesar de lo ocurrido este 26-M, en la
línea de acuerdo y colaboración iniciada después del 28-A.
Quedará para el futuro inmediato que ese
entendimiento se pueda extender al resto de las izquierdas, las periféricas de
ERC, Bildu y BNG, con las que será necesario acordar, no sólo para aplicar
políticas progresistas para esos territorios, sino también colaborar en
solucionar las viejas tensiones centro-periferia que nos impiden avanzar.
Esa es una asignatura aún pendiente en el
seno del PSOE, ver a Bildu como una fuerza política con la que se puede pactar
una vez desaparecida ETA y a ERC como una fuerza necesaria para ser capaces de
buscar una solución, legal pero consensuada, a la actuales tensiones con
Catalunya. Un acuerdo imprescindible para un desarrollo pacífico y armónico del
país.
La presión intolerables de las derechas
sobre el PSOE tras las elecciones del 26-A, sumado a que van a poner en marcha
un proceso global de pacto para arrebatar poder a la izquierda (resulta
estremecedor ver la alegría de PP y Cs en algunos lugares, cuando para gobernar
van a necesitar como en Andalucía a VOX), más la sensatez que en esta ocasión
impera en Podemos que aumentará después de este revolcón, favorecen esa
posibilidad.
El futuro prevé un Podemos de estilo
Errejón y no Iglesias.
Precisamente ese futuro demanda evitar
cantos de sirena anti natura, explorando un gobierno fuerte que permita trabajar
una experiencia de colaboración de las izquierdas ejerciendo el poder. Una
propuesta interesante de cara a los grandes retos que se nos abren en el futuro
próximo.
Convendría recomendarles que graben en su
cerebro dos frases: “divide y vencerás” y “la unidad hace la fuerza”,
especialmente después de algunas experiencias vividas este domingo.
La izquierda española tiene su gran
oportunidad de demostrar la eficacia de sus políticas para el bien común de la
ciudadanía. A favor tiene la empatía que se detecta entre sus dos líderes,
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, más aún con Iñigo Errejón, en contra su
ancestral espíritu cainita y autodestructivo. Esperemos que lo primero se
imponga a lo segundo.
Si esa izquierda afronta el futuro con
audacia, imaginación y generosidad se abre un periodo nuevo e ilusionante, su
gran oportunidad de liderar un proyecto que pueda servir como ejemplo para el
resto de Europa. Conseguir así transformar esa sensación agridulce de hoy en
placentera.
Un proyecto que sea capaz de aplicar
políticas progresistas y al mismo tiempo busque soluciones al conflicto con
Catalunya y a la demanda del derecho a decidir. Vale la pena intentarlo.
Millones de personas de este país lo están esperando y demandando.
Ojalá sean capaces de conseguirlo.
Eso en lo que se refiere al estado, pero
fijando el foco en lo más complejo, Euskadi, Navarra y Catalunya existen elementos comunes,
aunque también alguno más específico.
En Euskadi queda clara la hegemonía del
PNV, el descalabro de las derechas y la consolidación de Bildu a la que la
desaparición de ETA y su pragmatismo actual ha sentado muy bien.
Más compleja resulta la situación de
Navarra. A la debacle del cuatripartito se le añade la maniobra de Esparza
creando Navarra + que se ha demostrado acertada, más la ola estatal a la que se
ha subido el PSN tanto en el Ayuntamiento de Pamplona como en Navarra.
Nadie podía augurar hace apenas unos meses
que pudieran sacar 11 parlamentarios y 5 concejales, pero ha ocurrido así.
Ahora se convierten en el epicentro de la
política navarra a pesar de haber perdido peso municipal.
La clave está en ese PSN de Pedro Sánchez
y tienen dos opciones, o acordar gobierno y ayuntamiento con una Navarra +, que
recordemos lleva en su seno a la derecha extrema de PP y Cs, esa que ataca
nuestros derechos, o liderar en ambas instituciones una alternativa que cuente
con el apoyo del resto de las fuerzas de izquierda y progresistas, incluida
Bildu.
Esa nueva Bildu a quien el PSOE debe
aprender a mirar así y no como una Batasuna del pasado ya fallecida. Una Bildu
que cada vez más se está convirtiendo en la ERC de aquí, con la que habrá que
hablar, acordar y pactar con absoluta normalidad democrática.
Navarra no puede ni debe ir
contracorriente, debe mirar lo que está ocurriendo más allá de nuestras
fronteras, con pactos entre la derecha extrema y la extrema derecha que nos va
a arrebatar comunidades y ayuntamientos, y una situación de mejor relación y
colaboración entre las izquierdas.
¿Si el futuro camina en esa dirección lo
haremos nosotros en la contraria? No tendría sentido y quebraría una regla de
oro de la política; actuar con coherencia con nuestros principios y nuestra
ideología.
María Chivite-Pedro Sánchez tienen un reto
histórico pero no deberían olvidar cuando tomen la decisión, que muchos de esos
70.000 votantes han condicionado su apoyo a que cumplan su palabra de que con
la derecha extrema ni para heredar.
Por último Catalunya se llena de
contradicciones.
Los resultados de las europeas nos dan de
nuevo un empate técnico entre las opciones independentistas y las que no lo
son, lo que indica un peligroso enquistamiento de la situación.
En el panorama de la confrontación en el
seno del independentismo mientras que en el aspecto municipal se da una clara
victoria de ERC sobre Puigdemont y los suyos, con la guinda de ganar en
Barcelona capital, por el contrario en las elecciones europeas es éste quien se
impone con claridad a los primeros.
Esa situación perjudica los intereses del
gobierno de Madrid que deseaba una victoria definitiva de ERC que acabara con
las ambiciones del habitante de Waterloo.
Por otro lado la recuperación del PSC le
permite consolidar su poder municipal en las poblaciones más importantes,
especialmente de Barcelona. Así ocurre en Hospitalet, Santa Coloma, Cornellá,
Mataró, Esplugas, o Granollers con mayorías absolutas.
Las alcaldesas victoriosas de las dos
primeras, Nuria Marín y Nuria Parlón, son ahora las figuras emergentes de un
nuevo PSC clave para el devenir de Catalunya.
El panorama político después de este 26-A
se diversifica con tres fuerzas repartiéndose el poder y con En Comú Podem a la
baja especialmente después de la pérdida de la capital.
Pero es probable que el futuro nos depare
momentos de mayor y mejor colaboración entre las tres fuerzas de la izquierda,
ERC, PSC y los comunes que podría ayudar a deshacer el nudo que ahora atenaza a
Catalunya y de algún modo el resto del estado.
Veremos……
Posdata: Reconozco que esta es una
reflexión a contracorriente, pero a veces se debe romper el tacticismo que nos
domina y observar la realidad con altura de miras, de manera estratégica.
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Ex
parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 28 Mayo 2019
No se puede hacer una reflexión mejor,ni más acertada. Enhorabuena Jose
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