11 de Septiembre 2018, esperanza o zozobra
Publicado en Diario 16, Navarra Información, Plaza Nueva, El Confidencial.com, Radio Rebelde Republicana y Diario de Noticias de Navarra el 11 Septiembre 2018.
El 11 de Septiembre es una fecha que figura por diferentes motivos en el calendario a sangre y fuego.
Ese día se cumplen 45
años del trágico golpe de estado en Chile y la posterior muerte de su
Presidente Salvador Allende. Después sangre, sudor y lágrimas. Años de
represión, tortura y muerte que afortunadamente ahora son sólo una pesadilla para
recordar y evitar.
También se cumplen 17
años de otro acontecimiento trágico, el atentado de las Torres Gemelas y el
Pentágono en los EE.UU. Más dolor, sufrimiento y miedo que cambiaron ese país y
también el mundo. Sus consecuencias aún las estamos pagando todas y todos.
En nuestro país tiene
que ver con Catalunya. Hasta 2010 era una fecha que pasaba relativamente
inadvertida para el resto. Sólo alguna referencia informativa a las
manifestaciones que especialmente en Barcelona se realizaban para conmemorar
ese 11 de Septiembre de 1714, fecha en la que después de años de enfrentamiento
los Borbones vencían a los Austrias y como el Principado de Catalunya había
apoyado a estos últimos, los vencedores entraron en la ciudad a sangre y fuego.
Esa conmemoración fue
bautizada como la Diada y desde entonces era un día para reivindicar el
catalanismo de manera tranquila. Así fue hasta que en el 2010 adquirió un
relieve de importancia y a día de hoy se puede decir que ya afecta a toda
España.
Fue precisamente antes
de la Diada 2010, concretamente el 28 de Junio, cuando se produce la quiebra como
consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional, que se pronunciaba a
instancias del recurso del PP contra el Estatut de Catalunya.
Quienes participamos
activamente en las Diadas 2009 y 2010 pudimos detectar con claridad, que algo
muy profundo se había quebrado en la sociedad catalana con esa sentencia. En la
primera sólo se vieron senyeras y ni un solo grito a favor de la independencia,
al siguiente años la esteladas sustituían a la bandera oficial de Catalunya y
el alboroto alterador al silencio respetuoso
Que gentes
independentistas y muchos que no lo eran se sintieron agraviados, atacados en
su dignidad al desactivar un Estatut que había contado con una amplia mayoría
en el Parlament y en el referéndum posterior, debe hacernos reflexionar.
Qué paradoja que 8 años
después se siga hablando de referéndum pero ahora de autodeterminación. En
apenas unos años hemos pasado de tener a la mayoría de catalanes encantados con
su estatuto de autonomía, a cabreados ahora reclamando su independencia, por lo
menos el 47 %.
¿No habría sido mejor
para ambas, Catalunya y España, que les
hubiéramos dejado en paz, permitiendo su andadura pacifica y no
traumática por ese Estatut con el que la mayoría se conformaba entonces? Algo
mejor nos habría ido a ambas.
La torpeza política, la
falta de generosidad, el filibusterismo electoral, llevó a algunos a provocar
ese estallido que ahora nos conmociona y afecta a todos, nos sintamos o no
españoles.
Pero en esa dicotomía
entre si vemos la botella medio llena o medio vacía debemos inclinarnos, al
menos este 2018, en hacerlo por la primera. ¿Estamos ambas, España y Catalunya,
mejor ahora que en el 2017?
Parece evidente que sí,
porque en el Gobierno de Madrid están gentes dialogantes y no frentistas,
mientras que enfrente el sector independentista se quiebra. Por un lado ERC y
sectores influyentes del PDeCat han escogido la vía sensata y pragmática, por
el otro Puigdemont, Torra y la CUP la de confrontación y choque. Incluso se
detectan signos de diferencias profundas entre Òmnium, CDR y ANC como reflejo
de lo anterior.
Estas circunstancias
nos permiten ser relativamente optimistas y apostar y animar, en primer lugar a
Pedro Sánchez y su Gobierno para que se abran vías de comunicación, puentes por
los que encontrarnos al menos los más sensatos de ambas orillas de este río de
aguas turbulentas.
Es necesario buscar
puntos de encuentro y acuerdo, aunque quizás el primero de ellos sería
favorecer la salida de los políticos presos a la calle. Junqueras puede y debe
jugar un papel esencial en la resolución de este peligroso conflicto.
Vistas así las cosas
este 11 de Septiembre parece que tiene una carga menor de tensión que el
anterior. Ojalá acertemos en el diagnostico y la previsión. Catalunya y España
pasan un primer test ese día.
Después vendrán otros;
el 1 de Octubre, el juicio a los Jordis, etc. Ojalá que el próximo invierno
podamos decir que lo peor ya ha pasado y el paciente, o quizás sería mejor
decir los pacientes, mejoran de manera satisfactoria. De ahí a la cura
definitiva quedará aún un largo trayecto, pero sería bueno comenzarlo con buen
pié.
Veremos…………..
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 10
Septiembre 2018
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