¿Tendrá coraje Pedro Sánchez?
Publicado en El Socialista Digital el 5 Julio 2016, en Gara, Deia y Diario de Noticias de Navarra.
Después de la noche electoral del 26-J, de haber “salvado los muebles” y probablemente su cabeza al mantener al PSOE como segunda fuerza electoral evitando el temido “sorpasso”, Pedro Sánchez ha desaparecido de la escena política.
Después de la noche electoral del 26-J, de haber “salvado los muebles” y probablemente su cabeza al mantener al PSOE como segunda fuerza electoral evitando el temido “sorpasso”, Pedro Sánchez ha desaparecido de la escena política.
Mucho se está
especulando sobre esta decisión y de si resulta oportuna, hábil, o simplemente
es una muestra más de la extrema debilidad en la que se encuentra interna y
externamente. Pero lo cierto es que su silencio está siendo aprovechado por sus
contrincantes de dentro, para ser ellos y ella quienes dicten la senda que debe
recorrer el partido que dirige.
Un día sí y el otro
también sus críticos, comenzando por Susana Díaz, Fernández Vara, o García
Page, expresan en viva voz lo que resulta un secreto a voces, que son
partidarios de favorecer la investidura rápida de Rajoy rindiéndose con armas y
bagajes. ¿Eso se puede considerar alta traición a sus bases y electores? Probablemente
sí.
Resulta incomprensible,
injusto, e intolerable el hecho de que desde que el espíritu de Torquemada
volvió al PSOE se esté aplicando la norma de mano de hierro con los afiliados
discrepantes y en cambio se permita que estos señores y señora, por muy barones
que sean, actúen al margen de las decisiones tomadas en los órganos de
dirección y la manifiesten públicamente sin ningún pudor.
Los grupos de presión,
los denominados poderes fácticos ya han puesto su maquinaria a la máxima
actividad para que aquí no cambie nada. Para eso resulta imprescindible “atar
en corto” a Sánchez evitar cualquier desviación en la ruta prevista: que la
derecha, el PP y Rajoy, sigan gobernando y salvaguardando sus intereses. Cuanto
antes mejor, si puede ser antes de final de Julio o lo más tardar Agosto.
Pero tropiezan con dos
problemas importantes, que no les dan los números (en el mejor de los casos PP
más Ciudadanos y Coalición Canaria suman 170 e incluso sumando PNV les faltaría
uno para la investidura) y que el PSOE y su líder no han dejado de repetir
machaconamente que en ningún caso apoyarán a Rajoy por activa ni pasiva, lo que
significa en castellano entendible que votarán en contra. Entre otras
cuestiones porque es lo que les demandan la inmensa mayoría de sus bases y
electores.
Casi todos excepto
Susana Díaz, Vara, Page y ahora también de manera incomprensible Madina. Vaya
papelón el de este cuarteto. Probablemente si el Pablo Iglesias de antes
levantara la cabeza les echaría a latigazos del templo.
Por lo tanto tenemos a
Pedro Sánchez y como consecuencia al
PSOE en su conjunto, en una terrible encrucijada, quizás la más vital de su
historia. Porque o bien permite que Rajoy sea investido como defiende ese
cuarteto y los poderes fácticos, o busca una alternativa, como comienzan a
sugerir otras voces de la izquierda de su propio partido entre los que se
encuentran el que compitió con él en las primarias, José Antonio Pérez Tapias,
o el diputado por Guipúzcoa Odón Elorza.
También se defiende
esta tesis desde la corriente Izquierda
Socialista, donde se está impulsando una
iniciativa en forma de carta que ya ha sido firmada por centenares de afiliados
y afiliadas a favor de que si Rajoy fracasa al no obtener los apoyos necesarios,
Sánchez dé nuevamente un paso al frente para intentar un gobiernos progresista.
Parece paradójico que
teniendo menos apoyos que el 20-D ahora exista más posibilidades de éxito
debido a tres factores. Por una parte el fracaso de Unidos Podemos les sitúa en
una posición menos beligerante y debilitada a la hora de poner exigencias o
líneas rojas. Están más moderados y blanditos. En segundo lugar la eliminación
de propuestas como el famoso referéndum en Catalunya e incluso el cambio habido
en el propio PSC recuperando la consulta tipo Canadá. Por último Rajoy al
avanzar que abría ronda de negociación con todos, incluidos los hasta ahora proscritos
y apestados partidos nacionalistas. Ese cambio permite a Sánchez hacerlo
también y abre por tanto la posibilidad
de un acuerdo con Podemos con el apoyo de PNV, DyL, ERC e incluso Bildu cuyo
dirigente Arnaldo Otegi ha repetido que apoyarían un gobierno alternativo.
Eso supondrían 180
votos afirmativos por 170 en contra, suponiendo que Ciudadanos no entrara en
esta operación, que es mucho decir ya que al igual que Podemos su
debilitamiento actual hace que pueda ser más flexible y receptivo a esta
hipótesis.
Avala la necesidad de
intentarlo que las encuestas realizadas con posterioridad a la cita electoral
señalan sorprendentemente que un 25 % del electorado que se abstuvo, se
arrepiente de haberlo hecho a la vista de los resultados y que existe un 20 %
más que en el 20-D de quienes habiendo votado los consideran negativos a
posteriori, lo que indica que en estos instantes preocupa más a la ciudadanía
española que gobierne Rajoy que lo haga Sánchez, especialmente al haberse
conocido el preocupante dato de que se ha cogido nuevamente de la hucha de las
pensiones más de 8.000 millones de euros en el último año.
La clave ahora es saber
si Pedro Sánchez tendrá el coraje primero de cumplir su palabra, repetida hasta
la saciedad de votar no a Rajoy y después si este fracasa y para evitar el
drama de unas nuevas elecciones lo intenta él. Es en los instantes trascendentales
como éste cuando se demuestra la verdadera pasta de un líder, de un estadista.
Ahora puede demostrar que lo es o bien que sólo se trata de un muñeco roto en
manos de Susana Díaz y sus mariachis.
Apoyo interno tiene, su
electorado le empuja claramente en esa dirección y probablemente esta vez y una
vez vistas las orejas al lobo, también lo tenga en el exterior, comenzando por
su socio natural Unidos Podemos.
Debe entender que la
pérdida de más de un millón doscientos mil votos de la izquierda que no fueron
a votar, ha sido debido a que éste es un electorado muy sensible a la
frustración de que dando los números no se llegara al acuerdo de un gobierno de
progreso. Si en esta ocasión vuelve a ocurrir no sabemos muy bien las
consecuencias que pueda tener, aunque quizás sea que otro millón, o dos, o tres
les abandonen y ya no se recuperen en un largo periodo de tiempo.
El próximo sábado 9 de
Julio será el día de la verdad para el PSOE, Pedro Sánchez y quizás también
para la izquierda.
¿Tendrá Sánchez el
valor, el coraje, los…, de hacerlo o nuevamente se acobardará pasando a la
historia como una figura frustrante, decepcionante? ¿Decidirá el Comité Federal
escuchar la abrumadora demanda de sus bases y electores, o les traicionará? La
respuesta en unos días, pero en esa decisión millones de ciudadanos y
ciudadanas nos jugamos mucho.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado el PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 3
Julio 2016
¿Qué mejor que esta canción de Barricada para cerrar esta reflexión....
Yo espero que si sea capaz y a los otros y a ella que le dejen hacerlo que es lo que queremos los afiliados que somos los que pusimos a Pedro Sánchez cómo secretario
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