1 de Diciembre: la lucha contra el SIDA continúa
Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra, Gara, Publicoscopia el 1 Diciembre 2015
En memoria de Javi, siempre estarás en mi recuerdo.
1 de Diciembre, Día Internacional de la
lucha contra el sida. Un día para reivindicar mayores esfuerzos contra esta
cruel enfermedad, para reflexionar sobre lo que no hacemos bien, denunciar a
los gobiernos que no se implican lo suficiente, o simplemente para recordar a
nuestros muertos.
Precisamente en referencia a los
recuerdos vuelvo la vista atrás al no tan lejano 1992, año en el que la pérdida
de mi hermano arrebatado por este monstruo, me hizo implicar de lleno con
quienes llevaban años de una desigual lucha, en concreto con la Comisión
Ciudadana Anti Sida.
Recuerdo los esfuerzos por convencer al
Parlamento de Navarra para que aprobaran medidas que intentaran frenar la
expansión de la pandemia, o la terquedad de un Gobierno de Navarra empeñado en
no entender que el uso del preservativo era una de las medidas más eficaces en
esa lucha.
Incluso, no sin una cierta vergüenza
ajena, aquel episodio que nos hizo ser noticia nacional, cuando descubrimos que
el entonces Consejero de Salud había dado orden de quitar el preservativo, de
un kit anti sida cuya distribución habíamos conseguido aprobar en dicho
Parlamento después de una ardua lucha política con la derecha navarra.
También vienen a mi memoria el comienzo
de aquella cruel pesadilla, cuando una mañana gris de 1988 en el Hospital
Carlos III de Madrid se nos comunicó que había sido infectado. Mi hermano
pequeño, el roquero rompedor que vivía la vida al límite se había encontrado de
bruces con el SIDA.
Justo cuando casi nadie sabía nada sobre
esa nueva pandemia que alcanzaba de lleno a los cuatro jinetes del Apocalipsis,
quienes como él en noches de sexo drogas y rock and roll se intercambiaban
jeringuillas al inyectarse heroína, otra dramática compañera de viaje, a los
homosexuales o a quienes recibían transfusiones infectadas. El cuarto jinete,
el más duradero y peligroso, a quienes practicaban relaciones heterosexuales
sin protección.
Era como una maldición bíblica que se
nos llevaba a la parte más activa, creativa, vivencial de aquella generación.
Entre ellos a Javi. Después de cuatro años de lucha desigual, porque en aquel
tiempo el SIDA mataba a un 90 % de sus afectados, porque no se había
transformado todavía en una enfermedad crónica.
No ha pasado demasiado tiempo de aquello
y aunque todavía hoy siguen existiendo reductos conservadores en nuestra
sociedad, que defienden la abstinencia sexual como forma de evitar su contagio,
algo hemos avanzado. Aunque no conviene bajar la guardia, y síntomas de ello se
detectan especialmente entre los jóvenes, por eso este 1 de Diciembre debe
servir también para alertar a las autoridades de ese peligro. Ni un paso atrás
en esta difícil lucha.
Hay que continuar igualmente con el
apoyo a las víctimas, en un momento que tanto se habla de otras. Apoyo que debe
ir dirigido no sólo a su atención sanitaria, también a la social, e incluso a
la cultural o económica. Se ha avanzado bastante en este terreno desde 1992,
pero aún nos queda mucho camino que recorrer y parece que en estos últimos años
también en este terreno nos hemos quedado paralizados.
Pero no podemos, no debemos, quedarnos
sólo en la atención de los más próximos, tenemos que alzar nuestra mirada y
dirigirla a la tremenda e injusta situación en el Tercer mundo, y en especial
en ese continente masacrado por las guerras, el hambre y el SIDA: África. Sin
olvidar el sudeste asiático, parte del Caribe y los países del este europeo.
Allí cada día más de 8.000 personas
mueren de esta cruel pandemia. Cada hora, cerca de 600 personas se infectan, y
lo que resulta aún más dramático, cada minuto un niño muere a causa del virus.
En África la irresponsable actuación de las industrias farmacéuticas impide que
los medicamentos genéricos que existen, se puedan repartir abaratando su
precio. Una forma de crimen colectivo, de genocidio encubierto que debemos
denunciar contundentemente. Eso con la colaboración de sectores de la Iglesia
Católica empeñados en hacer campañas irresponsables contra el uso del
preservativo.
Mucho se habla en la época actual de la
defensa de los Derechos Humanos. ¿No es el principal el derecho a la vida?
¿Cómo consentimos entonces esta vulneración en masa? ¿Seguiremos mirando hacia
otro lado, siendo cómplices de esta situación, cuando nos enseñan esas
terribles imágenes?
Defiendo la relativa eficacia de los
denominados “días internacionales de…”, porque cumplen la función de
recordar, de volver a denunciar. Por eso escribo estas líneas en la proximidad
de este nuevo 1 de Diciembre. A los que nos ha tocado de cerca esta terrible
enfermedad no nos hacen falta, porque cada día pasan por nuestra memoria
imágenes del ser querido que nos arrebató demasiado joven aún y la maldecimos
mil veces, pero para el resto de nuestra sociedad sí son necesarios, aunque
sólo sea para que no se olviden de que existe.
Por eso desde aquí manifiesto mi
solidaridad con quienes la sufren, mi apoyo a las organizaciones que colaboran
a “pie de obra” para hacerles una vida más fácil y evitar que nuevas personas
acaben sufriéndola. Al mismo tiempo que alzo mi voz y maldigo con contundencia
a todos aquéllos, sean gobiernos, industrias, o instituciones religiosas, que
impiden que se pongan medios eficaces para evitar su progresión, ya sea
abaratando las medicinas o con medidas preventivas eficaces.
Este 1 de Diciembre de 2015 será otro
día de lucha contra el sida, y nuevamente el lazo rojo lucirá en nuestro
ropaje, aunque no debemos quedarnos sólo en eso y nuevamente Javi estará más
que nunca en mi memoria, en mi corazón.
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Afiliado
al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 1 Diciembre 2015
Esta canción le gustaba especialmente. Va por tí Javi
Comentarios
Publicar un comentario