El ataque a unos derechos irrenunciables
Artículo publicado en DEIA el 26 Junio 2013
Desde el inicio de la democracia en este país se ha
cuestionado periódicamente los derechos históricos, en especial todo lo
referente a sus convenios y conciertos económicos, a su derecho recaudatorio
recogidos en la propia Constitución, de Euskadi y Navarra. A menudo como
maniobra de despiste de otros problemas más colectivos, a veces con intención
malévola y en algunos casos debido a importantes torpezas políticas.
Nuevamente vuelve a primera línea del debate, en este caso a
la vista de unas desafortunadas declaraciones del líder del PSC, Pere Navarro
en su intervención en el “Forum Europa-Tribuna Catalunya”, en las que afirmaba
textualmente: “A todos aquellos, de dentro
y de fuera del socialismo, que hablan de la falsa insolidaridad catalana les
pido que me acompañen en la propuesta de eliminar el privilegio que suponen los
sistemas de concierto vasco y navarro. Si queremos una financiación justa,
comencemos por eliminar en la reforma de la Constitución los privilegios que
existen hoy".
Navarro
(curioso que se apellide así alguien que ataca sus derechos) ha abierto de
nuevo el melón del debate sobre la propuesta de reforma constitucional del PSC,
que pide un modelo de financiación autonómica limitado por el principio de la
ordinalidad y que garantiza la suficiencia de recursos para todas las
comunidades. "Hablen con cualquiera que no sea vasco o navarro y le dirá
que es un tema que debe solucionase", ha manifestado, destacando que el
modelo actual no permite que ambos territorios, con recursos por encima de la
media, aporten a la solidaridad con las autonomías menos desarrolladas.
Error,
profundo error con todos los respetos que me inspira el máximo mandatario de un
partido, el PSC que me ha recibido con los brazos abiertos tras mi expulsión
del PSOE. Error, porque ese debate no tocaba en estos momentos y porque además
le ha dado argumentos a lo más reaccionario de la prensa estatal para atacar de
nuevo los derechos históricos de dos comunidades envidiadas, agravado por la
circunstancias de que esos análisis los hacía una persona de la izquierda
ideológica.
A partir de
ese momento, comentaristas, tertulianos varios, analistas de medio pelo, toda
la “Brunete” mediática han dirigido sus dardos envenenados hacia unas
comunidades que más allá de esos derechos están realizando los deberes con
prontitud y rigurosidad. Que Euskadi y Navarra tengan la mayor tasa de
crecimiento, el menor porcentaje de paro, las cuentas más saneadas del estado
no tiene que ver con esos derechos, sino con la seriedad de sus ciudadanos que
a pesar de algunos deslices de sus políticos (me refiero al escándalo de las
dietas de la CAN en Navarra) están apretándose el cinturón y fortaleciendo su
tejido industrial y emprendedor.
Que mi
compañero Pere Navarro saque este rancio discurso en estos momentos
posiblemente tenga que ver a la delicada situación por la que atraviesa el PSC
en Catalunya, agobiado por las encuestas que no paran de advertirle de su bajada
en picado y del debate interno inacabado entre sus dos almas: la catalanista y
la estatalista.
Es cierto que el sistema tributario español se basa en los siguientes principios:
1-Principio de igualdad y generalidad: Todos los españoles son iguales a la hora de pagar los tributos
2-Principio de capacidad económica: Es la cantidad de ingresos o riqueza que un ciudadano posee, por lo tanto los tributos tendrán que tener en cuenta esta capacidad a la hora de determinar lo que cada ciudadano debe pagar
3-Principio de progresividad: Cuanta más capacidad económica tenga una persona, más tributos pagara de forma progresiva
4-Principio de no confiscatoriedad: La tributación no podrá ser superior a la renta o patrimonio gravado
5- Principio de legalidad: El artículo 133 de la Constitución establece que el único que tiene poder para establecer los tributos es el Estado mediante Ley
Pero también lo es como comentaba al inicio que
la Constitución en su Disposición
adicional primera reconoce, ampara y respeta
los derechos históricos de los territorios forales y por tanto no cabe
discusión alguna sobre este tema.
Plantear a hora una reforma de la Constitución
para eliminar esos derechos no solo supone un error político de envergadura, sino
que también abriría una brecha de alcance desconocido con Euskadi y Navarra, en
un momento en el que empezamos a olvidar los viejos tiempos de “hierro y
sangre”.
La intervención de Pere Navarro además ha creado
un nuevo conflicto en el convulso PSOE. Aunque su secretario general Alfredo
Pérez Rubalcaba se apresuró a rectificarle, no lo hizo con la contundencia
deseada y su ambigüedad calculada, como buen zorro viejo de la política, deja
abierta una peligrosa posibilidad al comentar que es partidario de respetar los
conciertos con Euskadi y Navarra aunque cree que el cupo si es revisable. O sea
que aunque la base inicial pueda ser la misma su resultado no lo es y de ahí la
reacción que tanto en Euskadi como en Navarra han tenido los diferentes
partidos incluidos el PSN y PSE, que quedan en situación de extrema debilidad
ante la presión de sus mayores.
Esta es otra de las claves, porque lo que puede
ser bueno, electoralmente hablando, para el PSOE y el PSC, un discurso de
“justicia e igualdad social” entre todos los españoles, deja a sus homónimos
vascos y navarros bajo las caballos, expuestos al vaivén de no saber muy bien
en qué lugar se encuentran.
Su reacción ha sido en principio contundente, más
el PSN a la vista de la que le está cayendo por el escándalo de la CAN, pero la
pregunta del millón es: ¿qué harán si la dirección federal emprende el
peligroso camino abierto por Navarro y Rubalcaba? ¿Se plegarán como hizo el PSN
cuando en 2007 impusieron sus tesis contra la posibilidad de construir una
alternativa de gobierno progresista? La verdad es que en estos momentos ambos se
encuentran en situación de máxima debilidad, el PSE después de haber perdido el
gobierno vasco, el PSN envuelto en las sospechas de colaboración con UPN y
ambos en una crisis de liderazgo profunda. No sería el momento más adecuado
para sacar ese debate, pero cualquiera sabe por dónde va a salir el tortuoso
Rubalcaba.
Es curioso al menos la poca beligerancia que el
PP ha demostrado en este tema, quizás pensando que el verdadero peligro viene
en estos momentos precisamente de donde llegan estas propuestas: de Catalunya y
que no interesa abrir nuevos frentes de confrontación con Euskadi y Navarra.
Aunque tampoco es descartable que un tema tan “populista” como éste pueda
retomarse por parte de un gobierno agobiado por la situación económica. Sería
demagógico, pero rentable políticamente en el resto del estado plantear que una
parte de la responsabilidad de ella viene de los derechos históricos y que se
podía paliar con una mayor contribución de la ciudadanía vasca y navarra, pero
esto supondría un error de repercusiones imprevisibles.
Habrá que prepararse por si acaso para esta
posibilidad, prepararse para defender con uñas y dientes nuestros derechos.
Como ciudadano navarro antepongo con absoluta claridad y contundencia esa
posición a mi militancia política en el PSC.
Esperemos que no haga falta.
Esperemos que no haga falta.
Fdo.: José Luis Úriz Iglesias
(Ex parlamentario y concejal del PSN y actual
militante del PSC)
Villava-Atarrabia 24 Junio 2013
Vivimos en un Estado confederal dónde dos CC.AA. tienen privilegios sobre el resto y aunque no sirva de precedente Navarro tiene razón.
ResponderEliminarEste artículo esta lleno de sandeces e históricamente irreal, ¿quién fundó Castilla?, el Reino de Navarra, de ahí la defensa a ultranza del PP y sectores importantes de la España/Castilla que para ellos es lo mismo y tienen el mismo adn.
Franco permitió a Navarra y Álava disfrutar de sus fueros por su apoyo inquebrantable a su Alzamiento Nacional encontra del poder legalmente establecido por el pueblo Español.
Me indigna este artículo de "Socialistas?" Más bien de la derecha intransigente y reaccionaria.