Este es el momento. ¡Aprovechémoslo! (Artículo publicado en DEIA el 14-10-2011.


EN el transcurso de los años que dura este complejo proceso que muchos han denominado conflicto vasco, ha habido momentos en los que parecía que la situación nos abocaba a su definitiva solución. Especialmente los que tenían que ver con comunicados, noticias que nos llegaban de ETA y su entorno. En este tiempo han proliferado los expertos que analizaban, escrutaban, hasta sus últimas consecuencias cada movimiento, cada escrito, cada declaración que venía de ese complejo y oscuro mundo, intentando ver detrás de cada frase, de cada actitud, un atisbo de que su actividad armada estaba próxima a desaparecer. Los continuos fracasos, los errores cometidos por las partes implicadas en el conflicto nos han hecho ir, como si de una montaña rusa se tratara, en una especie de diente de sierra en el que tras cada subidón venía una profunda caída hasta llevarnos al desánimo y la melancolía.

Pero ahora sí, ahora sí parece que es el momento de la verdad en el que existen casi todas las posibilidades de que esta pesadilla acabe, lo cual no significa que para conseguirlo no nos quede por delante un camino plagado de obstáculos y momentos difíciles. Comenzando con la hipótesis más que probable de que el próximo 20-N se produzca una aplastante victoria del PP que dificulte el final previsto hoy.


Creo firmemente que este es el momento, porque todos los indicadores van en esa dirección. En la Izquierda Abertzale se ha producido una verdadera revolución interna que ha provocado el triunfo incuestionable y definitivo de los políticos sobre los militares. Utilizando símiles más simplistas podemos decir que los blandos han vencido a los duros, aunque siempre es muy complejo definir a cada cual con este término.

Los han vencido dialécticamente, en su debate interno, no solo en base a los argumentos éticos o morales sino que especialmente lo han hecho, y la realidad les ha dado la razón, con argumentos pragmáticos, políticos y sociales. Los resultados de las últimas elecciones han dado la razón a quienes en su seno consideraban que la violencia era un lastre, un obstáculo para su crecimiento electoral (en democracia es como se mide el peso de cada cual) y que la decisión tomada les ha fortalecido hasta límites nunca imaginados por los más optimistas.

Pero es que, mirando a medio y largo plazo, sus perspectivas son aún mejores ya que es probable que en las próximas elecciones crezcan aún más, especialmente si después del comunicado de los presos de ETA aceptando la Declaración de Gernika, fuera la propia ETA la que en una declaración que se debería producir en los próximos días para que su efecto electoral fuera más digerido, señalara el final de su actividad armada.

Quedaría así para después un largo proceso de confirmación de esa opción y especialmente lo que se denomina entrega de las armas que, de producirse antes de las próximas elecciones autonómicas, de nuevo traería una buena rentabilidad electoral a la izquierda abertzale. Además, uno de los escollos fundamentales, Navarra, también quedaría cubierto después del acuerdo con Aralar formando la nueva coalición de Amaiur. Aralar es el puente perfecto, ensamblado y fortalecida durante los últimos años por la habilidad e inteligencia de Patxi Zabaleta, para introducirse no solo política y electoralmente en el viejo reyno, sino también, y quizás sea el elemento más importante, psicológica y socialmente. Esa entrega de las armas que podría escenificarse de manera definitiva en la proximidad de esas elecciones cerraría el círculo y nos encontraríamos con una izquierda abertzale con una gran representación institucional a nivel municipal, estatal (quizás con grupo parlamentario propio) y por fin autonómico.


Quizás para entonces la hipotética debacle del PSOE haya producido tal catarsis que la posibilidad, en una situación posterior al final de ETA, de entendimiento entre ambas fuerzas políticas (PSOE e izquierda aber-tzale) sería no solo posible sino quizás necesaria e imprescindible. Especialmente si en el seno de la segunda, una vez producida en la primera su reconversión en una fuerza de izquierda real como consecuencia de esos resultados electorales, la batalla entre sus dos almas, la nacionalista y la izquierdista, se decanta con la victoria de la última. Esa colaboración podría (no es política-ficción) incluso traer como consecuencia gobiernos de izquierdas en Euskadi y Navarra. Pero es ir demasiado deprisa, ahora toca consolidar la parte del puente construida y continuar fortaleciendo sus pilares.

En espera del comunicado de ETA que según todos los indicios se va a producir en los próximos días y desde luego con anterioridad al 20-N, también en la otra parte se esperan y desean movimientos que favorezcan esta ilusionante situación. Especialmente con los presos.

El PSOE, con Zapatero a la cabeza, merece llevarse la parte más importante del activo del final de esta pesadilla. Aunque hayan cometido errores, es indudable que la valentía demostrada durante la tregua anterior que provocó las negociaciones de Loiola, merece ser recompensada. Sería profundamente injusto que el PP, que ha estado estos últimos años entorpeciendo el proceso, poniendo cuantos más palos en las ruedas mejor, sea quien se lo lleve.

Es indudable que cuando cojan el poder se transformarán, especialmente Rajoy ya que a todos los presidentes les gustaría que la historia les acabe recordando como el presidente de la paz. Acabarán negociando, cediendo espacios que ahora parecen impensables, especialmente con los presos. Tendrán que replantearse su posición respecto al acercamiento y a la nefasta e injusta Doctrina Parot. Lo harán sin ningún pudor, nunca lo han tenido especialmente -basta recordar a Aznar llamando a Batasuna Movimiento de Liberación Nacional Vasco-MLNV- pero lo más importante para la paz es que lo harán. El PNV, a través de los discretos movimientos hechos por Urkullu, ya les está aleccionando en esa dirección, por lo que cuando lleguen ya estarán maduros.

También en estos días se está desarrollando un acontecimiento que ayudará a consolidar el proceso: la Conferencia Internacional para promover la resolución del conflicto en el País Vasco, promovida por diferentes organismos internacionales entre los que se encuentra uno con el que llevo años colaborando, Lokarri, y al que al final también habrá que reconocer su esfuerzo y dedicación en aras de la paz. Aquí me gustaría citar a un nombre propio: Paul Ríos, al que deberemos mucho cuando esto acabe.

En esta conferencia se van a crear las bases de lo que antes denominábamos pista de aterrizaje para la paz y harían muy bien los gobiernos del Estado, el de ahora y el que venga, en escuchar con atención, aunque desafortunadamente no estén, todo lo que allí se diga y plantee.

Por último, es una pena que a Rubalcaba le hayan dado el timón de la nave del PSOE cuando se está hundiendo. Es el que más sabe de estas cosas, quizás porque en aquella famosa comida de Leitza, ahora resucitada no sé muy bien con qué intención en un libro recientemente editado, aprendió mucho, muchísimo. Ya se ha dicho en muchas ocasiones, citando al proceso irlandés y a los numerosos cafés tomados por Hume, Trimble y Adams, que no hay como compartir mesa y mantel para que la gente se entienda mejor. Aquel día creo que todos los que comimos allí salimos con esa sensación. Aquel día y otros muchos más que se produjeron antes y después. Cuánto se deberá al final a algunas comidas, cenas, cafés... Se escribirá y reconocerá con posterioridad. Ahora toca finalizar el trabajo iniciado, ya tendremos tiempo de celebraciones y agasajos.

Este es el momento y este el lugar. Aprovechémoslo sin cometer errores, con sensatez, audacia, imaginación y generosidad. Nuestras gentes nos lo están demandando. No les podemos fallar ahora.
José Luis Úriz Iglesias

Comentarios

  1. Interesantísimo. A ver si van llegando las situaciones de normalización, de paz, justicia, libertad ideológica... que tod@s deseamos.

    Cordialmente,

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