Perfil del "oportunista"

Aunque no sea habitual que cuelgue comentarios que no sean los míos, no os quiero privar de esta joya, que posiblemente os recuerde a algunas gentes de nuestra política provinciana próxima. Al menos me llegan dos docenas de nombres, y alguno añadido últimamente de manera dolorosa:

Breve perfil del oportunista
Juan José López Burniol

El oportunista no está dotado, en principio, de ninguna gran cualidad. No suele ser ni muy inteligente ni muy trabajador ni muy valeroso. No acostumbra a poseer una gran cultura. Y tampoco destaca por su generosidad, su capacidad de sacrificio o su espíritu de entrega a los demás. El eje axial que vertebra su personalidad es una elevada consideración de sí mismo, compatible con un oscuro resentimiento que encubre un soterrado complejo de inferioridad manifestado, en forma de displicente desdén, hacia cuantos han logrado alguna meta que escapa en principio a sus capacidades. En este resentimiento se halla la raíz más honda de su fuerza, que le impulsa a prevalecer por encima de aquellos que, aun sin reconocerlo, sabe que valen más que él.
La voluntad de subir --de trepar-- constituye una obsesión que dota de sentido a la vida entera del oportunista, quien no duda en sacrificar a su ambición afectos y responsabilidades. Todo vale para tejer la tela de araña de complicidades, falsas amistades, intereses compartidos y vanidades satisfechas. Es inútil buscar en esta urdimbre unos principios personalmente asumidos como tales; todo lo más, se encontrarán algunas ideas motrices, cogidas al albur de su entorno, a las que no atribuye otro valor que el instrumental de permitirle formular una apariencia de programa de ocasión.
Sería injusto negarle al oportunista algunas virtudes --básicamente instrumentales-- que suele poseer en grado eminente: trato fácil, simpatía aparente, constancia, capacidad de encaje, habilidad, reserva, olfato y regate en corto. Bien entendido de que las practica tras dividir a la humanidad en dos mitades: la de los que le son útiles para sus planes y el resto. A la primera, todo lo que sea menester. Al resto, ni agua. ¿Tiene éxito el oportunista? Depende de que el viento sople a su favor o no. Solo se estrella cuando el viento sopla en contra.
Seguro que el lector piensa que he dibujado este perfil del oportunista pensando preferentemente en algún político. No es así; lo aseguro. El oportunista está en todas partes. Tanto, que quizá seamos nosotros mismos.

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