Ser librepensador en tiempo de coronavirus
Publicado en Diario de Noticias de Navarra y Guipúzcoa, Gara, Navarra Información, Plaza Nueva, Público, Periodista Digital, El Confidencial Digital, Mil21, DLVradio, Crónica Local, Hora Punta, La Voz de Ávila, del 16 al 20 Agosto 2020.
La experiencia de 71 años de vida me ha llevado a la conclusión, que pertenecer a esa rara especie de los librepensadores te trae habitualmente numerosos problemas.
Mucho
más si a esa cualidad le añades la de “libre hablador” y “libre escritor“, o
sea si lo que piensas lo acabas transformando en palabras, en reflexiones
dichas o escritas.
Esta
última resulta especialmente peligrosa, en una sociedad donde impera la
presencia en esa selva terrible de las redes sociales, de especímenes
especialmente peligrosos para esa cualidad. Lugares donde todo vale y las
normas cívicas, el respeto a los demás, quedan sustituidas por la
descalificación y el insulto.
Esas
redes sociales se han convertido en el campo de batalla donde se crea opinión,
pero donde el análisis y la reflexión están a la baja.
Así en
FB, Twitter, Instagram, grupos de wassap, resulta complicado manifestar
posiciones minoritarias, o tener la valentía de expresar libremente las
mayoritarias cuando van contracorriente.
La
cobardía de una parte importante de la sociedad que calla ante la presión de
los intolerantes, te hace sentir en una cruel soledad, atacado por todo tipo de
alimañas.
Todo
lo expuesto se está magnificando aún más en todo lo que tiene que ver con la
pandemia.
Ha
aparecido una nueva casta de buenistas
dogmáticos, que consideran que todo lo que está pasando es fruto del intento de
control del poder. Son los nuevos “negacionistas” de la pandemia o de las
vacunas que pueden resultar un peligro letal.
Ante
esa nueva secta defender medidas de control para evitar la extensión de la
pandemia, te convierte en cómplice de ese poder y a partir de ese hecho abren
la veda para machacarte de manera inmisericorde.
Resulta
curioso que esas teorías pueden trasladarlas sin ningún pudor a lo que ahora
resulta el “sancta sanctorum” de cada cual, tu muro, donde se permiten
descalificar e incluso insultar como argumento más sólido.
Todo
ello sin ninguna base científica, porque la mayoría de expertos, desde epidemiólogos,
a responsables sanitarios, lo que indican es que el virus sigue entre nosotros
y se propaga fundamentalmente por vía oral, por lo que las medidas más eficaces
para frenar su transmisión son la triada: distancia, higiene, mascarilla, a las
que debemos añadir sensatez y responsabilidad.
No es
la primera vez que esto ocurre, ya en la pandemia del SIDA ocurrió algo
parecido. Recuerdo en 1992 cuando colaboré con las organizaciones sociales que
trabajaban de manera didáctica contra la ignorancia, como recibíamos las misma
críticas, aunque tuviéramos la suerte de que entonces no existían redes
sociales.
Resulta
también curioso que esas gentes que irrumpen en tu muro de manera grosera y con
falta de respeto, luego no permiten que se pueda hacer lo mismo en el suyo,
aunque lo hagas de manera educada y respetuosa. Una doble vara de medir que les
define perfectamente.
Con
respecto a lo que está ocurriendo con la Covid-19, desde el mes de Marzo llevo
señalando el peligro de desconfinar demasiado rápido, de anteponer la economía
a la salud, de no ser contundente con quienes están colaborando en su extensión
y de la falta de valentía social a la hora de expresar la responsabilidad de
ciertos colectivos.
Estoy
convencido de que mucha gente lo piensa pero no lo dice y mucho menos lo
escribe.
¿Por
qué deben pagar justos por pecadores? ¿Por qué deben estar confinadas las
personas mayores cuando los principales transmisores por insensatez son las
gentes de 14 a 40 años? ¿No sería más justo que nuestras autoridades tuvieran
la valentía de confinarles a ellos y
ellas?
¿Por
qué tienen que pagar los trabajadores de los lugares de ocio nocturno, en
especial las salas de música en vivo, los artistas que no pueden actuar en
conciertos, si el problema fundamental son las reuniones descontroladas,
botellones, concentraciones multitudinarias, o familiares en grupos numerosos?
¿Por
qué no dar caña dura a los causantes de esta situación?
Porque
utilizar la represión está mal visto hoy en día. Pero convendría asegurar que si
se utiliza de manera injusta ese argumento resulta correcto, pero si se hace
para salvar vidas, para evitar ingresos en hospitales, UCIs, o perder puestos
de trabajo, está perfectamente legitimado.
Ya
está, ya lo he dicho, ejerciendo mi derecho a pensar, hablar y escribir
libremente.
¿Pertenezco
así a una especie en vías de extinción? Es probable, pero si no fuera así animo
a quienes estén en mi bando (sí, sí, mi bando) a tener la valentía de
expresarlo.
Que
apoyen a los expertos que están explicando lo que está pasando de manera seria
y rigurosa, que critiquen con dureza a los insensatos, incluso si los
sorprenden por la calle, que hagan un trabajo serio con sus hijos de
concienciación, educación, incluso de represión si fuera necesario. Que den la
cara, que demos la cara.
Es
contradictorio que para descalificar estos argumentos te acusen de fascista, de
franquista. Qué vueltas da la vida. Soy consciente que no lo soy, nunca lo he
sido, simplemente que en un tiempo especialmente oscuro para la razón utilizo
el sentido común, hoy en día el menos común de los sentidos.
No vivimos una buena
época para el librepensamiento. A pesar de ello habrá que aguantar, mantener
erguida la bandera. Intentaremos seguir los consejos de Bertolt Brecht:
"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y
son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que
luchan toda la vida: esos son los imprescindibles".
Veremos………………..
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal de PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 15
Agosto 2020
"Ya está, ya lo he dicho, ejerciendo mi derecho a pensar, hablar y escribir libremente." ...
ResponderEliminar"Qué vueltas da la vida." ...
Como siempre, un placer leerte, gracias ...
esperemos que prevalezca leer, hablar, escribir y pensar ...
¡futuro incierto! ...
Salud.