Carta abierta a Arnaldo Otegi
Estimado Arnaldo Otegi: he estado dudando en escribirte esta carta que tenía pensada hace ya muchos años, quizás desde que hace ya diez años, en Mayo del 2001, participamos invitados por la Universidad de Barcelona en un seminario sobre “El procés de pacificación a Euskadi” junto a Joseba Egibar en una mesa y en la otra Kepa Aulestia y Txema Montero. Por cierto nos pusieron en dos mesas diferentes al negarte a debatir con este último. Para mí esa tarde-noche fue apasionante en un doble sentido, por un lado tuve la ocasión de debatir ante un amplísimo y selecto auditorio (la sala de la universidad estaba a rebosar) de lo que más me gusta, de política, en un tema que por aquel tiempo era muy difícil situarlo en esos parámetros. Por otro fui con la angustia de saber que a mi partido, el PSN-PSOE, no le iba a gustar un pelo que estuviera allí. En aquel momento era miembro del Comité Federal del PSOE, del Parlamento de Navarra y concejal de Villava-Atarrabia por esa formación. A pesar de