Libertad de expresión: un derecho esencial. (Art. publicado en DEIA el 29/10/10)
Una frase como: “vivimos malos tiempos para la lírica” puede ser, y de hecho lo es, interpretada de manera muy diferente en una sociedad convulsa como la actual. Hay quien la liga con la mala situación económica por la que atravesamos, con el incremento peligroso del racismo y la xenofobia, o la crisis de valores y sentimientos a la que conduce un mundo cada vez más individualista, materialista y egoísta como el que vivimos Pero creo que la acepción más adecuada está centrada en la falta de libertad de expresión que sufrimos. No en lo referente a la vulgaridad y simpleza de críticas y comentarios, que se contagian de los programas de televisión o de radio “basura” que nos invaden noche y día, sino más bien en todo aquello que a través del análisis y la reflexión puede poner en cuestión el poder establecido, especialmente en los partidos políticos. Unos partidos políticos cuya “revolución interna pendiente” trae como consecuencia una cada vez mayor separación de una ciudadanía que ya no