Del Carrillo-Curiel al Iglesias-Errejón
Publicado en Diario 16, Navarra Información, El Periodista Digital, El Confidencial Digital, Plaza Nueva, Gara y Diario de Noticias de Navarra el 28 y 31 Enero 2019
Cualquier parecido
entre lo ocurrido en la I Transición y ahora es mera coincidencia. Aunque a
veces en épocas tan dispares se repiten ciertas historias, especialmente en el
seno de una izquierda que se empeña en no corregir su cainismo.
¿Existe similitud entre
el enfrentamiento de Enrique Curiel y Santiago Carrillo y el que ahora
protagonizan Iñigo Errejón y Pablo Iglesias?
Debo aclarar que el
orden de los protagonistas está señalado con intención política clara.
Desde luego la potencia
intelectual y política de los primeros resulta infinitamente superior a los
segundos, pero en ambas contiendas que parecían personales pero no lo eran,
subyace la misma confrontación entre dos modelos de izquierda, el que se empeña
en permanecer anclada en lo ya establecido y el que pretende innovarse,
reciclarse y adaptarse a un nuevo tiempo.
A finales de los 80
Curiel en el seno del PCE consideraba que su ciclo estaba acabado, que el papel
fundamental que tuvo en la lucha anti franquista y en el inicio de la
democracia había acabado.
Se adelantó al tiempo
de la izquierda y acuñó una propuesta referida a lo que se debía hacer, que
ahora incluso copia el PP pero adaptada a la derecha.
Considerar al PSOE como
la “Casa común de la izquierda”, teorizarlo a través de los documentos que
salieron de la Asamblea de la Fundación Europa celebrada en el Ateneo de Madrid
en 1990, fue su aportación al fortalecimiento de esa izquierda que empezaba a
dar síntomas de agotamiento, debido especialmente a su lucha cainita.
Fue considerado, él y
quienes le apoyamos, como traidor y vendido al poder. Nada más alejado de la
realidad, porque lo que hizo, su decisión de abandonar un PCE agotado y caduco
sirvió para fortalecer la izquierda y mantenerla en el poder unos años más.
Esa parte de la
historia de la izquierda quedó oculta, injustamente olvidada, quizás porque
desde el aparato del socialismo español se vio con recelo y temor. Llegaban un
grupo pequeño pero potente de militantes forjados en el acero de la lucha,
ideológicamente formados, intelectualmente de una altura que en aquellos
instantes no existían en su seno.
Siempre fuimos
considerados del PCE, por muchos años de militancia que tuviéramos y así
Enrique y el resto acabamos siendo ninguneados y marginados, fruto de ese
espíritu decadente de los mediocres celosos.
Ahora le toca a Iñigo
Errejón ser el visionario, el que se anticipa al tiempo que nos viene y ya se
sabe que el que va delante es quien se lleva todos los golpes, especialmente en
partidos de culto a un líder que va alejándose de la realidad, impregnados de
espíritu estalinista.
Le pasó al PCE, también
en cierta medida al PSOE y ahora le toca a Podemos. Solo cabría desear que la
izquierda por fin sea capaz de aprender de los errores del pasado y no vuelva a
suceder lo de aquel momento de nuestra historia.
Iñigo Errejón es un
activo de esa izquierda en peligro, como lo es en el otro lado José Antonio
Pérez Tapias, activos que tanto el PSOE como Podemos deberían proteger y
cuidar, porque no abundan. Siempre teniendo como visión estratégica la
necesaria confluencia de la izquierda.
Quizás la época del
concepto acuñado por Enrique para el PSOE, “Casa común de la izquierda”, por su
propios errores al no ser capaz de acoger con respeto las diferentes
sensibilidades que debieran convivir en su seno, ya no tenga validez.
Pero sí el espíritu de
aquella propuesta, en la idea de construir una especie de lugar común en el que
la pluralidad existente, tanto en la centralidad como en la periferia, pudiera resultar
fortalecedora desde el respeto y el deseo de confluencia.
En el futuro próximo
nos acechan grandes peligros, la derecha extrema y la extrema derecha nos han
demostrado que son capaces de todo y desde luego de entenderse para acceder al
poder y arrasar con las propuestas progresistas.
Curiel a finales de los
80 y Pérez Tapias y Errejón ahora nos marcan el camino a seguir. El acuerdo
para los presupuestos de hace unas semanas debe ser el camino a seguir.
Comunicación, respeto, diálogo, síntesis, puntos de encuentro entre las
diferentes izquierdas, del centro y de la periferia. Ese acuerdo nos ha
demostrado que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
Dejando “pelos en la
gatera”, con audacia, imaginación y generosidad. Ese senda nos la marcó Curiel,
nos la marca ahora Errejón, quizás sea nuestra última oportunidad de
supervivencia.
En los próximos meses
nos vienen procesos electorales. No olvidemos en esas campañas quienes son
nuestros verdaderos enemigos, con quienes nos confrontamos ideológica y
éticamente.
Cuidemos a esa
izquierda, incluso desde el cuidado de nuestros oponentes en su seno. Porque
cada herida que infringimos desde el PSOE a Podemos y viceversa provoca una
sangría para toda la izquierda.
Veremos………
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 26
Enero 2019
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