¿Transitando por caminos raros encontraremos los seguros?
Artículo publicado en Nueva Tribuna, Periodista Digital, Plaza Nueva, Navarra Información, El Confidencial Digital y Público del 16 al 18 de Febrero 2020.
Comencé a imaginar este
artículo escuchando la brutal canción de Quique González “La vida te lleva por
caminos raros”, una nueva versión del éxito de Diego Vasallo. Comienza con esta
estrofa:
“La vida te lleva por caminos raros,
por la esquina más perdida de los mapas,
por canciones que tú nunca has cantado.
La vida te lleva por caminos raros.”
por la esquina más perdida de los mapas,
por canciones que tú nunca has cantado.
La vida te lleva por caminos raros.”
Caminos
raros son los que se recorren en Siria, Afganistán, Iraq, países en los que
parece que nunca llegará la ansiada paz, donde sus ciudades y pueblos se siguen
llenando de cadáveres y los supervivientes huyen en desbandad hacia sitios
seguros.
O el
silencio cómplice sobre un Mediterráneo en el que no caben ya más cadáveres de
gentes que huyen del horror. De ese horror que ya adivinaba el Coronel Kurtz en
“El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, posteriormente hecha película
de culto con Apocalypse Now.
Caminos
raros recorren Palestina que llora y se estremece ante un enésimo plan de paz,
esta vez diseñado a la medida de Israel por el “primo de Zumosol” Donald Trump.
O el olvidado conflicto del Sahara que parece ya no preocupa a casi nadie.
Observar
esas situaciones confortablemente desde nuestra occidental casa llena de
comodidades genera sensaciones contradictorias.
Uno se siente avergonzado, falso e hipócrita mientras a la misma hora
que se escriben estas líneas allí están al límite de lo tolerable, incluso superándolo.
¿Qué se
puede hacer para evitarlo? Dese luego denunciarlo. ¿Resulta eso suficiente?
Indudablemente no, porque corres el peligro de que te conduzca a un estado de
depresión y melancolía estéril y no se aporte nada a solucionarlos.
Caminos
raros que recorre la vieja Europa, la que parecía vacunada contra los
extremismos después de lo ocurrido en la II Guerra Mundial y que de nuevo en su
corazón de las tinieblas, en Austria, Hungría o Alemania, nos sobrecoge con su
recuerdo, alcanzando ahora de lleno también a Francia, Italia y España.
Cada vez
que VOX alza su voz un escalofrío debería recorrernos el espinazo, por el
peligro de que nos lleven sigilosamente a esos caminos siniestros.
Los mismos
caminos raros por los que transita la política británica ahora que ya el Brexit
resulta definitivo.
Un país
dirigido teóricamente por Boris Johnson, una copia barata de Trump, pero con el
poder decisorio en manos de un gurú como Dominic Cummings, artífice real del
triunfo del Brexit.
Que el
mundo esté dirigido en realidad no por los políticos de turno, sino por los
nuevos Rasputín exentos de ideología, adoradores del triunfo y el poder
absoluto, debería hacernos estremecer.
Así
Cummings, Bannon, Redondo, Gentili y probablemente en Rusia o China otros cuyos
nombres aún desconocemos, son los que llevan las riendas, a salvo del desgate
que produce la primera línea de la política.
La vida
lleva por caminos raros también en nuestro país. Lo demuestra escuchar
barbaridades como las pronunciadas recientemente por la alcaldesa de Vic, Anna
Erra, que indican la deriva de una parte del independentismo catalán hacia
posiciones racistas, xenófobas y supremacistas intolerables.
Igual de
raros que resultan los caminos de una política líquida, en la que se incumplen
principios básicos hasta hace unos años intocables. Porque hasta ahora cuando
un gobierno aseguraba la aprobación de sus presupuestos y por tanto su
estabilidad, invalidaba la posibilidad de convocar elecciones anticipadas. Pues
ahora de manera partidista se quiebra ese principio en Galicia, Euskadi y
Catalunya.
Caminos
raros transitamos cuando las gentes de izquierdas mienten sin ninguna
repercusión, al menos ética. La reciente controversia con el ministro Ábalos y
su supuesta entrevista con la vice presidenta de Venezuela, no debería venir
por el hecho en sí, sino porque en un acto irresponsable éste en un inicio la
negó y la mentira debería estar erradicada de la praxis política de la
izquierda.
Extraños
caminos igualmente observar que la oposición se comporta de manera radicalmente
diferente a la de hace unos años, tensionado todo hasta límites intolerables. O
que las reuniones entre su líder y el Presidente del Gobierno se parezcan más a
las de dos líderes de partidos, en este caso PSOE y PP, que a dos estadistas
que deberían mirar por el bien común.
Como
conclusión cabe asegurar que en este inicio de un complejo 2020 el mundo camina
hacia su deriva por caminos raros, algunos como el de las agresiones al planeta
parecen autodestructivos.
Nos
situamos ante una constatación definitiva de la “insoportable levedad del ser”
de Kundera, al enfrentarnos con peligros nuevos que lo demuestran.
Que un ser minúsculo
como el coronavirus aterrorice a toda la humanidad, incidiendo incluso en el
crecimiento económico, o en la realización de eventos trascendentales, resulta
una demostración cruel de esa levedad. Lo débil que es el ser humano.
Pero la
pregunta es ¿hacia dónde nos llevan estos caminos raros? Y lo que es más importante: ¿Podremos cambiar
su rumbo hacia otros más seguros?
Eso da para
otro artículo.
Veremos…………
Fdo.: José
Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
19 Febrero 2020
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