Urquijo, Franco, Lluch. Efemérides como recuperación de la memoria colectiva
Publicado en diario 16, Nueva Tribuna, El Confidencial Digital, Plaza Nueva del 17 al 20 Noviembre 2019
Según el diccionario de la RAE efeméride es un
“acontecimiento notable que se recuerda en su aniversario”.
Estos días van llegando
una tras otra tres efemérides, diferentes pero con significados profundos, todas
ellos de muertes. Acabamos de pasar los 20 años de la de Enrique Urquijo, el 20
los 44 de Franco y el 21 los 19 de Ernest Lluch, aunque esta cabe definirla como
asesinato.
De Enrique ya hablé en
mi anterior reflexión, por eso ahora toca recordar que este miércoles 20 de hace 44 años Franco dejaba de existir. A menudo
echando un vistazo a los medios de comunicación diarios se puede dudar de que
efectivamente haya sido así.
Uno
tiene la extraña sensación de que nuevamente hay que situarse en primera línea
de fuego, intentando frenar la posibilidad de que Franco y sus ideas sigan
vivas, recordando aquella madrugada gris y tenebrosa.
Me viene a mi memoria
como si fuera hoy, la reunión de gentes del PCE unas horas antes, con la sombra
de que una época más negra aún podría llegar como algunos preveían. Recuerdo el
recorrido en mi SEAT 600 hasta mi lugar de trabajo sin saber muy bien como
saldría de allí.
No fuimos capaces de derrotarlo en
las calles, en las fábricas y universidades, pero de allí salió una generación
curtida que hoy aún sigue en las trincheras. Como en el libro de Ostrovski
“Así se forjó el acero”.
Gentes antifascistas, inconformistas, librepensadoras,
republicanas, ateas y un pelín utópicas, demás de ingenuas, que en los tiempos
actuales observamos con estupor como en algunos lugares vuelven a gobernar sus
sucesores. Ese extraño conglomerado de derecha extrema más extrema derecha que
significan PP, Cs y especialmente VOX.
Me llega la imagen de aquella madrugada negra, de mi
desayuno con mi amigo y compañero de lucha en silencio, apenas algún comentario sobre lo que podría
pasar. Ambos militábamos en el PCE, él en la fábrica Estándar donde trabajaba,
yo en la Universidad y en Artes Gráficas. Se hablaba de la “noche de los
cuchillos largos”, que la extrema derecha camparía a sus anchas este día,
detenciones, quizás desapariciones, muertes….
No teníamos miedo, pero fue un desayuno extraño, como
de despedida. Luego en el viaje que siempre hacíamos juntos hacia la zona de
Atocha en aquel emblemático SEAT 600 que tanta propaganda anti franquista
cobijó, hablamos de prepararnos por si nos detenían, antes ambos habíamos
“limpiado” la casa y ese día la despedida fue más intensa, más emotiva. Lo vi
caminar hacia la entrada de su fábrica volviéndose cada 10 metros y saludándome
con la mano con un intento de sonrisa.
Pensé que quizás era la última vez que podía verle,
los dos teníamos un historial en la BPS y éramos candidatos firmes a poder
resultar afectados por la represión y un estremecimiento me recorrió el cuerpo.
Hoy miro por mi ventana y recuerdo ese momento,
observo el panorama político y me vuelvo a estremecer…..
Por último el miércoles 21 de hace 19 años asesinaron
a un compañero de lucha por el diálogo y el entendimiento, como yo constructor
de puentes; Ernest Lluch.
Al enterarme sentí como me sacudían un directo al
mentón que casi me tiró a la lona. Mantenía con él la misma línea de
pensamiento respecto al conflicto vasco y a la actividad de ETA y fueron a por
él, como antes a por otro amigo: Juan Mari Jáuregui, porque precisamente
atacaban a los constructores de puentes, esos que ellos intentaban dinamitar
con sus armas, con su violencia.
Recuerdo igualmente que al
final de la manifestación que recorrió las calles de Barcelona como repulsa por
su asesinato, la periodista Gemma Nierga, que fue la encargada de leer el
manifiesto final, se saltó el guion pronunciando una frase que dejó seco, con
cara de póker, al duro José María Aznar allí presente y por entonces Presidente
del Gobierno: “Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo
mató, habría intentado dialogar; ustedes políticos que pueden, dialoguen, por
favor".
Fue como un puñetazo que
la sociedad civil a través de Gemma, daba en la mesa de unos políticos
enquistados en la confrontación y la guerra. Esa reflexión se pronunciaba
después de un infame asesinato y en un momento muy duro de la banda terrorista
ETA.
Viene ahora a mi memoria
aquella famosa frase que quizás marcó el devenir de la solución de un conflicto
que parecía eterno e irresoluble, observando la tensión centro-periferia actual,
que muestra los mismos síntomas.
Se refería Gemma a la
necesidad de solucionarlo por la vía del diálogo y el entendimiento entre
diferentes, incluso entre muy diferentes y de alguna manera así se hizo, aunque
fuera de manera minoritaria, paciente y discreta.
Hoy 19 años después
aquella situación ha cambiado radicalmente aquí, aunque aún existan rescoldos
sin apagar y gentes ancladas en el inmovilismo en un lado y otro de ese río hoy
de aguas remansadas.
Me pregunto ahora que veo
esta otra dura confrontación, en éste caso entre el Estado y Catalunya, si
Gemma no debiera pronunciarla de nuevo en las calles de esa Barcelona convulsa,
o directamente en cada sesión del Parlament, o en cada sede de los partidos de
ámbito catalán y estatal.
Dialoguen, dialoguen
entre las izquierdas, dialoguen entre los diferentes. Construyan puentes por
los que comunicarse. Ernest Lluch si aún viviera seguro que lo estaría
intentando. Aquí en situaciones más extremas fuimos capaces de hacerlo. ¿Por
qué allí no?
Efemérides, diversas,
complejas, pero que merecen ser recordadas, porque el olvido es lo más terrible
que nos puede ocurrir.
Esta reflexión pretende
impedir ese olvido.
Veremos………
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia 19
Noviembre 2019
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