Pedro y Pablo: Poneos de acuerdo de una puñetera vez!
Publicado en Nueva Tribuna, Diario 16, El Confidencial Digital, Plaza Nueva, Gara y Navarra Información en Agosto 2019.
Comenzaré
esta reflexión por el mensaje para Pedro y Pablo, o Pablo y Pedro, que al igual
que los Reyes Católicos, monta tanto, tanto monta: poneos de acuerdo de una
puñetera vez, coño!
Perdón
por el tono y las palabras utilizadas, pero tengo la sensación que con este
grito desesperado expreso el sentir de una parte importante de los once
millones de ciudadanos y ciudadanos, que les apoyamos en el ya lejano 28-A.
Nada
menos que casi cuatro meses más tarde todo sigue igual. Perdón, error, porque
no sigue igual sino que he empeorado sustancialmente y lleva pinta de empeorar
aún más si alguien no lo remedia.
Probablemente
no será gracias a esta reflexión, porque
lo normal es que no llegue a ser leída por ninguno de los dos actores del drama
que contemplamos, pero quizás siguiendo el dicho popular, “un grano no hace
granero pero ayuda a compañero” y casi todas las reflexiones que leo y escucho
durante los últimos días de la gente sensata de la izquierda van en esa misma
dirección.
Digo
de la gente sensata, porque existe otro sector relacionado con ambos, que se
limita a aplaudir su insensatez, su deriva hacia el suicidio de la izquierda,
como una cohorte de palmeros y lameculos. Que sepan ambos que aunque pueda
resultar paradójico, es de los primero de donde les puede llegar la luz en ese
tenebroso túnel en el que poco a poco se han ido introduciendo ellos solos.
Pero
lamentablemente cuando los líderes se van instalando en su torre de marfil,
rodeados de esos asesores desideologizados y sin escrúpulos, acaban por
alejarse de la realidad y por lo tanto no les llegan mensajes como este.
Si
fueran capaces en algún momento, como hacía algún famoso monarca, de salir
esbozados por las calles, los bares, los mercados, o peluquerías, y simplemente escuchar lo que dice el
populacho probablemente estas reflexiones no les sonarían tan extrañas.
¿Asesores?
El día que nuestros políticos recurrieron a ellos, fundamentalmente para que
les hicieran ganar las elecciones, la política se prostituyó y tiró por los
suelos su grandeza y altura de miras. Ya nada es como antes.
Recuerdo
ahora una gran película que todos debiéramos ver; “Brexit”, en ella aparece la
figura de un siniestro personaje que me recordó a uno actual, Dominic Cummings, autor intelectual de que
los partidarios de la salida de Gran Bretaña de la UE ganaran aquel famoso
referéndum y sumieran ese país y Europa en su conjunto en un instante de
incertidumbre.
Una de
las escenas más impactantes es cuando en el metro de Londres, de manera muy
gráfica cada uno en un andén, se encuentra con
Craig Oliver su equivalente en el bando de la permanencia.
Ambos
se miran y deciden tomarse una cerveza -típicamente inglés- en un pub cercano.
Allí cara a cara se desarrolla una conversación que vale por toda la película,
ignoro si Iván el Terrible la habrá visto y mucho menos si se habrá dado por
aludido.
En esa
conversación digna de ser impresa para que figure de manera relevante en el
despacho de Pedro Sánchez, se expresa con nitidez hacia qué mundo nos dirigen
personajes como Cummings y Redondo.
Esclarecedor
el comentario final de Oliver cuando le asegura, que esa nueva política no la van a controlar
los de antes pero tampoco los recién llegados. Todo un símbolo.
Porque
es la que nos va llevar al desastre, al menos a quienes en la izquierda aún
seguimos creyendo en la dignidad, la ética y los principios.
Redondo
y su homónimo podemita, Pablo Gentili, llevan con su enfrentamiento suicida al
límite a la izquierda al desastre. En ese viejo juego del gato y el ratón nos
debilitan a todos ante nuestro sector de la sociedad, que observa sin entender
nada lo que está ocurriendo.
Otra
de las conclusiones que si visionan “Brexit” deberían sacar, es que quienes
realmente se benefician de esa perversión de las nuevas técnicas de la
política, son personajes siniestros como Nigel Farage y Boris Johnson. No es
casual que ahora este último se lleve a Cummings a su vera.
No
Pedro, tú no eres Farage ni Johnson, tampoco tú Pablo. Entonces….¿qué coño
(perdón) hacéis que no apartáis a estos personajes de vuestro lado y os juntáis
cara a cara, sin asesorías demoníacas y os ponéis de acuerdo?
Para
mañana es tarde, os pagamos para eso y os dimos nuestros once millones de votos
para lo mismo. Meteos en un cuarto y no salgáis hasta que ese nuevo gobierno
salga a la luz con las ideas y propuestas de la suma de las izquierdas.
Tú
Pedro en Doñana, tú Pablo en Galapagar visionar Brexit, escuchar con atención
la conversación entre Cummings y Oliver y hacer caso a este último, recuperando
los valores de la antigua política que no por serlo resulta vieja sino todo lo
contrario.
Y
Pedro y Pablo cuando comiencen a vuestro alrededor los cánticos de sirena de Redondo
y Gentili, hacer como Ulises, que os aten al mástil para no cambiar el rumbo de
la izquierda hacia Ítaca.
Para
finalizar, supongo que habréis visto y oído el discurso de investidura de Díaz
Ayuso en Madrid, sus gestos cómplices de palabra y hecho hacia la extrema
derecha y su tono cada vez más de derecha extrema.
Ese es
el futuro alternativo si falláis. No nos condenéis al riesgo de que en unas
nuevas elecciones puedan conseguirlo. Darles una segunda oportunidad resulta
suicida, porque no tengáis ninguna duda de que ellos SÍ se van a poner de acuerdo.
Puede
ser la sutil diferencia entre pasar a la historia de nuestro país, como los que
hicieron posible la ilusión de una izquierda unida gobernando, o por el
contrario por haber traicionado nuestras expectativas de futuro. ¿Cómo deseáis
que os recuerden?
Es
probable que esta reflexión sea como hablar en el desierto, que ni siquiera
alguien os hable de ella, pero al menos lo he intentado y hasta el último
minuto lo seguiré intentando.
Supone
una petición, casi un grito desesperado: poneos de acuerdo de una puñetera vez,
coño!
Veremos……………..
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
14 Agosto 2019
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