Este mundo se descompone por momentos
Publicado en Diario de Noticias de Navarra y Guipuzcoa, Navarra Información , Rdio Rebelde Republicana, El Confidencial Digital, Diario 16 y Nueva Tribuna del 6 al 12 de Agosto 2019
Cualquier
persona que siga la prensa diaria o vea los telediarios los últimos tiempos
llegará a la misma conclusión que el título de esta reflexión, que nuestro
mundo se degrada, se descompone, a un ritmo vertiginoso.
Las
barbaries ocurridas en El Paso y Dayton confirman que en EE.UU. algo muy
profundo está fallando, ayudado por la locura de su máximo mandatario que lo
anima sin descanso.
Resulta
curioso que cuando se protegían blindándose de los peligros externos, descubran
asombrados que realmente el enemigo lo tenían en casa, en la habitación, o el
edificio de al lado. Y no son peligrosos musulmanes fanatizados sino blancos
impolutos con superior grado de locura.
Ya se
sabe que cuando el imperio estornuda el resto del mundo experimenta una
epidemia de gripe gravísima y en esta ocasión no están siendo simples
estornudos sino algo de mayor importancia.
Pero
no sólo tenemos que mirar allí, en Rusia los acontecimientos se desbordan, en
Hong Kong algo parecido, y los habituales conflictos en Siria, Palestina, o
Sahara no acaban de resolverse.
Si
además entendemos que lo que está sucediendo con el clima, obedece a señales
inequívocas de que el planeta se agota por nuestra culpa, la cosa se complica
aún más.
Los
polos se derriten, Alaska o Groenlandia pierden a marchas forzadas su masa de
hielo, Siberia arde, al igual que Portugal, o España, por no hablar de la
locura de otro mandatario para ingresar en un psiquiátrico como Bolsonaro en Brasil,
que nos está dejando sin el pulmón al planeta.
En lo
político si a estos tres locos, Trump, Putin y Bolsonaro sumamos al recién
elegido primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, más Salvini en Italia el panorama no puede
ser más desolador.
La
extrema derecha avanza sin prisa pero sin pausa por Europa, mientras la
izquierda ni está ni se la espera y en nuestro país, todos al unísono se
mantienen en una deriva suicida.
Un ejemplo de esa deriva es que el pasado jueves en el Parlamento de
Navarra la actual portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, tuvo la osadía,
por definirlo de una manera suave, de enumerar los nombres de los socialistas
asesinados por ETA, entre ellos el de mi compañero y amigo Juan Mari Jáuregui,
que precisamente hacía unos días 19 años, el 29 de Julio de 2000, caía asesinado
a manos de unos desalmados de ETA.
Resulta insultante escuchar su nombre en boca de una señora que estaría a
años luz de Juan Mari si viviera y por eso que gente así esté en la cúspide de
la política es otro síntoma más de esa degradación.
Mientras
en la sociedad más cercana, la de nuestro país, esos síntomas de decadencia y
degeneración nos invaden de N a S y de E a O. La proliferación de las “manadas”,
de las agresiones sexuales, asesinatos de mujeres por sus parejas o ex parejas,
o las constantes noticias de abandono de ancianos -muchos fallecen solos y
abandonados- nos llevan a un paisaje terrible.
El
peligro de las imágenes de la chulería de los jóvenes magrebíes de la “manada”
de Bilbao al salir del juzgado, pueden fomentar el racismo que ya se anima desde
algunos colectivos sociales y políticos.
Existe
un debate entre quienes son partidarios de levantar muros cada vez más grandes,
que eviten la entrada de emigrantes que huyen de una África desbastada por
guerras, hambrunas y epidemias y quienes defienden que Europa ha sido
tradicionalmente tierra de acogida y debe abrir sus puertas a estas gentes
desesperadas.
Ambas
posiciones tienen su coste, moral y ético la primera y de presión social la
segunda. Sería más honesto evitar la utilización espuria de este debate para
obtener rentabilidad electoral y conseguir un gran pacto de estado consensuado.
¿Visión
de un pesimista? Suelen decir que un pesimista es un optimista bien informado.
Quizás ese sea el problema, que para no caer en el desánimo y la depresión y
como medida de protección lo mejor será no enterarse de lo que pasa, meter la
cabeza debajo del ala como parece que hace la mayoría de la población.
Pero
lamentablemente, ese acto que ayuda a poder pasar por la vida con una cierta
tranquilidad, no soluciona los problemas. ¿Cómo debemos enfrentarnos a ellos
entonces? Bueno, pues los políticos, especialmente los que debieran ser más
sensibles ante ellos, los de izquierdas, cogiendo el toro por los cuernos,
poniéndose manos a la obra para al menos solucionar los que tienen capacidad de
hacerlo y al mismo tiempo sumar fuerzas para afrontar los que tienen un
carácter global.
¿Están
capacitados para ello? Parece que no, al menos después de los últimos
acontecimientos. Porque hemos tenido la mala suerte de que esta difícil y
compleja época, nos ha coincidido con la generación de políticos más inútiles y
con falta de altura de nuestra reciente historia.
Alguna
vez lo hemos comentado que quizás la única esperanza que nos quede sea, que
mirando hacia atrás nos podemos dar cuenta de que detrás de la Edad Media vino
el Renacimiento. Si la historia se repite después de esta II Edad Media que
estamos viviendo casi sin enterarnos podría pasar lo mismo.
El
problema es que quizás para entonces todos estemos calvos.
Veremos………
Fdo.:
José Luis Úriz Iglesias (Ex parlamentario y concejal del PSN-PSOE)
Villava-Atarrabia
4 Agosto 2019
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