Efemérides
Según la RAE efeméride
es aquel “acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de
él”. Precisamente una de las características de las efemérides, no se sabe muy
bien el por qué, es que se recuerdan más
cuando coincide en múltiplos de cinco.
Precisamente este mes
se cumplen en mi vida dos de esos aniversarios que dan para mucho. Hace cinco
que en estas fechas comenzaba una nueva andadura como cabeza de lista del PSC
en un pequeño pueblo de Catalunya, Santa María de Martorelles. Pequeño pero al
mismo tiempo bellísimo.
Un PSC que me recibía
así con los brazos abiertos, después de haber participado activamente en su
Congreso como miembro de Esquerra Socialista y que me hacía olvidar de esa
manera las amarguras vividas unos meses antes en el PSN, con una expulsión
injusta sin darme la más mínima oportunidad de defenderme ante mentiras e
injurias de los Torquemada de turno.
Aquella contradicción,
la de estar afiliado a un partido como el PSC situado en la estructura del PSOE,
ha tenido con posterioridad consecuencias imprevistas y al mismo tiempo
inconcebibles, que han llegado incluso al esperpento de no permitir mi entrada
en la calle Ferraz 70 (por cierto el lugar de mi nacimiento), incluso según
parece previa foto mía colocada en la vigilancia de la entrada para evitar mi
entrada en el edificio, cual práctica policial habitual.
Contradicción agudizada
con el hecho de que durante estos meses haya participado sin problemas en
cuantos acontecimientos o eventos han ocurrido en el seno del propio PSOE.
Votando a mi candidato en la primarias, la consulta sobre acuerdo de gobierno, participando
en su último Congreso, o la jornadas sobre municipalismo.
¿Por qué pues a 5 años
de efemérides de aquella campaña electoral ahora vienen estas trabas? ¿No
preconizaba Pedro Sánchez un nuevo partido con las puertas abiertas en el que
cabemos todos? Nuevamente la contradicción de hacer lo contrario de lo que se
preconiza ensucia nuestra imagen. Solo cabe esperar que algún día impere la
razón….y la justicia.
Aquella campaña
electoral me enseñó muchas cosas, conocí buena gente, comprendí las demandas de
un pueblo pequeño del Vallés Oriental, aunque también la cara amarga del
enfrentamiento que ya comenzaba a manifestarse en Catalunya. La anécdota de un
señor negándose a recibir mi propaganda por no aceptarla de un extranjero (lo
era por haberme dirigido a él en castellano) me hizo enfrentarme a esa dura
realidad.
La otra efemérides
tiene que ver tangencialmente también con esto. Hace 25 años que me afilié al
PSOE, los mismos de mi participación en otra campaña electoral, esta al
Parlamento de Navarra. Llegaba de la mano de la Fundación Europa que dirigió mi
gran amigo Enrique Curiel, compuesta por gentes que proveníamos de un PCE machacado
por el carrillismo. Entramos con la vieja idea de que podía ser la “Casa común
de la izquierda”, aunque luego algunos se encargaron de demostrarnos que nos
habíamos forjado una utopía. Un sueño que al menos por mi parte aún mantengo.
Pero también en 1991 se
dieron una serie de acontecimientos derivados de los contactos que Enrique y yo
mismo tuvimos con el por entonces miembro de la Mesa Nacional de Herri
Batasuna, Patxi Zabaleta. Fueron una serie de comidas discretas en el
restaurante Casa Antonio de Almazán, un pueblo de Soria a medio camino entre
Madrid y Pamplona. La larga sombra de Pérez Rubalcaba planeó sobre aquellas
conversaciones en torno a una mesa, como siguió haciéndolo durante los
posteriores 20 años.
Aquellos contactos
favorecieron el posterior intento por parte del PSN a través de su SG Gabriel
Urralburu, por entonces Presidente del Gobierno de Navarra, para mantenerse en
este puesto a través de conseguir la necesaria abstención de HB.
Planificar una comida
en mi propia casa entre una representación cualificada de HB (incluyendo a
Iñigo Iruín según cita literal “por entonces Consejero Delegado de ETA”) y Luis
Roldán en aquel momento Director General de la Guardia Civil, son de los
recuerdos más esperpénticos que tengo en mi memoria. No se realizó porque HB
exigía que este hecho se hiciera público posteriormente, pero la planificación,
el diseño existió.
Hace 25 años de aquel
instante histórico que abrió la puerta años de posteriores contacto, primero
con la mediación del propio Patxi Zabaleta y posteriormente cuando abandonó la
dirección de HB de Pernando Barrena. En ellos decenas de encuentros, charlas,
comidas, cenas, viajes, siempre con un solo motivo: la construcción de puentes
por los que comunicarnos en la búsqueda de la paz, todos ellos supervisados,
dirigidos y alentados por “nuestros mayores”.
Quedan pendientes de
ponerlos negro sobre blanco. Ahora que falta uno de sus principales
protagonistas, Enrique Curiel fallecido hace ahora cinco años (de nuevo el
cinco) me tocará a mí realizar ese ingente trabajo, de hecho ya he hablado con
su viuda para poder revisar las toneladas de papeles que dejó. Él a diferencia
de mí, escribía cuantos acontecimientos vivió y seguro que allí tendrá fechas
exactas y datos concretos de lo que para mí son recuerdos en mi memoria.
Se deberá hacer al
menos para dejar constancia, testimonio, de aquella experiencia y darle a él el
reconocimiento que se merece como hombre de paz y para la paz. Quizás algún día
ambas partes sepan reconocerle ese mérito precisamente con ese galardón: el de
Hombre de Paz. Desde estas líneas y como testigo directo lo reivindico.
Fdo.: José Luis Úriz
Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)
Villava-Atarrabia 15
Mayo 2016
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