La izquierda en su momento de la verdad

Artículo publicado en DEIA el 19 Enero 2016

Hay que reconocer que la política de este país en los últimos meses no da ni un segundo de respiro y que cualquier reflexión que se haga debe ver rápidamente la luz, porque en 24 horas queda obsoleta.

Cuando Catalunya ya parecía verse abocada a unas elecciones anticipadas ante la negativa de las CUP a investir a Mas, la burguesía catalana se deja humillar por el proletariado y vende su primogenitura por un plato de lentejas. Significa la derrota de los barrios poderosos de Barcelona ante el empuje de los obreros que desprecia.

Aunque parezca que ha pasado ya un siglo conviene hacer alguna reflexión. Es patético que después de tres meses de asegurar que la candidatura de  Mas era una línea roja infranqueable, no haya sido ni tan roja, ni tan infranqueable.  Añadiendo al esperpento que el causante del desaguisado dimite al día siguiente. De traca.

Parece evidente que detrás de esta rendición estaba el temor a unas urnas que probablemente habrían dejado el capital independentista adquirido el pasado 27-S bajo mínimos. No se podían permitir ni unos ni otros que ese 48 % alcanzado por los partidos partidarios de la secesión quedara reducido a un 35 % que dejara el “proces” herido de muerte.

¿Traerá el desenlace de este sainete presión añadida sobre Pedro Sánchez y el PSOE superior a si se hubieran repetido las elecciones en Catalunya? Resulta difícil de responder, aunque existe un elemento positivo ya que al desvanecerse la posibilidad de nuevas elecciones, la posición de Podemos sobre el famoso referéndum podría ser más flexible, sin el agobio de tener que enarbolarlo en esa campaña electoral con fines electoralistas.

La posibilidad de un gobierno de progreso no sólo se puede ver dificultada con esa circunstancia, también por el tacticismo que se impone peligrosamente en ciertos sectores del PSOE y especialmente en Podemos. El análisis de que en unas próximas elecciones anticipadas puedan engullir otra parte importante de los votantes socialistas, ignora que el cuento de la lechera acabó con el cántaro roto y la leche desparramada por el suelo.

Porque es muy probable que el electorado castigue a quienes considere causantes de no haber sido capaces de entenderse, a quienes visualice que han puesto las mayores trabas para conseguir un gobierno que impida a Rajoy y su PP seguir imponiendo una política económica y social agresiva con los intereses de la base social de PSOE y Podemos. O sea, que lo posible hoy, un gobierno de progreso, no lo sea o lo sea menos después de esas elecciones.

La realidad es que la izquierda se encuentra en el dilema de permitir a Rajoy por acción u omisión seguir machacando a los suyos por no ponerse de acuerdo, o ponerse de acuerdo en unos mínimos que consigan al menos el apoyo del PNV más la abstención de ERC y la antigua CDC que permita a Sánchez ganar la Presidencia en segunda votación. Esos mínimos serían a costa de dejar todos pelos en la gatera por el bien común.

Por eso adquiere especial relevancia el escrito que desde sectores de la izquierda del PSOE encabezados por José Antonio Pérez Tapias, han dirigido al SG Pedro Sánchez apoyando firmemente esa opción. Que ese sector alternativo reaccione es un buen síntoma.

La izquierda está en una encrucijada histórica que le puede conducir a su consolidación, o a su destrucción. Necesita de estadistas con visión estratégica de futuro, gentes que antepongan los intereses de sus bases sociales a las puramente partidistas o electoralistas. Estadistas que actúen con audacia, imaginación y generosidad.

¿Existen esas gentes en las direcciones de sus partidos?

Vivir el final del franquismo y la apasionante Transición da para mucho. Entre otras cosas para haber conocido una etapa de nuestra historia en la que se puso muchas dosis de imaginación, audacia y generosidad. Parecía impensable pero el tránsito desde el franquismo se hizo de manera ejemplar, a pesar de las críticas de unas nuevas generaciones ignorantes de lo que allí pasó. A veces esa ignorancia se convierte en irresponsabilidad y estupidez.

Una de las características de aquel momento fue el talante de una clase política repleta de estadistas que supieron llevar con aciertos y errores  nuestro país de una dictadura cruel a una plena democracia sin apenas heridas. 

Volver la vista atrás y contemplar coincidiendo en el tiempo a gentes de la talla de Adolfo Suarez, Felipe González, Santiago Carrillo, “Pasionaria”, Tierno Galván, Marcelino Camacho, Pasqual Maragall, Arzallus, Pujol, e incluso a su manera Manuel Fraga, indica que gracias a esa conjunción estelar anduvimos aquel complicado camino.

Ahora algunos jóvenes que se piensan llegan ya sabidos, plantean que debemos abrir una II Transición siendo ellos los protagonistas. Efectivamente es así pero da la sensación que su talla no llega ni de lejos a la de los personajes de la primera y por lo tanto la posibilidad de éxito es cuando menos dudosa.

Por poner solo un ejemplo, Santiago Carrillo fue capaz de sacrificar una parte del ADN ideológico del PCE para poder ser legalizado y seguir en las mismas condiciones que el resto. Bueno, realmente no eran las mismas pero se aproximaron bastante. Renunció con altura de miras a la República, o a la bandera tricolor, con generosidad a pesar de las presiones internas que conmocionaron el partido. Al igual que Adolfo Suarez tuvo la audacia de tomar esa decisión y juntos la imaginación de sacar adelante una Constitución de consenso más de unos Pactos de la Moncloa absolutamente necesarios.

Parece curioso que esos jóvenes críticos ahora añoren partes de aquella época cono el Estatuto de los Trabajadores, los derechos sociales, las formas de contrato, e incluso la revisión de las pensiones. Creo que al menos necesitan un curso acelerado de historia específica de aquel apasionante momento para ver si aprenden algo y así poder aplicarlo a este.

Paradójicamente el personaje actual que en la última semana ha sabido estar a la altura de las circunstancias sea el menos esperado: Pedro Sánchez. ¿Quién imaginaba que sería capaz de dar un golpe en la mesa y plantear con firmeza su oposición a cualquier acuerdo con el PP y su apuesta por un gobierno alternativo? Sus tres últimos movimientos reconcilian a la izquierda con su futuro. Ceder dos senadores socialistas para que ERC y Convergencia tengan grupo propio en el senado, la conversación con Puigdemont y el acuerdo con PNV, demostrando éste su gran sensatez, manifiesta que todo es posible en la política actual.

En cambio la gran esperanza, Pablo Iglesias ha decepcionado con una posición excesivamente rígida con grandes dosis de irresponsabilidad, sectarismo y miopía política. Eso después de un tránsito de la radicalidad del inicio, al pragmatismo de la campaña electoral, para volver al punto inicial justo cuando más se le necesita sensato.
Las gentes de la I Transición supieron actuar aparcando la táctica esterilizarte sustituyéndola por una visión estratégica, de largo alcance. Ahora cabe exigir lo mismo, especialmente a las izquierdas. Sería una insensatez que pudiendo echar a Rajoy y su PP del gobierno, por cuestiones de rango menor no pudiera hacerse.

Una mirada retrospectiva al tiempo de 1976-79 sería recomendable para todos los actores actuales. Allí hubo mucha “cocina”, contactos discretos, cafés, comidas, porque también en estos temas es importante las relaciones humanas, la empatía con el “otro”. Sólo por poner un ejemplo gráfico ¿Por qué no recuerdan los discretos contactos Carrillo-Suarez? ¿Por qué no poner en práctica ese ejemplo y dejar ya la exposición pública ante los medios de comunicación? ¿Por qué no apagar durante unos días la aparición constante en las televisiones y utilizar ese método a través de contactos alejados de los flases buscando la síntesis?

¿II Transición? Es probable, pero para ello se necesita aplicar aquellos principios, aquellas característica. Señores de la izquierda, pongan ustedes mucha audacia, mucha imaginación para buscar soluciones imaginativas al referéndum de Catalunya y toneladas de generosidad dejando todos “pelos en la gatera” porque su base social se lo está pidiendo a gritos. Pónganse de acuerdo, inicien contactos, dedíquenle horas de conversación, esfuerzo y sobre todo estén a la altura de las circunstancias, porque este es el momento de la verdad.

La historia les recordará o no por lo que sean ustedes capaces de hacer ahora. Es el momento de los estadistas. Ojalá tengan el valor y el acierto de hacerlo.

Fdo.: José Luis Úriz Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)


Villava-Atarrabia 18 Enero 2016

Comentarios

  1. Creo Sr. Uriz que se le ve la “patita”. Primero nos dice Vd. que “La realidad es que la izquierda se encuentra en el dilema de permitir a Rajoy por acción u omisión seguir machacando a los suyos por no ponerse de acuerdo, o ponerse de acuerdo en unos mínimos que consigan al menos el apoyo del PNV más la abstención de ERC y la antigua CDC “ ¿desde cuando el PNV y CDC son de la izquierda?

    Continua Vd. Con estas “perlas” “Por eso adquiere especial relevancia el escrito que desde sectores de la izquierda del PSOE encabezados por José Antonio Pérez Tapias, han dirigido al SG Pedro Sánchez apoyando firmemente esa opción” ¿Sectores de la izquierda del PSOE apoyan firmemente la opción de pactar con el partido izquierdista PNV y obtener la abstención del más izquierdista CDC?

    “Una de las características de aquel momento fue el talante de una clase política repleta de estadistas que supieron llevar con aciertos y errores nuestro país de una dictadura cruel a una plena democracia sin apenas heridas”. ¿De verdad cree Vd. Que España es un pais que goza de democracia plena? Como muestra le puedo poner la dispersión de los presos, el encarcelamiento de Otegi, la sumisión de los poderes judiciales a los políticos y a la corona, la corrupción galopante de algunos partidos políticos (entre ellos el PSOE)...

    “Volver la vista atrás y contemplar coincidiendo en el tiempo a gentes de la talla de Adolfo Suarez, Felipe González, Santiago Carrillo, “Pasionaria”, Tierno Galván, Marcelino Camacho, Pasqual Maragall, Arzallus, Pujol, e incluso a su manera Manuel Fraga, indica que gracias a esa conjunción estelar anduvimos aquel complicado camino”. ¿No recuerda Vd. Que el PNV no aprobó la constitución española? De verdad cree Vd. Que Felipe Gonzalez y Jordi Pujol están dando la talla como demócratas y de izquierdas?

    Venga ya!

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